Cientos de alemanes lo han dejado todo en sus hogares para radicarse en Paraguay, uno de los países más desiguales en América Latina. Según la Dirección General de Migraciones de Paraguay, entre junio de 2021 y febrero de 2022 se expidieron 1.324 residencias a ciudadanos de Alemania.
Para dimensionar la relevancia de esta ola migratoria cabe destacar que la población alemana se ha convertido en la segunda con más radicados en suelo paraguayo en el último año, solo por detrás de la brasilera y por encima de la venezolana. A esto hay que sumarle que no todos han pasado por los registros de las autoridades migratorias, por lo que podría aumentar la cifra de alemanes en el país. La Embajada de Alemania en Asunción tampoco tiene una cifra exacta de cuántos ciudadanos han llegado y cuántos permanecen en el país. ¿A qué se debe esta sorpresiva ola migratoria?
No es la primera vez que se registra una ola de migrantes alemanes en suelo paraguayo. De hecho, algunas ciudades, como Hoenau, en el departamento de Itapúa, fueron construidas por colonos brasileños de origen alemán a principios del siglo XX. La cultura alemana y el idioma de ese país hace parte de la historia paraguaya y ambos elementos continúan estando presentes desde entonces.
“Tenemos un gran número de descendientes de europeos y creo que esta nueva ola de inmigrantes se debe a que se sienten cómodos aquí”, le dijo Enrique Hahn, intendente de Hohenau, a la BBC.
A mediados del siglo pasado se presentó una segunda ola de migrantes alemanes a Paraguay, compuesta por miembros del Partido Nacionalsocialista que buscaron escondite en Sudamérica tras la Segunda Guerra Mundial. Entre las motivaciones de estos inmigrantes también estaba la fertilidad del terreno paraguayo mediante la cual prosperaron plantas agroindustriales dedicadas a productos como la soya y la yerba para mate.
En 2015 llegó una nueva ola de inmigrantes alemanes a suelo paraguayo, esta vez motivada por la crisis de los refugiados en Europa y la xenofobia hacia los migrantes musulmanes. Para algunas personas, como Hana, una ciudadana alemana radicada hoy en Paraguay consultada por la BBC, Alemania dejó de ser “su país”. Ante los crímenes que cometían algunos refugiados, ella decidió dejar su hogar y comenzar de nuevo en Sudamérica.
“En Alemania siempre hemos tenido otras culturas, pero cuando llegaron estos inmigrantes, se volvió muy peligroso para nosotros quedarnos”, dice Hana.
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Pero esta nueva ola de inmigrantes alemanes que se establecen en Paraguay no está motivada ni por los lazos culturales que sostienen con las colonias en Paraguay, por buscar un escondite o por el “temor a los musulmanes”, sino por el descontento con el gobierno alemán y el deseo de encontrar políticas más laxas en el país sudamericano. Los nuevos migrantes, reportó la Deutche Welle, se destacan por ser antivacunas que quieren escapar del uso obligatorio de tapabocas y por quienes creen en teorías de la conspiración de la extrema derecha, lo que ha despertado recelos en la comunidad de acogida.
“Tras la crisis de los refugiados en 2015 (en Europa) llegaron los ciudadanos antidemocracia, extremistas de derecha, gente extremadamente ruidosa y agresiva. Y ahora están llegando un montón de médicos alternativos, curanderos y opositores a la vacunación”, le dijo Thomas Vinke, un alemán radicado en Paraguay a la Deutche Welle.
Los alemanes opositores a las políticas anticovid que buscan escapar de las medidas de su gobierno pretenden encontrar un paraíso que se ajuste a sus deseos en Paraguay: sin reglas sobre vacunación y uso de mascarillas. ¿Por qué creen que en suelo paraguayo no hay medidas anticovid? Son los ciudadanos alemanes ya radicados en suelo paraguayo quienes promueven esta idea a través de redes sociales para animar a sus connacionales a viajar.
“Muchos no están de acuerdo con la política de la pandemia en Alemania o Europa y piensan que en Paraguay es más fácil, sin tantas restricciones tal vez”, reconoció el cónsul alemán en Paraguay, Fran Gauls, en una carta a un medio local.
Sin embargo, muchos inmigrantes se chocaron con la realidad al encontrar que el gobierno paraguayo, en efecto, también tenía medidas aún vigentes para contener los brotes del virus. La Ley 6.699 de 2021, que exige el uso obligatorio de tapabocas en interiores y exteriores, por ejemplo, fue derogada hasta el pasado 18 de abril y hasta la semana pasada era necesario presentar el carné de vacunación para ingresar al país.
Resulta llamativo y paradójico que estén llegando personas a Paraguay que no quieren vacunarse, provenientes de un país donde hay muchas vacunas, cuando los paraguayos sí quieren recibir una dosis, pero no pueden hacerlo por la falta de cobertura. Según una encuesta nacional, el 71 % de la ciudadanía desea vacunarse, pero menos del 50 % ha recibido una dosis por la escasez, muy por debajo de la media del resto de la región.
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También hay inmigrantes que llegan a Paraguay por razones diferentes a la oposición al descontento por las medidas anticovid, como los jubilados que desean disfrutar de su pensión en un país con una moneda muy devaluada frente al euro, aunque recuperándose en el último trimestre y mostrando más fortaleza que otras de la región. El guaraní está en la línea con el comportamiento de las monedas fuertes del mundo y presenta menos depreciación que los otros países del Mercosur como Argentina.
Paraguay también presenta un refugio para los evasores de impuestos. Y es que las obligaciones tributarias son tan bajas en el país que el Fonde Monetario Internacional (FMI) le ha recomendado al gobierno que las aumente con urgencia. Por esto, la nación es considerada como casi un “paraíso fiscal”, y este es otro argumento que utilizan los ciudadanos alemanes ya establecidos en el país para tentar a sus connacionales a migrar.
Las características de esta nueva migración incomodan a la población local. Un funcionario del gobierno paraguayo le dijo a la BBC que en el país “estamos tratando de cuidarnos entre todos, de vacunarnos, vacunando incluso a los niños, y llegan ellos que no se quieren vacunar, y entran a nuestro país y el virus está por todos lados. Y esto tiene un gran impacto para nosotros, los paraguayos”.
Para los alemanes como Vinke, ya establecidos en Paraguay antes de esta ola migratoria, tampoco resulta positiva la llegada de ciudadanos con estas características, a pesar de que sean sus connacionales. “Paraguay no es ese país nazi en el que todos andan con el brazo derecho levantado. El nacionalsocialismo es un problema alemán. Este país tiene mucho más que ofrecer”, le dijo a la Deutche Welle.
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