Apoyo de Trump a Hong Kong enfurece a China, pero es alabado en Hong Kong
El presidente estadounidense firmó una legislación que podría conducir a fuertes sanciones a funcionarios chinos responsables de abusos contra los manifestantes hongkoneses.
- Redacción Internacional
Como si no hubiera existido suficiente tensión entre Estados Unidos y China en el último año, el presidente Donald Trump ha añadido más leña al fuego a la relación entre estos dos países esta semana al aprobar una legislación diseñada para apoyar a los manifestantes prodemocracia de Hong Kong.
El mandatario estadounidense firmó el miércoles una legislación estricta que autoriza las sanciones contra funcionarios chinos y hongkoneses que sean responsables de abusos a los manifestantes y activistas a favor de la democracia en Hong Kong.
“Firmé estos proyectos de ley por respeto al presidente Xi, China y al pueblo de Hong Kong. Se están promulgando con la esperanza de que los líderes y representantes de China y Hong Kong puedan resolver sus diferencias de manera amistosa, lo que conducirá a la paz y la prosperidad a largo plazo para todos”, dijo Trump en un comunicado emitido desde su casa de vacaciones en Florida.
La decisión, apoyada tanto por el Partido Republicano como por el Partido Demócrata, es una clara muestra de apoyo a las protestas en la región que estallaron cumplen siete meses y se produce en medio de las negociaciones de un acuerdo comercial entre Trump y el gobierno chino, por lo que eran de esperarse reproches del Partido Comunista Chino. Le puede interesar: El mundo no es como lo pintan, la protesta moderna en Hong Kong
Los reclamos no se hicieron esperar. Poco después de conocer la noticia, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China mostró su furia. “(el proyecto de ley) interfiere seriamente con los asuntos de Hong Kong, interfiere gravemente con los asuntos internos de China y viola gravemente el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales”, apuntó el órgano de exteriores chino quien, además, advirtió a Estados Unidos de que cualquiera de las consecuencias por esta decisión “correrían a cargo” de ese gobierno.
Pero esta no fue una decisión que Trump haya tomado a la ligera. De hecho, el presidente trató de aplazar su fallo para evitar afectar las transacciones nacionales, por lo que solo se dispuso a firmar la legislación después de que los mercados cerraron por el feriado de Acción de Gracias en el país y bajo la presión bipartidista de los legisladores. Por varias semanas, el mandatario trató de esquivar los pronunciamientos sobre las batallas entre manifestantes prodemocracia y policías en Hong Kong, pero debido a la inmersión de Congreso en esta problemática, su participación fue inevitable.
“Sepa esto, presidente Xi: los estadounidenses desprecian a los tiranos y se solidarizan con Hong Kong. El mundo entero ha visto tanto el coraje de Hong Kongers como la brutalidad de su partido comunista chino. Mientras los buscadores de libertad llenen las calles de Hong Kong, el pueblo estadounidense estará de su lado”, dijo el senador Ben Sasse, luego de que Trump firmó la ley. “La Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong es un paso importante para responsabilizar al Partido Comunista Chino por su erosión de la autonomía de Hong Kong y su represión de los derechos humanos fundamentales. Esta ley es producto de un verdadero esfuerzo bipartidista y bicameral, y me complace que nos hayamos reunido con una sola voz para decirle a la gente de Hong Kong que Estados Unidos está con ellos”, agregó el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado James E. Risch.
Las sanciones contra funcionarios chinos y hongkoneses que perjudiquen a los manifestantes no son la única medida tomada por el gobierno estadounidense. También se prohibió la venta de munición de control de multitudes, tales como los gases lacrimógenos y las balas de goma. También se precisó que el Departamento de Estado deberá revisar anualmente el estado autónomo especial otorgado a Hong Kong en consideraciones comerciales, de las cuales dependen también las relaciones entre esa región especial de China Continental y Estados Unidos.
“Espero que sirva de advertencia para los funcionarios de Hong Kong y Beijing, el pueblo pro-Beijing y la policía. Creo que si saben que lo que hacen puede dar lugar a sanciones, entonces se verán restringidos al enfrentar protestas. Solo queremos recuperar nuestra autonomía. No somos su enemigo”, dijo Nelson Lam, un importador de alimentos hongkonés de 32 años, a The New York Times.
La acción de Trump podría entorpecer o minar las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China dada la respuesta de este último gobierno. Trump busca que China acepte un acuerdo comercial que beneficie a los agricultores y fabricantes de su país, un desafío fundamental particularmente ad-portas de la carrera electoral en la que aspira a conseguir un segundo periodo en la Casa Blanca. Entre tanto, las autoridades chinas han acusado repetidamente a las potencias occidentales de fomentar los disturbios en Hong Kong para desestabilizar al gobierno, y con esta decisión tienen más razones para considerar esta posición. Le recomendamos: Estas son las noticias falsas más populares en las protestas en Hong Kong
“Este llamado proyecto de ley solo hará que el pueblo chino, incluidos los compatriotas de Hong Kong, comprenda mejor las intenciones siniestras y la naturaleza hegemónica de los Estados Unidos. Solo hará que el pueblo chino esté más. El complot de Estados Unidos está condenado al fracaso”, declaró el Ministerio de Exteriores de China en un comunicado.
Sin embargo, expertos como Jessica Chen Weiss, profesora de gobierno en la Universidad de Cornell, apuntan a que la larga no es probable que esto afecte seriamente las relaciones entre Washington y Beijing. “Espero que probablemente veamos una retórica más acalorada e indignación simbólica del gobierno chino. (Pero) la declaración de firma de Trump sugiere que no dejará que sus manos estén atadas por el Congreso al tratar con China, y que continuará ejerciendo discreción ejecutiva para implementar sus disposiciones”, apuntó la docente.
