Rusia y la crisis energética: ¿cómo sobrevivirá Europa al invierno sin gas?
La invasión rusa en Ucrania tiene como consecuencia la ruptura de Europa con el suministro de gas proveniente de Rusia, a la luz de un una transición energética y un invierno que, sin gas, podría ser devastador para los europeos. Por un lado, Rusia perdería para 2030 un billón de dólares al cortar el suministro de gas a Europa. Y por otro lado, los europeos tendrán que romper la demanda de gas para sobrevivir al invierno que viene. ¿Qué les espera a cada uno?
La invasión rusa en Ucrania tiene como consecuencia la búsqueda constante de Europa de suministro de gas, que antes venía principalmente de Rusia, a la luz de una transición energética y un invierno que, sin gas, podría ser devastador para los europeos.
Este jueves, la Agencia Internacional de Energía (AIE) anunció que para 2030, Rusia habría perdido un billón de dólares en hidrocarburos al no abastecer al oeste de Europa y dejaría de ser el principal exportador de gas y petróleo. Por el momento, el país no ha logrado redirigir a otros países su exportación de gas.
Fatih Birol, director general de la Agencia, mencionó que antes del inicio de la invasión, a finales de febrero, Rusia colocaba en Europa más de 2,5 millones de barriles de crudo diarios y 150.000 millones de metros cúbicos anuales de gas. Lo que representa un 55 % de las exportaciones de petróleo y el 75 % de las de gas por parte de Rusia.
El gas también alimenta el 20 % de la generación total de electricidad en Europa y satisface el 25 % de su demanda de energía industrial, desempeñando un papel descomunal en sectores como la producción de productos químicos, textiles y alimentos.
Antes de la guerra con Ucrania, Rusia representó un 20 % de los intercambios internacionales de energía, pero de acuerdo a los cálculos de la AIE, esa cuota bajará al 13 % por las sanciones tras el estallido de la guerra en Ucrania.
Por eso, Rusia está buscando clientes que puedan satisfacer el hueco que le dejará las sanciones de la Unión Europea, y en el escenario aparece China, que se proyecta como una potencia que necesita energía y que no condena la invasión de Rusia en Ucrania. Sin embargo, analistas han señalado que, en el corto y mediano plazo, la infraestructura actual desplegada para el comercio con Asia no es comparable con la que ya existe en Europa.
Pero, ¿cómo sobrevivirá Europa al invierno sin el gas de Rusia?
El 70 % de la calefacción europea proviene del gas natural y el 30 % del gas utilizado en la Unión Europea y el Reino Unido procede de Rusia a través de los gasoductos. Y el propósito de la Unión Europea quiere sustituir la mayor parte de las importaciones de gas ruso para finales del año. Sin embargo, esto depende en gran parte de la severidad del invierno que está pronto a llegar. ¿Qué pueden hacer?
Europa puede acumular las reservas de gas y reducir el consumo de este. Sin embargo, el alza en los precios, no sólo de los combustibles, sino de la vida en general en Europa, está afectando a la mayoría de los ciudadanos y lleva una vez más a la dependencia de las condiciones climáticas que vendrán.
Entre junio y principios de septiembre el costo del gas para los europeos se duplicó, lo que golpeó tanto a los consumidores, por ejemplo: los consumidores residenciales representan aproximadamente el 40 % de la demanda de gas.
Pero la seguridad energética no sólo depende de las condiciones climáticas, también lo hace del acceso a otras fuentes de energía, como la energía nuclear en Francia y, quizás, la posibilidad de que Rusia reanude parte de los suministros de gas a través de Nordstream 1.
Por otro lado, solo 10 de 27 países que conforman la Unión Europea disponen de almacenamientos subterráneos, entre ellos países como Alemania, Suecia, Portugal, Italia, Francia. Convirtiéndose así en países claves para el sostenimiento de Europa. Para el primero de septiembre se estipuló la meta de tener el almacenamiento de gas en Alemania en un 75 %, y hoy se espera que para octubre y noviembre el almacenamiento llegue a un 85 % y 95 %.
Ahora bien, otros analistas apuntan a que el alza en los precios del gas podrían provocar una destrucción de la demanda sobre este servicio. Según la consultora Bloomberg New Energy Finance (BNEF), se prevé que la demanda total de gas en Europa bajará en un 17 % respecto al invierno entre 2016 y 2020. Con este panorama, dicen que para cuando termine el invierno el almacenamiento estaría con el 49 % del suministro, lo que le permitiría respirar.
Desde la perspectiva positiva, el informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) apunta que esta coyuntura con Rusia aceleró la transición energética de este continente hacia energías limpias. No obstante, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero vinculadas a la energía alcanzarán su pico en 2025, según la Agencia, por lo que el avance en la transición sigue siendo lento.
Aunque hay países que buscan aumentar o diversificar su suministro de petróleo y gas, muchos estudian acelerar cambios estructurales hacia energías limpias, señala la agencia, filial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
No lo pondría en términos de ruptura, sino de necesidad de buscar otras fuentes o proveedores.
