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Los incendios forestales, provocados por el calor, están causando graves daños en Grecia, España, Portugal, Canadá, Hawái y otros estados de Estados Unidos, como Luisiana, que este viernes tuvo que evacuar una ciudad completa para salvar a sus habitantes de las llamas que se acercan peligrosamente a las zonas pobladas.
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Esto ocurre dos semanas después de que unos voraces incendios, generados por el calor y avivados por fuertes vientos producidos por el huracán Dora, devastaran Maui (Hawái). Carros calcinados en medio de la calle, edificios históricos reducidos a escombros y más de 115 muertos es el saldo parcial. Porque ayer las autoridades actualizaron los datos de desaparecidos durante los incendios: la cifra subió de 850 a 1.100 personas que no logran ser ubicadas por las autoridades.
Las llamas también se ensañaron esta semana contra Grecia, que, azotado por una tremenda ola de calor, lucha desde el martes contra los incendios forestales que dejan hasta ahora cerca de 20 muertos. Cuatro incendios están activos en este país, pero hay uno que preocupa particularmente, el que devora las laderas del monte Parnitha, que rodea la capital griega. El fuego ya destruyó viviendas en localidades cercanas a Atenas, como Hasi y Fyli, y los bomberos intentan evitar que las llamas se extiendan al parque nacional situado en un montañoso macizo.
Los bomberos no dan abasto; en la zona del río Evros, cerca de la frontera con Turquía, dos focos descontrolados amenazan a la ciudad de Alejandrópolis y el bosque de Dadiá. Los inmigrantes no se escapan de la tragedia: el martes, 18 fueron hallados muertos cerca de la frontera turca. Las llamas también afectan las islas de Eubea y Citnos en el Egeo, y Beocia, al noroeste de la capital griega. En tres días han ardido más de 40.000 hectáreas, según un informe del Observatorio Nacional de Atenas.
España no se escapa de las llamas, provocadas por el calor intenso que sofoca a Europa. Desde el 15 de agosto un fuego, que ha consumido más de 15.000 hectáreas de la isla de Tenerife, en el turístico archipiélago de Canarias, ha causado que el 7 % de la superficie haya quedado destruida. “El incendio no está controlado, ni de lejos, pero está estabilizado en su mayor parte, declaró el jefe de servicios de emergencia del archipiélago, Manuel Miranda. Las llamas obligaron la evacuación de más de 12.000 personas, mientras 300 bomberos y militares luchan contra el incendio.
Canadá está experimentando también la temporada de incendios más devastadora de su historia, como resultado de temperaturas récord, baja humedad y deshielo prematuro de la nieve, se han quedado casi 15,3 millones de hectáreas: una superficie mayor que la de Grecia y más del doble del récord que tenían de 1989.
¿Qué está pasando?
Expertos explican que la ola de calor, que tiene a muchas zonas secas, aumenta el riesgo de incendios forestales. El cambio climático ha favorecido las olas de calor y períodos de sequía cada vez más frecuentes, prolongados e intensos. “La cúpula de calor”, un fenómeno que, por el estancamiento de masas de aire recalienta la atmósfera, recubre gran parte de Europa, Canadá y Estados Unidos. Un análisis científico, publicado esta semana en Canadá, reveló que el cambio climático causado por el hombre ha hecho que aumente, al menos, siete veces la probabilidad de que se generen condiciones meteorológicas que propician los incendios.
El estudio del grupo World Weather Attribution encontró que durante el año las condiciones propensas a incendios fueron un 50 % más intensas como resultado del calentamiento global, principalmente a consecuencia de la quema de combustibles fósiles. "A medida que sigamos calentando el planeta, este tipo de fenómenos se volverán más frecuentes y más intensos", dijo a la AFP la autora principal, Clair Barnes, una estadística medioambiental del Imperial College de Londres.
Otra consecuencia de los incendios es la emisión de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, así como metano y óxido nitroso, que en conjunto tienen un efecto invernadero equivalente a otros 110 millones de toneladas de dióxido de carbono, según una investigación reciente. Científicos han analizado registro climáticos históricos. Para comprender la contribución del calentamiento global a causa de acciones del ser humano, utilizaron simulaciones de modelos informáticos para comparar el clima actual, después de aproximadamente 1,2 °C de calentamiento global desde finales del siglo XIX, con el clima del pasado.
Esto demostró que el cambio climático había hecho que estaciones de esta severidad fueran al menos siete veces más probables de ocurrir en comparación con la época preindustrial.