Marcha de extrema derecha en Jerusalén Este pone a prueba al nuevo gobierno de Israel
La marcha estaba prevista inicialmente para el 10 de mayo, en medio de tensiones por las manifestaciones en el barrio de Sheij Jarrah, pero se canceló después de que el movimiento islamista Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, lanzara ese día varios cohetes contra territorio israelí en solidaridad con los palestinos de Jerusalén Este.
El nuevo gobierno israelí se enfrenta este martes a su primera prueba con una marcha de activistas judíos de extrema derecha en Jerusalén Este que amenaza con provocar otra escalada con el movimiento islamista Hamás, en el poder en la Franja de Gaza.
Incluso antes del inicio de la marcha, prevista para las 17h30 hora local, el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, pidió “a todas las partes que actúen con responsabilidad y eviten provocaciones que puedan conducir a un nuevo ciclo de enfrentamientos”.
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La embajada de Estados Unidos en Jerusalén pidió a sus empleados que no acudan a la Ciudad Vieja de Jerusalén debido a esta “marcha de las banderas”, organizada por movimientos nacionalistas y de extrema derecha israelíes, y a las “posibles contramanifestaciones”. Por su parte una agrupación de facciones palestinas, entre las que se encuentra Hamás, convocó un “Día de la Ira” en todos los territorios palestinos para “defender” Jerusalén.
“Yom Yerushalaim”
La marcha conmemora el “Yom Yerushalaim” --”Día de Jerusalén”-- el aniversario para los israelíes de la “reunificación” de la Ciudad Santa en 1967, según el calendario hebreo. Según el derecho internacional, Israel ocupa ilegalmente esta parte oriental palestina de la ciudad, que también anexionó.
La marcha estaba prevista inicialmente el 10 de mayo, en medio de tensiones por las manifestaciones en el barrio de Sheij Jarrah --donde las familias palestinas están bajo amenaza de desalojo en beneficio de los colonos judíos-- y de enfrentamientos entre palestinos y la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam, en Jerusalén Este.
Pero la marcha se canceló después de que el movimiento islamista Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, lanzara ese día varios cohetes contra territorio israelí en solidaridad con los palestinos de Jerusalén Este.
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Los cohetes y la respuesta del ejército israelí dieron lugar a una guerra de 11 días entre Hamás e Israel en la que murieron 260 palestinos en la Franja de Gaza, entre ellos niños, adolescentes y combatientes, y 13 personas en Israel, entre ellos un niño, un adolescente y un soldado. Tras la guerra, y mientras Egipto y la ONU multiplican las negociaciones para intentar consolidar un frágil alto el fuego, los organizadores de la marcha la reprogramaron para el pasado jueves, algo considerado por Hamás como una provocación.
El movimiento islamista advirtió a Israel de que tomaría represalias si la marcha se acercaba al barrio musulmán de Ciudad Vieja, y en particular a la Explanada de las Mezquitas. Temiendo enfrentamientos, el gobierno de Benjamín Netanyahu había pospuesto la marcha a este martes.
Advertencias palestinas
Pero en ese tiempo el parlamento israelí puso fin a los 12 años de gobierno de Benjamín Netanyahu dando su confianza a una coalición de ocho partidos --dos de izquierda, dos de centro, tres de derecha y uno árabe-- liderada por el nuevo primer ministro Naftali Bennett (derecha radical) y su socio, el centrista Yair Lapid.
El lunes por la noche, el nuevo ministro de Seguridad Interior, Omer Bar-Lev, decidió mantener la manifestación pese a los llamamientos a suspenderla por parte de diputados árabes israelíes y líderes palestinos. “El derecho a manifestarse es un derecho de todos en democracia”, dijo la oficina del ministro en un comunicado para justificar su decisión.
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“La policía está preparada y haremos todo lo que esté en nuestras manos para preservar el delicado tejido de la convivencia”, añadió. El recorrido se estableció tras negociaciones entre los organizadores y la policía israelí con la esperanza de evitar enfrentamientos con los palestinos, según las autoridades.
El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, advirtió de las “peligrosas repercusiones” que podría tener la marcha, calificándola de “provocación y agresión” contra los palestinos.
