“A Julian Assange debieron retirarle el asilo hace tiempo”
En entrevista con El Espectador, Paola Vintimilla, asambleísta ecuatoriana que denunció irregularidades en el proceso de nacionalización del fundador de Wikileaks, habla sobre la revocatoria del asilo político al australiano, que duró siete años.
Jesús Mesa / @JesusMesa
Tuvieron que pasar más de 2.400 días para que Julian Assange volviera a la calle, aunque no fue de la forma en que él lo habría querido. El pasado viernes, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, revocó el asilo político que el fundador de Wikileaks tenía desde 2012 y lo entregó al Reino Unido, que lo requería por varios procesos en su contra.
Los últimos años de Assange en la Embajada no fueron fáciles. Escándalos como la intromisión de Wikileaks en diferentes procesos políticos durante estos años, como en Estados Unidos o en Cataluña, junto con las dudas que dejó su naturalización como ecuatoriano en 2017, hacían pensar que la estadía del activista australiano allí era cuestión de tiempo.
Finalmente, la semana pasada, durante una sesión de la Asamblea ecuatoriana, el canciller José Valencia mencionó las inconsistencias cometidas en la nacionalización de Assange. Inconsistencias que llevaron a Moreno, entre otras razones, a suspender los efectos de la naturalización y dar por concluido el asilo.
Una de las primeras personas en denunciar este proceso fue la exdiputada ecuatoriana Paola Vintimilla, que en su momento cuestionó las razones por las que se le otorgó la nacionalidad. En entrevista con El Espectador, la política ecuatoriana explica cuáles fueron las irregularidades en este proceso. Le puede interesar: Las razones de la detención de Assange
Usted fue una de las primeras personas en cuestionar la entrega de la nacionalidad a Assange por parte de Ecuador. ¿Por qué se opuso a esto?
En realidad, fui la primera que quiso investigar sobre el tema de la nacionalidad y eso se dio porque yo pertenecía a la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea. Cuando nos enteramos por medios internacionales de que se la había dado la nacionalidad al señor Assange le preguntamos a la canciller María Fernanda Espinosa, pero ella lo negó. Al final, y luego del escándalo que generó, cuando se supo que todo era un plan de ella para nombrarlo diplomático y así pudiera salir de Reino Unido, terminó reconociéndolo y ahí es cuando empiezan mis dudas sobre ese proceso.
¿Cuáles fueron esas irregularidades?
Por ejemplo, se creó un reglamento específico para beneficiar al señor Assange, pues no había un motivo legal para justificar la entrega de la nacionalidad. Vemos que en la entrevista que se le hace recibe una calificación de 100 sobre 100, pero cuando revisamos el contenido de la misma, solamente se ve que hablan de cómo fundó Wikileaks, de cuál era su trabajo actualmente o de qué quería hacer en el futuro. No le preguntaron si conocía los símbolos patrios, ni la geografía ni la historia del Ecuador, que son requisitos indispensables. Tampoco si hablaba nuestro idioma. Por eso, a partir de septiembre, pedí que se aplicara el recurso de lesividad por parte del Estado para retirarle la nacionalidad.
¿De qué se trata este recurso?
Es un recurso que el Estado puede aplicar cuando reconoce que hubo fallos e irregularidades en un procedimiento administrativo. Con eso buscamos que el gobierno acepte que se equivocó, o que no se cumplieron los requisitos administrativos, para entregarle, en este caso, la nacionalidad a Assange.
Usted estuvo en contra de otorgarle la nacionalidad a Assange. ¿También lo estuvo frente al asilo?
Yo no me opuse al asilo, pero coincidía con muchos expertos internacionales en que tenían que retirarle la nacionalidad. El problema con Assange es que incumplió una de las condiciones por las que Ecuador le dio el asilo, que fue la no interferencia en decisiones políticas de otros países. Mientras estuvo en nuestra Embajada, Assange participó directamente en el proceso de independencia de Cataluña y los correos de Hillary Clinton, que afectaron las elecciones de Estados Unidos.
Hay quienes dicen que esta decisión tiene que ver con una revancha personal del presidente Moreno por la divulgación de documentos que lo perjudican...
Yo creo que sí. Fue una decisión tomada por la coyuntura que está viviendo en este momento el gobierno ecuatoriano, en especial Lenín Moreno y su familia. Pero más allá de eso, las causales para revocar su asilo existían desde antes. De hecho, pienso que esta decisión se tomó tarde. Lea también: Julian Assange, ¿víctima de la pugna entre Rafael Correa y Lenín Moreno?
