¿Volverá la guerra a escala industrial? Ucrania se vuelve un asunto de inventario
La invasión a Ucrania ha demostrado que es esencial la capacidad de producción técnicamente avanzada para sostener el ritmo de un conflicto de esta envergadura.
El desgaste ya es notable de lado y lado: ni Rusia tiene el suficiente inventario para continuar con sus bombardeos semanales a Ucrania, ni el ejército ucraniano cuenta con el arsenal de defensa capaz de resistirlos. La confrontación militar en el este de Europa llegó en el último mes a un punto no visto desde la Segunda Guerra Mundial: se están quemando municiones a un ritmo mucho mayor al de la producción de estos, y esto continuará así porque ningún bando quiere dar su brazo a torcer en medio del invierno. La situación ha prendido las alarmas en los aliados de Kiev, que ahora revisan con preocupación sus propias reservas. ¿Quién se quedará primero sin misiles?
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El desgaste ya es notable de lado y lado: ni Rusia tiene el suficiente inventario para continuar con sus bombardeos semanales a Ucrania, ni el ejército ucraniano cuenta con el arsenal de defensa capaz de resistirlos. La confrontación militar en el este de Europa llegó en el último mes a un punto no visto desde la Segunda Guerra Mundial: se están quemando municiones a un ritmo mucho mayor al de la producción de estos, y esto continuará así porque ningún bando quiere dar su brazo a torcer en medio del invierno. La situación ha prendido las alarmas en los aliados de Kiev, que ahora revisan con preocupación sus propias reservas. ¿Quién se quedará primero sin misiles?
“Existe una preocupación sobre la tasa de consumo de municiones. Ucrania puede hacer que sea más difícil para nosotros darles lo que necesitan si simplemente lo queman, pensando que es un tren de salsa de munición, y simplemente no lo es”, le dijo Jim Townsend, exsubsecretario adjunto de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a Foreign Policy.
El problema no solo es para el abastecimiento ucraniano, que depende de lo que le entregue la OTAN para resistir. Rusia, en donde los problemas industriales eran evidentes antes de la invasión, ha tenido que acudir a Corea del Norte e Irán en busca de artillería. Según el Royal United Services Institute (RUSI), el ejército ruso disparó en solo dos días más municiones que las que tiene de reservas el Reino Unido. Del lado ucraniano, los antimisiles son usados en una proporción similar.
Para sostener este ritmo del lado ucraniano sería necesario que la capacidad de producción de defensa, que todos los países de la OTAN redujeron luego de la Guerra Fría, volviera a sus tamaños industriales, algo que resulta difícil de conseguir si estos no están siendo atacados directamente por Rusia. Pero el no ser objeto de los ataques rusos, algo que les permitiría a los aliados de la OTAN justificar el aumento de producción, no es el único impedimento que hay para lanzar una nueva “guerra a escala industrial”, como la llaman en el RUSI.
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) señala que los procesos modernos son diferentes, y las líneas de producción no son las mismas que en la Segunda Guerra Mundial. Las armas modernas requieren tecnología especializada con la que cuentan pocas empresas, y estas no pueden montar una línea de producción a gran escala de un día para otro. Cabe recordar, además, cuánto tiempo tardó Washington en montar su línea de producción a gran escala.
“La movilización de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial duró unos seis años. Y, por supuesto, hoy no vamos a montar una movilización de esa magnitud a menos de que nos encontremos en la Tercera Guerra Mundial”, resaltó Maz Boot, de The New York Times.
Para los asistentes del Congreso de Estados Unidos, que asesoran a los congresistas del país, si bien hay una preocupación por cómo Ucrania gasta las municiones que se envían, el principal problema es que estas no se pueden reemplazar lo suficientemente rápido. Y esto no solo es alarmante por la guerra en Ucrania, sino por los planes que pueda tener el presidente chino, Xi Jinping, quien ya aumentó este año su presupuesto en defensa.
“Es realmente bueno que todas las personas estén preocupadas por las reservas porque casi nunca hemos alcanzado nuestro requisito de municiones y a nadie le importó durante años. Es difícil para mí ver cómo no podemos ir mucho más profundo si estamos viendo los efectos que estamos teniendo hoy”, le dijo un asistente del Congreso a Foreign Policy.
En Washington, analistas, funcionarios y exfuncionarios debatían sobre enviar armamento más sofisticado a Ucrania para que la balanza se decantara por Kiev y así la OTAN pudiera concentrarse en rellenar sus inventarios ante una amenaza china. El martes, luego de semanas de debate, el gobierno estadounidense habría ultimado los detalles para enviar sistemas de misiles Patriot a Ucrania, según medios locales. Esto representa el paso más significativo que da el presidente Joe Biden en su plan para reforzar las defensas ucranianas y se espera que se hagan anuncios adicionales en los próximos días.
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