Como si no hubiera existido suficiente tensión entre Estados Unidos y China en el último año, el presidente Donald Trump ha añadido más leña al fuego a la relación entre estos dos países esta semana al aprobar una legislación diseñada para apoyar a los manifestantes prodemocracia de Hong Kong.
El mandatario estadounidense firmó el miércoles una legislación estricta que autoriza las sanciones contra funcionarios chinos y hongkoneses que sean responsables de abusos a los manifestantes y activistas a favor de la democracia en Hong Kong.
“Firmé estos proyectos de ley por respeto al presidente Xi, China y al pueblo de Hong Kong. Se están promulgando con la esperanza de que los líderes y representantes de China y Hong Kong puedan resolver sus diferencias de manera amistosa, lo que conducirá a la paz y la prosperidad a largo plazo para todos”, dijo Trump en un comunicado emitido desde su casa de vacaciones en Florida.
La decisión, apoyada tanto por el Partido Republicano como por el Partido Demócrata, es una clara muestra de apoyo a las protestas en la región que estallaron cumplen siete meses y se produce en medio de las negociaciones de un acuerdo comercial entre Trump y el gobierno chino, por lo que eran de esperarse reproches del Partido Comunista Chino. Le puede interesar: El mundo no es como lo pintan, la protesta moderna en Hong Kong
Los reclamos no se hicieron esperar. Poco después de conocer la noticia, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China mostró su furia. “(el proyecto de ley) interfiere seriamente con los asuntos de Hong Kong, interfiere gravemente con los asuntos internos de China y viola gravemente el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales”, apuntó el órgano de exteriores chino quien, además, advirtió a Estados Unidos de que cualquiera de las consecuencias por esta decisión “correrían a cargo” de ese gobierno.
Pero esta no fue una decisión que Trump haya tomado a la ligera. De hecho, el presidente trató de aplazar su fallo para evitar afectar las transacciones nacionales, por lo que solo se dispuso a firmar la legislación después de que los mercados cerraron por el feriado de Acción de Gracias en el país y bajo la presión bipartidista de los legisladores. Por varias semanas, el mandatario trató de esquivar los pronunciamientos sobre las batallas entre manifestantes prodemocracia y policías en Hong Kong, pero debido a la inmersión de Congreso en esta problemática, su participación fue inevitable.
“Sepa esto, presidente Xi: los estadounidenses desprecian a los tiranos y se solidarizan con Hong Kong. El mundo entero ha visto tanto el coraje de Hong Kongers como la brutalidad de su partido comunista chino. Mientras los buscadores de libertad llenen las calles de Hong Kong, el pueblo estadounidense estará de su lado”, dijo el senador Ben Sasse, luego de que Trump firmó la ley. “La Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong es un paso importante para responsabilizar al Partido Comunista Chino por su erosión de la autonomía de Hong Kong y su represión de los derechos humanos fundamentales. Esta ley es producto de un verdadero esfuerzo bipartidista y bicameral, y me complace que nos hayamos reunido con una sola voz para decirle a la gente de Hong Kong que Estados Unidos está con ellos”, agregó el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado James E. Risch.
Las sanciones contra funcionarios chinos y hongkoneses que perjudiquen a los manifestantes no son la única medida tomada por el gobierno estadounidense. También se prohibió la venta de munición de control de multitudes, tales como los gases lacrimógenos y las balas de goma. También se precisó que el Departamento de Estado deberá revisar anualmente el estado autónomo especial otorgado a Hong Kong en consideraciones comerciales, de las cuales dependen también las relaciones entre esa región especial de China Continental y Estados Unidos.
“Espero que sirva de advertencia para los funcionarios de Hong Kong y Beijing, el pueblo pro-Beijing y la policía. Creo que si saben que lo que hacen puede dar lugar a sanciones, entonces se verán restringidos al enfrentar protestas. Solo queremos recuperar nuestra autonomía. No somos su enemigo”, dijo Nelson Lam, un importador de alimentos hongkonés de 32 años, a The New York Times.
La acción de Trump podría entorpecer o minar las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China dada la respuesta de este último gobierno. Trump busca que China acepte un acuerdo comercial que beneficie a los agricultores y fabricantes de su país, un desafío fundamental particularmente ad-portas de la carrera electoral en la que aspira a conseguir un segundo periodo en la Casa Blanca. Entre tanto, las autoridades chinas han acusado repetidamente a las potencias occidentales de fomentar los disturbios en Hong Kong para desestabilizar al gobierno, y con esta decisión tienen más razones para considerar esta posición. Le recomendamos: Estas son las noticias falsas más populares en las protestas en Hong Kong
“Este llamado proyecto de ley solo hará que el pueblo chino, incluidos los compatriotas de Hong Kong, comprenda mejor las intenciones siniestras y la naturaleza hegemónica de los Estados Unidos. Solo hará que el pueblo chino esté más. El complot de Estados Unidos está condenado al fracaso”, declaró el Ministerio de Exteriores de China en un comunicado.
Sin embargo, expertos como Jessica Chen Weiss, profesora de gobierno en la Universidad de Cornell, apuntan a que la larga no es probable que esto afecte seriamente las relaciones entre Washington y Beijing. “Espero que probablemente veamos una retórica más acalorada e indignación simbólica del gobierno chino. (Pero) la declaración de firma de Trump sugiere que no dejará que sus manos estén atadas por el Congreso al tratar con China, y que continuará ejerciendo discreción ejecutiva para implementar sus disposiciones”, apuntó la docente.