Rafael Correa afirmó que Lenín Moreno es “el traidor más grande de la humanidad”. ¿Qué opinión tiene frente a las críticas del exmandatario?
El correísmo siempre va a tener una excusa y aquí en Ecuador está comprobado que en su gobierno hubo muchas irregularidades. Me causa gracia que ellos se hagan las víctimas y que hablen de un principio de la “no devolución” de los refugiados o asilados, pero no mencionan que su condición se podría ver afectada si esa persona ponía en riesgo la seguridad nacional de un país, y Assange lo ha hecho en varias ocasiones.
¿Era Assange una piedra en el zapato para el gobierno de Ecuador?
Sí. Julian Assange se nos convirtió en un obstáculo para sellar acuerdos internacionales, en especial con nuestro principal socio comercial, que es Estados Unidos. Cuando yo estaba en la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea, ellos nos manifestaron que no iban a firmar ningún Tratado de Libre Comercio por el tema Assange. Pero además de nuestros socios comerciales estratégicos, hemos tenido problemas diplomáticos con, por ejemplo, Reino Unido y España en su momento, por el tema de Cataluña. Si él hubiera mantenido el silencio y la prudencia, y no hubiera interferido en la política interna de estos países, la cosa sería diferente.
¿Cuánto le costó a Ecuador sostener el asilo de Assange?
Según cifras de la Contraloría, se han gastado casi US$7 millones en el sostenimiento del asilo de Assange. Es decir, US$1 millón anual, cerca de US$83.000 mensuales por mantenerlo en nuestra embajada.
¿Qué responsabilidades tiene ahora Ecuador frente al caso Assange?
Ninguna. Lo que hizo Ecuador después de retirar el asilo fue pedirle a Londres que no sea extraditado a un país donde su vida pueda correr peligro o donde pueda ser maltratado o se vean vulnerados sus derechos. Pero ya de aquí en adelante, lo que haga el Reino Unido, si acepta o no la extradición que está pidiendo el gobierno de los Estados Unidos, es un problema de ellos.
¿Esperan alguna retaliación por parte de Assange?
No creo que Julian Assange, conociendo su carácter, se vaya a quedar tranquilo con esto. Seguramente difundirá más información que genere nuevos escándalos. Por eso creo que el señor Assange dejó de ser un activista en busca de la verdad hace muchísimo tiempo. Ahora se debe a intereses y gente de poder. Hoy por hoy es considerado más un hacker y no un defensor de la libertad de expresión.
Tuvieron que pasar más de 2.400 días para que Julian Assange volviera a la calle, aunque no fue de la forma en que él lo habría querido. El pasado viernes, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, revocó el asilo político que el fundador de Wikileaks tenía desde 2012 y lo entregó al Reino Unido, que lo requería por varios procesos en su contra.
Los últimos años de Assange en la Embajada no fueron fáciles. Escándalos como la intromisión de Wikileaks en diferentes procesos políticos durante estos años, como en Estados Unidos o en Cataluña, junto con las dudas que dejó su naturalización como ecuatoriano en 2017, hacían pensar que la estadía del activista australiano allí era cuestión de tiempo.
Finalmente, la semana pasada, durante una sesión de la Asamblea ecuatoriana, el canciller José Valencia mencionó las inconsistencias cometidas en la nacionalización de Assange. Inconsistencias que llevaron a Moreno, entre otras razones, a suspender los efectos de la naturalización y dar por concluido el asilo.
Una de las primeras personas en denunciar este proceso fue la exdiputada ecuatoriana Paola Vintimilla, que en su momento cuestionó las razones por las que se le otorgó la nacionalidad. En entrevista con El Espectador, la política ecuatoriana explica cuáles fueron las irregularidades en este proceso. Le puede interesar: Las razones de la detención de Assange
Usted fue una de las primeras personas en cuestionar la entrega de la nacionalidad a Assange por parte de Ecuador. ¿Por qué se opuso a esto?
En realidad, fui la primera que quiso investigar sobre el tema de la nacionalidad y eso se dio porque yo pertenecía a la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea. Cuando nos enteramos por medios internacionales de que se la había dado la nacionalidad al señor Assange le preguntamos a la canciller María Fernanda Espinosa, pero ella lo negó. Al final, y luego del escándalo que generó, cuando se supo que todo era un plan de ella para nombrarlo diplomático y así pudiera salir de Reino Unido, terminó reconociéndolo y ahí es cuando empiezan mis dudas sobre ese proceso.
¿Cuáles fueron esas irregularidades?
