El secretario general de la ONU, António Guterres, instó el lunes a un alto al fuego inmediato en el conflicto entre Israel y Hamás, y advirtió que el incesante bombardeo israelí sobre el territorio palestino de la Franja de Gaza se estaba convirtiendo en un “cementerio de niños”.
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En sus declaraciones ante los periodistas en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, añadió: “La catástrofe que se está desarrollando hace que la necesidad de un alto al fuego humanitario sea más urgente a cada hora que pasa. Las partes en el conflicto, y, de hecho, la comunidad internacional, enfrentan una responsabilidad inmediata y fundamental: detener este sufrimiento colectivo inhumano y ampliar dramáticamente la ayuda humanitaria a Gaza. La pesadilla allí es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de humanidad”.
El conflicto se desató con intensidad luego de que milicianos del grupo islamista Hamás irrumpieron en Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.400 personas, en su mayoría civiles, incluidos jóvenes que participaban de un festival de música electrónica.
Israel lanzó, como represalia, una serie de bombardeos incesantes e incursiones terrestres en la Franja de Gaza. Según el Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás, 10.222 personas han muerto, incluidos más de 4.000 niños.
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Guterres estaba lanzando formalmente un llamado para desplegar un paquete de ayuda humanitaria de la ONU por US$1.200 millones, con el fin de atender a 2,7 millones de palestinos que viven en toda la Franja de Gaza y los territorios de Cisjordania y Jerusalén Este, ocupados por Israel.
Camiones de ayuda han llegado a Gaza desde Egipto a través del cruce de Rafah, pero el nivel sigue muy por debajo del que había antes del 7 de octubre. Israel alega que necesita tiempo para ejercer los controles de seguridad de los vehículos y que no llevan combustible. Al respecto, Guterres dijo: “Sin combustible, los recién nacidos en incubadoras y los pacientes con soporte vital morirán”.
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