El largo camino de los afganos que llegan a Colombia
Mientras las evacuaciones avanzan en Afganistán, El Espectador conoció que el grupo de refugiados que llegará a Colombia ya está en El Paso (Texas) antes de su llegada.
Colombia espera en cualquier momento a los cerca de 4.000 afganos que estarán temporalmente en el país hasta cumplir con los trámites de visado estadounidense. En este momento cada hora parece crítica y con el pasar de los días el desespero por evacuar Kabul ha aumentado estrepitosamente. El anuncio del grupo talibán a la comunidad internacional es claro, o sacan a sus tropas o habrá consecuencias. La amenaza solo entorpece las evacuaciones de personas y pone en peligro inminente a los que se queden. Si bien ese primer paso es el más urgente y difícil, los siguientes, que corresponden a los viajes y las instalaciones, están llenos de obstáculos y asuntos por resolver.
Un primer síntoma que muestra las dificultades del proceso es el anuncio de Estados Unidos y España sobre la imposibilidad de poder evacuar a todas las personas antes del límite que pusieron las autoridades talibanes. Ambos están utilizando aviones militares y Biden incluso pidió a aerolíneas comerciales poner a disposición algunos de sus aviones. De hecho, la ministra española de Defensa, Margarita Robles, afirmó en la radio Cadena Ser: “Vamos a sacar a todo el mundo posible, pero habrá gente que se quedará por cuestiones que no dependen de nosotros, sino de la propia situación que hay allí”.
Le recomendamos: Guía para entender lo que está pasando en Afganistán
Además, el gobierno alemán está considerando concluir este jueves el puente aéreo desde Kabul para evacuar a sus nacionales y a colaboradores afganos ante el grave empeoramiento de la situación de seguridad en el aeropuerto, informó este miércoles el semanario Der Spiegel. “Se producen frecuentemente situaciones peligrosas y enfrentamientos con armas en las puertas del aeropuerto. A esto se le suman los recientes avisos por terrorismo”, se aseguró en un escrito de la embajada alemana en Afganistán.
Si bien el jefe de la diplomacia del gobierno de Joe Biden, Anthony Blinken, sostuvo que “los talibanes han asumido compromisos públicos y privados para proporcionar y permitir un paso seguro para los estadounidenses, para los ciudadanos de terceros países y para los afganos en riesgo a partir del 31 de agosto”, todavía no ha habido anuncio de ninguna autoridad talibán.El gobierno de Iván Duque, por su parte, comienza a alistarse para la llegada del grupo que recibirá temporalmente tras el acuerdo con el gobierno de Joe Biden.
De hecho, este diario conoció que uno de los grupos de refugiados afganos ya está en El Paso, Estados Unidos, desde donde saldrá hacia Colombia. Según el gobierno local, “el Centro de Procesamiento de Servicios de El Paso está bajo la jurisdicción de la Oficina del Juez Principal de Inmigración, que es un componente de la Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración bajo el Departamento de Justicia”. Todavía se desconoce si allí iniciarán los trámites para obtener la visa de inmigrante especial (SIV).
“Esto para Colombia no tiene ningún costo económico, ya que los gastos de toda esta operación van a ser financiados por las autoridades norteamericanas”, dijo el embajador de Colombia en Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón, y agregó que su estadía será solo mientras se resuelve su situación migratoria.
Mientras tanto, miles de afganos se agolpan desde hace días a las puertas del aeropuerto, custodiado por más de 6.000 soldados de Estados Unidos, con la esperanza de subir a uno de los vuelos fletados por los países occidentales. Pese a una caótica situación, 82.300 personas ya fueron evacuadas en aviones de Estados Unidos o de sus aliados desde el 14 de agosto.
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México es otro de los países latinoamericanos dispuestos a ayudar. Este miércoles informó la llegada de un grupo de 124 personas conformado por reporteros que trabajaban en Afganistán y sus familiares, horas después de acoger a cinco jóvenes afganas de un equipo de robótica premiado internacionalmente, todos evacuados tras la toma del poder por los talibanes. “Se trata de quienes están arriesgando sus vidas por informar, por comunicar, que están comprometidos con la libertad de expresión, con la libertad y la independencia de la comunicación”, dijo el canciller Marcelo Ebrard durante un acto de bienvenida de los periodistas en el aeropuerto de Ciudad de México.