Un portavoz de Hamás, Mohamad Hamadeh, dijo que los “mediadores” que trabajan por un alto el fuego estable con Israel habían “pedido a las facciones de la resistencia que no emprendieran una escalada militar sobre la base de la marcha de las banderas”. “Pero todas las opciones están sobre la mesa”, añadió.
El nuevo gobierno israelí se enfrenta este martes a su primera prueba con una marcha de activistas judíos de extrema derecha en Jerusalén Este que amenaza con provocar otra escalada con el movimiento islamista Hamás, en el poder en la Franja de Gaza.
Incluso antes del inicio de la marcha, prevista para las 17h30 hora local, el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, pidió “a todas las partes que actúen con responsabilidad y eviten provocaciones que puedan conducir a un nuevo ciclo de enfrentamientos”.
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La embajada de Estados Unidos en Jerusalén pidió a sus empleados que no acudan a la Ciudad Vieja de Jerusalén debido a esta “marcha de las banderas”, organizada por movimientos nacionalistas y de extrema derecha israelíes, y a las “posibles contramanifestaciones”. Por su parte una agrupación de facciones palestinas, entre las que se encuentra Hamás, convocó un “Día de la Ira” en todos los territorios palestinos para “defender” Jerusalén.
“Yom Yerushalaim”
La marcha conmemora el “Yom Yerushalaim” --”Día de Jerusalén”-- el aniversario para los israelíes de la “reunificación” de la Ciudad Santa en 1967, según el calendario hebreo. Según el derecho internacional, Israel ocupa ilegalmente esta parte oriental palestina de la ciudad, que también anexionó.
La marcha estaba prevista inicialmente el 10 de mayo, en medio de tensiones por las manifestaciones en el barrio de Sheij Jarrah --donde las familias palestinas están bajo amenaza de desalojo en beneficio de los colonos judíos-- y de enfrentamientos entre palestinos y la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam, en Jerusalén Este.
Pero la marcha se canceló después de que el movimiento islamista Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, lanzara ese día varios cohetes contra territorio israelí en solidaridad con los palestinos de Jerusalén Este.
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Los cohetes y la respuesta del ejército israelí dieron lugar a una guerra de 11 días entre Hamás e Israel en la que murieron 260 palestinos en la Franja de Gaza, entre ellos niños, adolescentes y combatientes, y 13 personas en Israel, entre ellos un niño, un adolescente y un soldado. Tras la guerra, y mientras Egipto y la ONU multiplican las negociaciones para intentar consolidar un frágil alto el fuego, los organizadores de la marcha la reprogramaron para el pasado jueves, algo considerado por Hamás como una provocación.
El movimiento islamista advirtió a Israel de que tomaría represalias si la marcha se acercaba al barrio musulmán de Ciudad Vieja, y en particular a la Explanada de las Mezquitas. Temiendo enfrentamientos, el gobierno de Benjamín Netanyahu había pospuesto la marcha a este martes.
Advertencias palestinas
Pero en ese tiempo el parlamento israelí puso fin a los 12 años de gobierno de Benjamín Netanyahu dando su confianza a una coalición de ocho partidos --dos de izquierda, dos de centro, tres de derecha y uno árabe-- liderada por el nuevo primer ministro Naftali Bennett (derecha radical) y su socio, el centrista Yair Lapid.
El lunes por la noche, el nuevo ministro de Seguridad Interior, Omer Bar-Lev, decidió mantener la manifestación pese a los llamamientos a suspenderla por parte de diputados árabes israelíes y líderes palestinos. “El derecho a manifestarse es un derecho de todos en democracia”, dijo la oficina del ministro en un comunicado para justificar su decisión.
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“La policía está preparada y haremos todo lo que esté en nuestras manos para preservar el delicado tejido de la convivencia”, añadió. El recorrido se estableció tras negociaciones entre los organizadores y la policía israelí con la esperanza de evitar enfrentamientos con los palestinos, según las autoridades.
El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, advirtió de las “peligrosas repercusiones” que podría tener la marcha, calificándola de “provocación y agresión” contra los palestinos.
Un portavoz de Hamás, Mohamad Hamadeh, dijo que los “mediadores” que trabajan por un alto el fuego estable con Israel habían “pedido a las facciones de la resistencia que no emprendieran una escalada militar sobre la base de la marcha de las banderas”. “Pero todas las opciones están sobre la mesa”, añadió.