Los capos, pandillas y mafias que desataron la violencia en Ecuador
El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio esta semana es una señal de cómo el narcotráfico ha permeado ese país. Así fue cómo Ecuador se convirtió en un punto neurálgico del tráfico de drogas.
Ecuador siempre estuvo en el mapa de las rutas del narcotráfico; durante años fue un punto clave de salida de la droga que iba con destino a Estados Unidos y Europa, pero hoy se ha convertido en la base de operaciones de carteles mexicanos y de Europa del Este y en un centro de fabricación, acopio y distribución de narcóticos, lo que ha llevado a esta nación suramericana a vivir una violencia atroz que recuerda los años más duros del narcotráfico en Colombia. Solo el año pasado, las autoridades registraron 4.500 asesinatos vinculados con crímenes de la mafia e incautaron más de 210 toneladas. Cifras récord.
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Ecuador siempre estuvo en el mapa de las rutas del narcotráfico; durante años fue un punto clave de salida de la droga que iba con destino a Estados Unidos y Europa, pero hoy se ha convertido en la base de operaciones de carteles mexicanos y de Europa del Este y en un centro de fabricación, acopio y distribución de narcóticos, lo que ha llevado a esta nación suramericana a vivir una violencia atroz que recuerda los años más duros del narcotráfico en Colombia. Solo el año pasado, las autoridades registraron 4.500 asesinatos vinculados con crímenes de la mafia e incautaron más de 210 toneladas. Cifras récord.
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¿Qué pasó? Analistas señalan dos puntos de quiebre: el cierre de la base de Estados Unidos en Manta en 2009, que tenía como principal tarea la interdicción de aeronaves sospechosas de sacar droga y la firma del proceso de paz con las Farc en Colombia, en 2016. En el primer momento, dicen informes de seguridad, el tránsito de droga aumentó por aquellas zonas que quedaron sin la vigilancia de las tropas estadounidenses, un hecho que pasó casi desapercibido.
Un informe de Insight Crime evidenció cómo las autoridades estaban en alerta en la zona fronteriza entre Putumayo (Colombia) y Sucumbíos (Ecuador): “Luego de la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016, otras organizaciones criminales binacionales, conformadas por disidentes de esta guerrilla y por otras estructuras locales, coparon los espacios y negocios dejados en la frontera”. El fuerte aumento de cultivos ilícitos en Colombia, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), se concentra justo en zonas de Nariño y Putumayo, cerca de Ecuador.
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“La droga entra por tierra al país y sale por dos rutas: la del Pacífico, que recibe cargamentos desde Esmeraldas y va a los puertos de Manabí y Guayas; y la Amazónica, que recibe la droga que entra por Sucumbíos y la saca por Brasil y otros países de la región”, señala un artículo del periódico El Telégrafo.
En 2018 saltaron todas las alarmas, cuando los ecuatorianos comenzaron a ver un nivel de violencia sin precedentes en calles y prisiones. Organizaciones locales querían tener el control de las dos rutas claves y para eso organizaron emporios del crimen dentro de las cárceles, desde donde controlan la operación del narcotráfico. Carteles de México, como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, buscaron aliarse con los locales para manejar las operaciones; pero también llegaron grupos de los Balcanes, que también quisieron entrar al negocio.
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Los ocho de Ecuador
¿Pero quiénes son los capos de la droga en Ecuador? El Centro de Análisis de la Información de la Policía de Ecuador (CAI) recopiló en un informe el recorrido de los capos ecuatorianos de la droga desde 1990. Según sus datos, son ocho los capos que este país ha tenido.
Jorge Hernán Reyes Torres, detenido en una operación antinarcóticos en 1992, quien estuvo en prisión hasta 2009; Óscar Rubén Caranqui, detenido en 2004 en Bogotá, traficaba droga en artesanías, fue condenado por narcotráfico y asesinato; lo mataron en 2013 en la cárcel de la Roca. Wilder Emilio Sánchez, alias “El Gato”, acusado y detenido por formar parte de un brazo del Cartel de Sinaloa en 2013. Fue liberado en 2016, está detenido en Colombia; César Emilio Montenegro, alias “Don Monti”, apresado en 2011 por cargos de lavado de dinero del narcotráfico, específicamente el Cartel de Sinaloa, a través del sistema financiero de Ecuador, registra en el portal Primicias.
