Las guerras, las revoluciones y las grandes potencias, según Hannah Arendt

Hasta ahora las revoluciones han sido meros reacomodos del poder político pero ninguna ha tenido la profundidad y la fuerza suficientes para transformar de fondo a la sociedad y al hombre. El verdadero cambio continúa en la categoría nebulosa de las utopías.

Qué interesante moraleja semántica: revolución significa volver a lo mismo después de cierto tiempo, cuando todo parece irremediablemente cambiado.

Tú pones el ataúd, haces el hueco; pero la sangre la derramo yo. No tienes nada que perder; quien te mandó a ser pobre. Mira para arriba y traga saliva, y si quieres rezar...no es más que te pongas en popa, cuantas veces quieras. Siempre y cuando alimentes a un cura o a un pastor. Revoliá revoliático, no es mas que sembrar el odio en un fanático, y batir la bandera para que la empuñe el mejor postor.

Desafortunadamente,no siempre las revoluciones,buscan el bienestar de sus pobladores,sino consolidar el poder de sus dirigentes.