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Un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos reveló que el número de abusos sexuales en academias militares aumentó en 50% en los últimos dos años, a pesar de los intentos de la institución por mitigar las agresiones de este tipo. Los portavoces de las Fuerzas Armadas han mostrado preocupación por los resultados y han solicitado que no se detengan los esfuerzos para erradicar este problema.
“Estos resultados son frustrantes, desalentadores e inaceptables”, dijo Elise Van Winkle, quien encabeza la oficina de preparación y personal del Pentágono. “Estamos descorazonados y decepcionados de que las estrategias que hemos empleado realmente no estén obteniendo los resultados que queremos”, agregó Nathan Galbreath, subdirector de la Oficina de Prevención y Respuesta a Agresión Sexual del Departamento de Defensa.
“A pesar de las importantes inversiones en atención, tiempo y recurso, la tasa de prevalencia estimada del contacto sexual no deseado aumentó en comparación con la tasa media de años anteriores”, concluyó el informe. Le recomendamos: Acoso sexual en Estados Unidos afecta finanzas
Cada año, las academias de las Fuerzas Armadas, a las que asisten cerca de 13.000 cadetes para formarse como militares, realizan una encuesta para determinar la prevalencia de agresiones sexuales. Mientras que para el periodo entre 2013 y 2014 se registraron 327 denuncias, en 2016 fueron 507 y para 2018 la cifra subió a 747 acusaciones.
“Las campanas de alarma deben activarse en nuestras academias, el Departamento de Defensa y el Congreso. Claramente, lo que se está haciendo para abordar la agresión sexual en nuestras academias no solo no funciona, sino que ha permitido que las tasas de agresión aumenten en un sorprendente 47%”, dijo la representante demócrata Jackie Speier, quien preside el panel de personal en el Comité de Servicios Armados de la Cámara.
El Ejército ha librado una gran batalla contra las agresiones sexuales en sus filas desde hace años. En 2013, la publicación de un informe, similar al publicado en enero de 2019, provocó que el Congreso interviniera en la problemática, y legisló ordenes para que se diera una mayor atención a las víctimas. En 2018, las academias implementaron un plan de prevención y la creación de una cultura de respeto para uniformados más disciplinados en el campo de las relaciones interpersonales.
“Nuestro compromiso es absoluto. Si bien estamos descorazonados porque las estrategias que hemos empleado no han logrado los resultados que pretendíamos, no nos detendremos”, afirmó la Elizabeth Van Winkle, directora ejecutiva de resistencia a la fuerza, una oficina adjunta a la secretaría de defensa de preparación. "La tendencia es un reflejo de la omnipresencia de esta conducta indebida y la dificultad de mantener un cambio de cultura a lo largo del tiempo", agregó Van Winkle.
La escuela más afectada en esta ocasión fue la Academia West Point de la Armada en Nueva York, donde el 16,5% de las cadetes reportó algún tipo de agresión sexual. Las denuncias significaron un aumento de 10,2% con respecto al año anterior. Los aumentos, en el pasado, se han atribuido a una mayor conciencia de las agresiones y, por ello, a un mejor reporte de los casos. Le puede interesar: El acoso sexual no es exclusivo de Hollywood
El movimiento #MeToo, que se hizo popular en 2017 pero tiene orígenes en 2006, pudo alentar a algunos de los cadetes a denunciar agresiones. Sin embargo, los investigadores señalan que las denuncias se revelaron en una encuesta confidencial, a diferencia de las publicaciones del movimiento que se desenvuelven en un espectro público. Pero ¿Qué están haciendo los líderes para mitigar el acoso?
Los principales líderes del Ejército, entre los que destaca el exsecretario de Defensa, Jim Mattis, promueven campañas para un consumo adecuado de alcohol, prevención de acoso por medio de la adopción de una cultura de respeto y un fortalecimiento de las investigaciones. Pero, como afirma el Pentágono, "esto no se trata solo del personal y la facultad del Ejército en West Point, también esperamos más de los cadetes, que son los futuros líderes de nuestro Ejército".
El Pentágono no entiende por qué continúan incrementándose las denuncias, pues advierte que los aumentos en el pasado se han atribuido a una mayor conciencia de las agresiones sexuales y, por lo tanto, a un mejor informe de los casos. Pero este año el problema tiene razones más profundas que aún deben abordarse y que todavía no se explican.
Según una publicación del American Journal of Community Psychology, hay lagunas en la forma en la que el Ejército combate las agresiones sexuales, pues no todas las ramas se defienden de este problema de la misma manera. “La efectividad percibida de la estrategia difiere según la rama, el sexo y el historial de agresión sexual”, señalan los investigadores. Los uniformados perciben que la capacitación que reciben en cuanto el tema no es del todo integral, y esto varía según cada institución. La Fuerza Aérea, por ejemplo, al tener un informe de entrenamiento más completo también tiene las tasas de incidencia más bajas de agresión sexual. Por lo que concluye que, con un estudio más integral del tema, se pueden reducir los abusos.
“Necesitamos fortalecer nuestros esfuerzos para promover y mantener climas seguros y respetuosos”, dijo la directora de la oficina de prevención y respuesta a agresiones sexuales del Pentágono, Ann Burkhardt, de RADM. “Debemos esforzarnos por mantener la confianza de los padres que envían a sus hijos e hijas para que sean tratados con dignidad y respeto. El contacto sexual no deseado es uno de los factores más destructivos en la construcción de un ejército centrado en la misión, por lo que todos debe tomar un papel más activo en la lucha contra este horrible crimen”.