A la lista se suman César Enrique Fernández Ceballos, exgobernador de Manabí (punto clave de salida de droga), detenido por narcotráfico en 2013; Telmo Remigio Castro, excapitán del Ejército, terminó asesinado en la penitenciaría de El Litoral; Edison Washington Prado, alias “Gerald”, capturado en Colombia y extraditado a Estados Unidos, señalado de narcotráfico, y Leandro Norero Tigua, capturado en 2022 y asesinado meses después. Van siete capos ecuatorianos capturados en Colombia, dicen los registros de prensa del país vecino.
Atomización de carteles
Ecuador ocupa el tercer lugar en decomisos de cocaína en el mundo, según el Informe Mundial sobre Drogas de la ONU en 2022 y eso revela cómo los carteles se han atomizado en varias bandas criminales que hoy operan casi sin control.
Expertos en seguridad explicaban en el noticiero de Ecuavisa, que operan en tres niveles: pandillas, formadas por jóvenes pobres que hacen el trabajo de sicariato; redes criminales, las que operan desde las cárceles y son sangrientas; y mafias, encargadas de lavar el dinero y actúan en complicidad con autoridades y gente del Estado, justo lo que había denunciado Fernando Villavicencio, candidato asesinado esta semana, tras recibir amenazas de alias “Fito”, líder de Los Choneros. Su crimen, sin embargo, sigue bajo investigación, justo por la crisis violenta del país.
La Fiscalía informó en el mes de julio que el país libra una guerra sin cuartel contra organizaciones criminales que mutan y no tienen estructuras jerárquicas; bandas que se dividen en pandillas o terminan aliadas (por un tiempo) con otras antes enemigas. La más grande, que tiene al país contra las cuerdas, es la de Los Choneros, que controla varias prisiones de Guayaquil; tras la muerte de uno de sus líderes, el grupo se dividió en tres Los Lobos, Los Chonekillers y Los Lagartos; pero existen también otras como los Latin Kings.
La guerra, que incluye masacres en las cárceles, acribillamientos a la luz del día, secuestros masivos, extorsiones, bombas, sicariato y ajustes de cuentas al estilo de los narcos mexicanos, es por el control de las rutas. Y estos son los capos más sangrientos, de acuerdo con datos de la Policía de Ecuador.
Carlos Meza, alias “Lechuga” fue capturado en Colombia hace unos meses. Estados Unidos lo acusa de introducir en submarinos toneladas de cocaína. Espera su extradición y se dice que financia a la banda de Los Lobos.
Tras el asesinato de Alias Rasquiña, en 2020, quien pasó a liderar a Los Choneros es José Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, quien controla los puertos de Manta, en la provincia de Manabí. Es el punto principal de envío de drogas y es el dueño del negocio del sicariato, extorsión y secuestro, en alianza con el Cartel de Sinaloa. Una semana antes de ser asesinado, Villavicencio lo acusó de amenazarlo.
“Fito” está preso y en la penitenciaría de El Litoral, la más grande de Guayaquil. De acuerdo con el portal Primicias, de Ecuador, Los Chonekillers, están bajo el mando de los hermanos Israel y Antonio Camacho. El primero, alias “Trompudo”, con 20 procesos en su contra por asesinato y narcotráfico, está libre sin cumplir su condena y el segundo Alias “Ben 10″ también quedó libre por decisión de un juez que levantó la condena, a pesar de haber asesinado a cerca de 8 personas.
La banda Los Triguerones está bajo el mando de Alex Salazar Villamar, libre desde el 2021, y quien terminó asociado con un guardia de la cárcel, el negro Willy. Los Lagartos eran los sicarios que servían a todas las bandas, pero decidieron hacer parte del negocio del narcotráfico, y hoy controlan tres pabellones de la prisión de El Litoral, su líder es Carlos Mantilla Cevallos, quien opera tras las rejas.
Los Lobos, acusados en un video falso de ser los asesinos de Villavicencio, están bajo el mando de alias “Esteban”, hijo de Wilmer Chavarría, fugado en Turquía; están ligados al cartel mexicano Jalisco Nueva Generación; Fabricio Colón Pico, alias “capitán Pico” se disputa el control de esta banda, reporta el portal Primicias de Ecuador. Es uno de los más buscados del país y tiene más de 30 procesos abiertos por narcotráfico, asesinato, robo y extorsión.
Mientras tanto, el Estado se ve a gatas para enfrentar este fenómeno y ha pedido ayuda en varias oportunidades al FBI, de Estados Unidos. Esta vez, volvió a recurrir a ellos para investigar el asesinato de Villavicencio. La amenaza, a gran escala, no deja a nadie indiferente, desde jueces, fiscales, policías y ahora políticos, el baño de sangre salpica a todo el país.
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