El grupo, conformado por trabajadores de diversos medios de comunicación que operan en Kabul, llegó a México tras 20 horas de vuelo desde Doha en un avión de la Fuerza Aérea de Catar, donde también viajaron niños, según imágenes difundidas por la Cancillería. También llegaron cinco jóvenes afganas integrantes de un equipo de robótica premiado internacionalmente. Una de ellas, en rueda de prensa, aseguró: “No solo salvaron nuestra vida, sino también nuestros sueños. Nuestra historia no terminará triste por los talibanes. Ahora que han tomado el poder, esto ya no está a nuestro favor. En este régimen las niñas nos vemos con dificultades, por eso agradecemos estar aquí.
Además de Estados Unidos, hay otros países que están ayudando con la evacuación. El ejército británico, por ejemplo, afirmó el pasado domingo haber sacado a 5.725 personas del país desde el 13 de agosto, entre ellas 3.100 afganos. Por su parte, Alemania anunció haber evacuado a 900, Francia a 209, España a 1.105 y espera sacar a 4.000 en total, Países Bajos a 35, Dinamarca a 84, Hungría a 26, Polonia a 50, República Checa a 56, Japón a 12, Australia a 26, India a 170, Turquía a 552 y Suiza espera evacuar a 230.
La salida, entre el miedo y el desespero
Salir de Afganistán se ha convertido en un infierno para las personas. Frente al aeropuerto, los soldados estadounidenses y franceses señalan a quienes podrán acceder a uno de los vuelos de evacuación: “Él está con nosotros, él no…”. Los que logran pasar, podrán escapar de Kabul, cuenta Mohamed, uno de los cientos de afganos que fueron evacuados a Francia en los últimos días tras la toma de poder de los talibanes. Los demás tendrán que quedarse.
Mohamed, solloza, desgarrado por haber abandonado a su padre, su hermano y su hermana. “Pero no tenía otra opción”, suspira. “En 1996, cuando los talibanes llegaron al poder, me encarcelaron. No quiero eso para mis hijos”.
“Intenté entrar en la embajada francesa varias veces. Pero los talibanes me lo impedían. Uno de ellos me golpeó con su Kalashnikov. Estaba llorando en la calle cuando alguien en el lado francés me vio. Nos abrieron la puerta”, dice Maryam, devastada por haber sido separada de uno de sus hijos durante la evacuación.
Y es que el sentimiento que describen los afganos que han podido huir es entre alivio, miedo y culpa. Omar, que prefirió no revelar su identidad, teme por sus padres, que dice que corren un gran peligro por su culpa. “Los talibanes ya habían venido a nuestra casa. Les dijeron: “Si no nos entregan a su hijo, les mataremos”.
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Colombia espera en cualquier momento a los cerca de 4.000 afganos que estarán temporalmente en el país hasta cumplir con los trámites de visado estadounidense. En este momento cada hora parece crítica y con el pasar de los días el desespero por evacuar Kabul ha aumentado estrepitosamente. El anuncio del grupo talibán a la comunidad internacional es claro, o sacan a sus tropas o habrá consecuencias. La amenaza solo entorpece las evacuaciones de personas y pone en peligro inminente a los que se queden. Si bien ese primer paso es el más urgente y difícil, los siguientes, que corresponden a los viajes y las instalaciones, están llenos de obstáculos y asuntos por resolver.
Un primer síntoma que muestra las dificultades del proceso es el anuncio de Estados Unidos y España sobre la imposibilidad de poder evacuar a todas las personas antes del límite que pusieron las autoridades talibanes. Ambos están utilizando aviones militares y Biden incluso pidió a aerolíneas comerciales poner a disposición algunos de sus aviones. De hecho, la ministra española de Defensa, Margarita Robles, afirmó en la radio Cadena Ser: “Vamos a sacar a todo el mundo posible, pero habrá gente que se quedará por cuestiones que no dependen de nosotros, sino de la propia situación que hay allí”.
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Además, el gobierno alemán está considerando concluir este jueves el puente aéreo desde Kabul para evacuar a sus nacionales y a colaboradores afganos ante el grave empeoramiento de la situación de seguridad en el aeropuerto, informó este miércoles el semanario Der Spiegel. “Se producen frecuentemente situaciones peligrosas y enfrentamientos con armas en las puertas del aeropuerto. A esto se le suman los recientes avisos por terrorismo”, se aseguró en un escrito de la embajada alemana en Afganistán.
Si bien el jefe de la diplomacia del gobierno de Joe Biden, Anthony Blinken, sostuvo que “los talibanes han asumido compromisos públicos y privados para proporcionar y permitir un paso seguro para los estadounidenses, para los ciudadanos de terceros países y para los afganos en riesgo a partir del 31 de agosto”, todavía no ha habido anuncio de ninguna autoridad talibán.El gobierno de Iván Duque, por su parte, comienza a alistarse para la llegada del grupo que recibirá temporalmente tras el acuerdo con el gobierno de Joe Biden.