Por ejemplo, se creó un reglamento específico para beneficiar al señor Assange, pues no había un motivo legal para justificar la entrega de la nacionalidad. Vemos que en la entrevista que se le hace recibe una calificación de 100 sobre 100, pero cuando revisamos el contenido de la misma, solamente se ve que hablan de cómo fundó Wikileaks, de cuál era su trabajo actualmente o de qué quería hacer en el futuro. No le preguntaron si conocía los símbolos patrios, ni la geografía ni la historia del Ecuador, que son requisitos indispensables. Tampoco si hablaba nuestro idioma. Por eso, a partir de septiembre, pedí que se aplicara el recurso de lesividad por parte del Estado para retirarle la nacionalidad.
¿De qué se trata este recurso?
Es un recurso que el Estado puede aplicar cuando reconoce que hubo fallos e irregularidades en un procedimiento administrativo. Con eso buscamos que el gobierno acepte que se equivocó, o que no se cumplieron los requisitos administrativos, para entregarle, en este caso, la nacionalidad a Assange.
Usted estuvo en contra de otorgarle la nacionalidad a Assange. ¿También lo estuvo frente al asilo?
Yo no me opuse al asilo, pero coincidía con muchos expertos internacionales en que tenían que retirarle la nacionalidad. El problema con Assange es que incumplió una de las condiciones por las que Ecuador le dio el asilo, que fue la no interferencia en decisiones políticas de otros países. Mientras estuvo en nuestra Embajada, Assange participó directamente en el proceso de independencia de Cataluña y los correos de Hillary Clinton, que afectaron las elecciones de Estados Unidos.
Hay quienes dicen que esta decisión tiene que ver con una revancha personal del presidente Moreno por la divulgación de documentos que lo perjudican...
Yo creo que sí. Fue una decisión tomada por la coyuntura que está viviendo en este momento el gobierno ecuatoriano, en especial Lenín Moreno y su familia. Pero más allá de eso, las causales para revocar su asilo existían desde antes. De hecho, pienso que esta decisión se tomó tarde. Lea también: Julian Assange, ¿víctima de la pugna entre Rafael Correa y Lenín Moreno?
Rafael Correa afirmó que Lenín Moreno es “el traidor más grande de la humanidad”. ¿Qué opinión tiene frente a las críticas del exmandatario?
El correísmo siempre va a tener una excusa y aquí en Ecuador está comprobado que en su gobierno hubo muchas irregularidades. Me causa gracia que ellos se hagan las víctimas y que hablen de un principio de la “no devolución” de los refugiados o asilados, pero no mencionan que su condición se podría ver afectada si esa persona ponía en riesgo la seguridad nacional de un país, y Assange lo ha hecho en varias ocasiones.
¿Era Assange una piedra en el zapato para el gobierno de Ecuador?
Sí. Julian Assange se nos convirtió en un obstáculo para sellar acuerdos internacionales, en especial con nuestro principal socio comercial, que es Estados Unidos. Cuando yo estaba en la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea, ellos nos manifestaron que no iban a firmar ningún Tratado de Libre Comercio por el tema Assange. Pero además de nuestros socios comerciales estratégicos, hemos tenido problemas diplomáticos con, por ejemplo, Reino Unido y España en su momento, por el tema de Cataluña. Si él hubiera mantenido el silencio y la prudencia, y no hubiera interferido en la política interna de estos países, la cosa sería diferente.
¿Cuánto le costó a Ecuador sostener el asilo de Assange?
Según cifras de la Contraloría, se han gastado casi US$7 millones en el sostenimiento del asilo de Assange. Es decir, US$1 millón anual, cerca de US$83.000 mensuales por mantenerlo en nuestra embajada.
¿Qué responsabilidades tiene ahora Ecuador frente al caso Assange?
Ninguna. Lo que hizo Ecuador después de retirar el asilo fue pedirle a Londres que no sea extraditado a un país donde su vida pueda correr peligro o donde pueda ser maltratado o se vean vulnerados sus derechos. Pero ya de aquí en adelante, lo que haga el Reino Unido, si acepta o no la extradición que está pidiendo el gobierno de los Estados Unidos, es un problema de ellos.
¿Esperan alguna retaliación por parte de Assange?
No creo que Julian Assange, conociendo su carácter, se vaya a quedar tranquilo con esto. Seguramente difundirá más información que genere nuevos escándalos. Por eso creo que el señor Assange dejó de ser un activista en busca de la verdad hace muchísimo tiempo. Ahora se debe a intereses y gente de poder. Hoy por hoy es considerado más un hacker y no un defensor de la libertad de expresión.