No entiendo muy bien a qué se refiere esto, como que dependen del clima para saber qué tan bien o mal estarán?
Acá tocaría hacer la claridad de si esa duplicación del valor afectó directamente a los consumidores o si la industria aún no traslada esos costos (por las ayudas de los gobiernos, por ejemplo).
La invasión rusa en Ucrania tiene como consecuencia la búsqueda constante de Europa de suministro de gas, que antes venía principalmente de Rusia, a la luz de una transición energética y un invierno que, sin gas, podría ser devastador para los europeos.
Este jueves, la Agencia Internacional de Energía (AIE) anunció que para 2030, Rusia habría perdido un billón de dólares en hidrocarburos al no abastecer al oeste de Europa y dejaría de ser el principal exportador de gas y petróleo. Por el momento, el país no ha logrado redirigir a otros países su exportación de gas.
Fatih Birol, director general de la Agencia, mencionó que antes del inicio de la invasión, a finales de febrero, Rusia colocaba en Europa más de 2,5 millones de barriles de crudo diarios y 150.000 millones de metros cúbicos anuales de gas. Lo que representa un 55 % de las exportaciones de petróleo y el 75 % de las de gas por parte de Rusia.
El gas también alimenta el 20 % de la generación total de electricidad en Europa y satisface el 25 % de su demanda de energía industrial, desempeñando un papel descomunal en sectores como la producción de productos químicos, textiles y alimentos.
Antes de la guerra con Ucrania, Rusia representó un 20 % de los intercambios internacionales de energía, pero de acuerdo a los cálculos de la AIE, esa cuota bajará al 13 % por las sanciones tras el estallido de la guerra en Ucrania.
Por eso, Rusia está buscando clientes que puedan satisfacer el hueco que le dejará las sanciones de la Unión Europea, y en el escenario aparece China, que se proyecta como una potencia que necesita energía y que no condena la invasión de Rusia en Ucrania. Sin embargo, analistas han señalado que, en el corto y mediano plazo, la infraestructura actual desplegada para el comercio con Asia no es comparable con la que ya existe en Europa.
Pero, ¿cómo sobrevivirá Europa al invierno sin el gas de Rusia?
El 70 % de la calefacción europea proviene del gas natural y el 30 % del gas utilizado en la Unión Europea y el Reino Unido procede de Rusia a través de los gasoductos. Y el propósito de la Unión Europea quiere sustituir la mayor parte de las importaciones de gas ruso para finales del año. Sin embargo, esto depende en gran parte de la severidad del invierno que está pronto a llegar. ¿Qué pueden hacer?
Europa puede acumular las reservas de gas y reducir el consumo de este. Sin embargo, el alza en los precios, no sólo de los combustibles, sino de la vida en general en Europa, está afectando a la mayoría de los ciudadanos y lleva una vez más a la dependencia de las condiciones climáticas que vendrán.
Entre junio y principios de septiembre el costo del gas para los europeos se duplicó, lo que golpeó tanto a los consumidores, por ejemplo: los consumidores residenciales representan aproximadamente el 40 % de la demanda de gas.
Pero la seguridad energética no sólo depende de las condiciones climáticas, también lo hace del acceso a otras fuentes de energía, como la energía nuclear en Francia y, quizás, la posibilidad de que Rusia reanude parte de los suministros de gas a través de Nordstream 1.
Por otro lado, solo 10 de 27 países que conforman la Unión Europea disponen de almacenamientos subterráneos, entre ellos países como Alemania, Suecia, Portugal, Italia, Francia. Convirtiéndose así en países claves para el sostenimiento de Europa. Para el primero de septiembre se estipuló la meta de tener el almacenamiento de gas en Alemania en un 75 %, y hoy se espera que para octubre y noviembre el almacenamiento llegue a un 85 % y 95 %.
Ahora bien, otros analistas apuntan a que el alza en los precios del gas podrían provocar una destrucción de la demanda sobre este servicio. Según la consultora Bloomberg New Energy Finance (BNEF), se prevé que la demanda total de gas en Europa bajará en un 17 % respecto al invierno entre 2016 y 2020. Con este panorama, dicen que para cuando termine el invierno el almacenamiento estaría con el 49 % del suministro, lo que le permitiría respirar.
Desde la perspectiva positiva, el informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) apunta que esta coyuntura con Rusia aceleró la transición energética de este continente hacia energías limpias. No obstante, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero vinculadas a la energía alcanzarán su pico en 2025, según la Agencia, por lo que el avance en la transición sigue siendo lento.
Aunque hay países que buscan aumentar o diversificar su suministro de petróleo y gas, muchos estudian acelerar cambios estructurales hacia energías limpias, señala la agencia, filial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
No lo pondría en términos de ruptura, sino de necesidad de buscar otras fuentes o proveedores.
No entiendo muy bien a qué se refiere esto, como que dependen del clima para saber qué tan bien o mal estarán?
Acá tocaría hacer la claridad de si esa duplicación del valor afectó directamente a los consumidores o si la industria aún no traslada esos costos (por las ayudas de los gobiernos, por ejemplo).