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Que Irán supere 22 veces el límite de reservas de uranio enriquecido, acordado en 2015 entre la República Islámica y varias potencias mundiales, hace saltar las alarmas nucleares. Más aún cuando las autoridades de ese país le negaron el acceso a sus instalaciones atómicas a ocho inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA). “Eso afecta gravemente la capacidad de controlar su programa nuclear”, denunciaron los miembros de la Agencia.
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El director general de la OIEA, Rafael Grossi, recibió ayer una respuesta de Teherán, defendiendo “su derecho” a revocar la acreditación de los inspectores. Esta organización ha denunciado desde hace varios meses la falta de colaboración de Irán y cómo en las plantas nucleares se han desconectado varias cámaras de vigilancia; además, denunciaron que no han tenido ninguna explicación sobre los restos de uranio descubiertos en dos lugares n o declarados, Turquzabad y Varamin.
22 veces más uranio
Otro de los temas que ha hecho saltar las alarmas que cómo Irán ha ido aumentando significativamente sus reservas de uranio enriquecido en los últimos meses; Entre agosto y octubre, el país, según el informe dado a conocer ayer, aumentó de 3.795,5 kilos a 4.486,8 kilos, más de 22 veces el límite autorizado por el acuerdo internacional de 2015 que regula las actividades atómicas de Teherán a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales.
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En el informe, conocido por la AFP, el organismo también fustigó la decisión de Irán de prohibir el acceso a sus instalaciones a varios de sus inspectores, que ha afectado “directa y gravemente” la capacidad de controlar su programa nuclear.
¿Una bomba?
Irán también está sobrepasando los límites de enriquecimiento de uranio, que fue fijado en el 3,67%, una medida estándar que le permite enriquecer uranio para producir electricidad, pero no en las proporciones que se necesitan para construir una bomba nuclear. Según el informe, el país ahora tiene 567 kiloes de uranio enriquecido al 20% y 128,3 kilos, al 60% muy cerca del 90% que se necesita para la producción de la bomba.
Expertos de la AIEA dicen que desde hace unos meses, sin embargo, el país frenó el enriquecimiento, quizás como una señal para calmar los ánimos y tratar de reanudar el diálogo con Estados Unidos, pero luego de que estallara el conflicto entre Israel y Hamás los dos países se lanzan acusaciones de agravar la situación, alejando así la posibilidad de cualquier diálogo.
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