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El 11 de septiembre de 2001 es, por muchas razones, un evento que cambió la historia del mundo: fue el primer ataque terrorista de esa magnitud en ser transmitido en vivo y en directo por una generación que no entendía bien lo que pasaba pero que viviría todas y cada una de las consecuencias del mayor atentado en suelo estadounidense en todo lo que va del siglo XXI: guerras, ataques a las libertad públicas.
"El 11 de septiembre volvió loco a todo el mundo, creó monstruos", señalaba, en 2011, el veterano periodista Robert Fisk. (Lea el texto completo).
En Nueva York hubo 4 mil víctimas, contando las que fallecieron, años después, debido al polvo que se generó por cuenta de la caída de ambas Torres, cuya historia fue contada, magistralmente, por Edwin Andrés Martínez, en 2011. (Lea el texto completo).
Pero las consecuencias no se circunscribieron a la Gran Manzana y mucho menos a Estados Unidos: afectaron al mundo entero. "El 9/11 cambió al mundo, no a EE.UU", señalaba el analista Robert Kagan, a los 10 años del ataque. (Lea el texto completo).
Las consecuencias directas fueron para Medio Oriente. Primero: la guerra en Afganistán, iniciada ese mismo 2001, mientras los hierros de lo que era el World Trade Center seguían allí, en la Zona Cero. Casi 125 mil personas han muerto desde el inicio de esta. Y revelaciones como las de Wikileaks, en 2010, demostraron que hubo mucha improvisación y poca cabeza fría. (Lea el texto completo)
Sin mencionar el costo económico de la misma. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Brown, en 2011, calculó en $3.7 billones de dólares el costo estimado de las guerras en Afganistán e Irak. (Lea el texto completo).
En el caso de Irak, antes que todo, hay que decir que se basó en mentiras, como lo reveló, este año, el informe Chilcot. (Lea la nota que se hizo al respecto). Y, con base en el analista Carlos Alberto Patiño, fue un fracaso estratégico. (Vea su análisis).
Pero no fue sólo la guerra, fueron también los abusos llevados a cabo en desarrollo de la lucha contraterrorista. Abusos como los de Guantánamo. (Vea: Guantánamo, la derrota de Obama). O los de Abu Ghraib (Ver: "Una conducta deplorable").
Pero, sobre todo, las organizaciones yihadistas que surgieron tras estas guerras, que llevaron el infierno de Nueva York al Medio Oriente. (Ver: 10 artículos para entender qué es el Estado Islámico y qué busca)