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El Gobierno Nacional, a través de la vicepresidente y canciller Marta Lucía Ramírez, expresó este viernes que, pese a la tensión en las relaciones entre Colombia y Nicaragua por la reciente declaración del presidente Daniel Ortega –quien insistió en que el país es un “narco-Estado”–, “jamás” han pensado en romper relaciones.
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Las relaciones entre ambos países enfrentan un nuevo impasse tras las declaraciones de Ortega, que generaron la reacción del gobierno de Iván Duque que presentó una nota de protesta, “rechazando esta nueva ofensa al honor de la nación”. El tema llevó al Ejecutivo a solicitarle al embajador en Managua, Alfredo Rangel, “regresar inmediato al país”.
Para la Cancillería, las declaraciones de Ortega “buscan distraer la atención de la comunidad internacional sobre la crítica situación de derechos humanos y las múltiples violaciones que sufren los nicaragüenses, los partidos y los opositores al régimen, de las cuales es testigo el mundo entero”.
En respuesta, Nicaragua retiró las credenciales al embajador Rangel, señalándolo de emitir “juicios de valor” sobre asuntos internos. “No está cumpliendo con los objetivos para los cuales le fue concedida su acreditación”, alegó la Cancillería nicaragüense.
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En medio del rifirrafe, este viernes Ramírez concedió una entrevista a la emisora Caracol Radio en la que se declaró sorprendida por la actitud de Nicaragua e insistió en que lo que se vive en el país es similar a lo que pasa en Venezuela en materia de derechos humanos. “Silenciar a la oposición y disolver medios es un camino muy peligroso”, advirtió.
“Es una actitud de Nicaragua que nos sorprende. Al embajador le dijimos que presentara una nota respetuosa y que viniera a Colombia. Jamás hemos pensado en romper la relación, pero esta nota que llegó nos sorprende. Sabemos que allí se está consolidando, lastimosamente, una situación muy parecida a lo que pasa en Venezuela. No acceden por vías de derecho sino por su lado. Silenciar a la oposición y disolver medios de comunicación es un camino muy peligroso”, manifestó la funcionaria.
Frente al paso a seguir, la canciller explicó que el Ejecutivo va a esperar a que el embajador arribe al país y a partir de allí analizarán la situación. “Tenemos sobre el régimen de Nicaragua la misma crítica sobre Venezuela. Suprimir la oposición es algo grave”, insistió.
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