De hecho, este diario conoció que uno de los grupos de refugiados afganos ya está en El Paso, Estados Unidos, desde donde saldrá hacia Colombia. Según el gobierno local, “el Centro de Procesamiento de Servicios de El Paso está bajo la jurisdicción de la Oficina del Juez Principal de Inmigración, que es un componente de la Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración bajo el Departamento de Justicia”. Todavía se desconoce si allí iniciarán los trámites para obtener la visa de inmigrante especial (SIV).
“Esto para Colombia no tiene ningún costo económico, ya que los gastos de toda esta operación van a ser financiados por las autoridades norteamericanas”, dijo el embajador de Colombia en Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón, y agregó que su estadía será solo mientras se resuelve su situación migratoria.
Mientras tanto, miles de afganos se agolpan desde hace días a las puertas del aeropuerto, custodiado por más de 6.000 soldados de Estados Unidos, con la esperanza de subir a uno de los vuelos fletados por los países occidentales. Pese a una caótica situación, 82.300 personas ya fueron evacuadas en aviones de Estados Unidos o de sus aliados desde el 14 de agosto.
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México es otro de los países latinoamericanos dispuestos a ayudar. Este miércoles informó la llegada de un grupo de 124 personas conformado por reporteros que trabajaban en Afganistán y sus familiares, horas después de acoger a cinco jóvenes afganas de un equipo de robótica premiado internacionalmente, todos evacuados tras la toma del poder por los talibanes. “Se trata de quienes están arriesgando sus vidas por informar, por comunicar, que están comprometidos con la libertad de expresión, con la libertad y la independencia de la comunicación”, dijo el canciller Marcelo Ebrard durante un acto de bienvenida de los periodistas en el aeropuerto de Ciudad de México.
El grupo, conformado por trabajadores de diversos medios de comunicación que operan en Kabul, llegó a México tras 20 horas de vuelo desde Doha en un avión de la Fuerza Aérea de Catar, donde también viajaron niños, según imágenes difundidas por la Cancillería. También llegaron cinco jóvenes afganas integrantes de un equipo de robótica premiado internacionalmente. Una de ellas, en rueda de prensa, aseguró: “No solo salvaron nuestra vida, sino también nuestros sueños. Nuestra historia no terminará triste por los talibanes. Ahora que han tomado el poder, esto ya no está a nuestro favor. En este régimen las niñas nos vemos con dificultades, por eso agradecemos estar aquí.
Además de Estados Unidos, hay otros países que están ayudando con la evacuación. El ejército británico, por ejemplo, afirmó el pasado domingo haber sacado a 5.725 personas del país desde el 13 de agosto, entre ellas 3.100 afganos. Por su parte, Alemania anunció haber evacuado a 900, Francia a 209, España a 1.105 y espera sacar a 4.000 en total, Países Bajos a 35, Dinamarca a 84, Hungría a 26, Polonia a 50, República Checa a 56, Japón a 12, Australia a 26, India a 170, Turquía a 552 y Suiza espera evacuar a 230.
La salida, entre el miedo y el desespero
Salir de Afganistán se ha convertido en un infierno para las personas. Frente al aeropuerto, los soldados estadounidenses y franceses señalan a quienes podrán acceder a uno de los vuelos de evacuación: “Él está con nosotros, él no…”. Los que logran pasar, podrán escapar de Kabul, cuenta Mohamed, uno de los cientos de afganos que fueron evacuados a Francia en los últimos días tras la toma de poder de los talibanes. Los demás tendrán que quedarse.
Mohamed, solloza, desgarrado por haber abandonado a su padre, su hermano y su hermana. “Pero no tenía otra opción”, suspira. “En 1996, cuando los talibanes llegaron al poder, me encarcelaron. No quiero eso para mis hijos”.
“Intenté entrar en la embajada francesa varias veces. Pero los talibanes me lo impedían. Uno de ellos me golpeó con su Kalashnikov. Estaba llorando en la calle cuando alguien en el lado francés me vio. Nos abrieron la puerta”, dice Maryam, devastada por haber sido separada de uno de sus hijos durante la evacuación.
Y es que el sentimiento que describen los afganos que han podido huir es entre alivio, miedo y culpa. Omar, que prefirió no revelar su identidad, teme por sus padres, que dice que corren un gran peligro por su culpa. “Los talibanes ya habían venido a nuestra casa. Les dijeron: “Si no nos entregan a su hijo, les mataremos”.
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