Así pasaba los días la monja Gloria Cecilia Narváez durante su cautiverio en Malí
Narváez fue capturada cerca de la localidad de Koutiala, 400 kilómetros al este de la capital, Bamako. Entonces trabajaba como misionera desde hacía seis años en la parroquia de Karangasso.
Este sábado, el Gobierno colombiano confirmó que Gloria Cecilia Narváez, una monja colombiana que fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 por Al Qaeda en Malí, África, fue liberada. Narváez fue capturada cerca de la localidad de Koutiala, 400 kilómetros al este de la capital, Bamako. Entonces trabajaba como misionera desde hacía seis años en la parroquia de Karangasso.
Durante el tiempo en que estuvo secuestrada, sus familiares y allegados recibieron información sobre el estado de salud de Narváez. Uno de los testimonios claves fue el de la trabajadora humanitaria francesa Sophie Pétronin, que fue liberada en octubre de 2020 tras permanecer cuatro años secuestrada. Ella estuvo la mayor parte de su cautiverio con la monja colombiana.
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“La hermana Cecilia está viva, pero necesita cuidados. Su espíritu está cediendo, tenemos que hacer todo lo posible para sacarla de allí”, dijo en ese momento Pétronin tras regresar a su país. Agregó que ambas pasaron por unos 30 campamentos diferentes y compartieron mantas, comida, y agua.
“Hicieron una amistad muy buena, participaron en muchas actividades, inclusive hasta le enseñó a hablar francés”, contó su hermano, el docente Édgar Narváez, a El Tiempo. Pétronin habló sobre lo complejo del secuestro en esa apartada región del planeta; los rehenes permanecían en cambuches y los días eran prácticamente eternos.
“Para no desesperarse, ella cuenta los animales que pasan por allí como jirafas, tortugas y cebras, cuenta también las piedras y la arena para que los días se pasen más rápido”, comentó su hermano. Tanto a la monja colombiana como a los otros rehenes de diferentes países los vigilaban de manera permanente.
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“La zona en la que se encuentra es muy difícil y calurosa. En este último video se ve que la cara la tiene muy quemada, igual sus manos. Eso quiere decir que está expuesta a grandes temperaturas. La veo un poco deteriorada, aunque está más calmada que en el primer video que difundieron en julio del año pasado”, comentó la hermana Luz María Quiceno Rivera en febrero de 2018.
El 23 de septiembre de este año, la hermana superior de la comunidad franciscanas de María Inmaculada, Aylem Yela Romo, informó que la monja colombiana no estaba en buenas condiciones de salud. Y en diálogo con la emisora Blu Radio, la religiosa confirmó que Narváez atravesaba difíciles circunstancias.
“No podemos decir nada más, hemos acordado en la congregación que no vamos hablar nada más, solo le pedimos al pueblo colombiano que nos ayude en esta cadena de oración por la salud y la liberación de la hermana Gloria Cecilia”, dijo en ese momento a la emisora Romo.
Ese día se conoció que las monjas franciscanas recibieron la información de parte de un grupo de personas que estaban secuestradas con la colombiana y que lograron escapar. La hermana Gloria Narváez no logró hacerlo por su débil estado de salud.
Para volver a leer: Monja colombiana secuestrada por Al-Qaeda en Malí cumple dos años cautiva
Por su parte, el hermano de Narváez dijo el domingo 11 de julio que recibió una prueba de vida de la religiosa. Se trataba de una carta de “once líneas, escritas a puño y letra de ella, con letras mayúsculas porque ella siempre utilizaba las mayúsculas, la firma de ella y el nombre del papá y la mamá”, dijo Édgar desde la ciudad de Pasto.
Este sábado, el Gobierno colombiano confirmó que Gloria Cecilia Narváez, una monja colombiana que fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 por Al Qaeda en Malí, África, fue liberada. Narváez fue capturada cerca de la localidad de Koutiala, 400 kilómetros al este de la capital, Bamako. Entonces trabajaba como misionera desde hacía seis años en la parroquia de Karangasso.
Durante el tiempo en que estuvo secuestrada, sus familiares y allegados recibieron información sobre el estado de salud de Narváez. Uno de los testimonios claves fue el de la trabajadora humanitaria francesa Sophie Pétronin, que fue liberada en octubre de 2020 tras permanecer cuatro años secuestrada. Ella estuvo la mayor parte de su cautiverio con la monja colombiana.
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“La hermana Cecilia está viva, pero necesita cuidados. Su espíritu está cediendo, tenemos que hacer todo lo posible para sacarla de allí”, dijo en ese momento Pétronin tras regresar a su país. Agregó que ambas pasaron por unos 30 campamentos diferentes y compartieron mantas, comida, y agua.
“Hicieron una amistad muy buena, participaron en muchas actividades, inclusive hasta le enseñó a hablar francés”, contó su hermano, el docente Édgar Narváez, a El Tiempo. Pétronin habló sobre lo complejo del secuestro en esa apartada región del planeta; los rehenes permanecían en cambuches y los días eran prácticamente eternos.
“Para no desesperarse, ella cuenta los animales que pasan por allí como jirafas, tortugas y cebras, cuenta también las piedras y la arena para que los días se pasen más rápido”, comentó su hermano. Tanto a la monja colombiana como a los otros rehenes de diferentes países los vigilaban de manera permanente.
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“La zona en la que se encuentra es muy difícil y calurosa. En este último video se ve que la cara la tiene muy quemada, igual sus manos. Eso quiere decir que está expuesta a grandes temperaturas. La veo un poco deteriorada, aunque está más calmada que en el primer video que difundieron en julio del año pasado”, comentó la hermana Luz María Quiceno Rivera en febrero de 2018.
El 23 de septiembre de este año, la hermana superior de la comunidad franciscanas de María Inmaculada, Aylem Yela Romo, informó que la monja colombiana no estaba en buenas condiciones de salud. Y en diálogo con la emisora Blu Radio, la religiosa confirmó que Narváez atravesaba difíciles circunstancias.
“No podemos decir nada más, hemos acordado en la congregación que no vamos hablar nada más, solo le pedimos al pueblo colombiano que nos ayude en esta cadena de oración por la salud y la liberación de la hermana Gloria Cecilia”, dijo en ese momento a la emisora Romo.
Ese día se conoció que las monjas franciscanas recibieron la información de parte de un grupo de personas que estaban secuestradas con la colombiana y que lograron escapar. La hermana Gloria Narváez no logró hacerlo por su débil estado de salud.
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Por su parte, el hermano de Narváez dijo el domingo 11 de julio que recibió una prueba de vida de la religiosa. Se trataba de una carta de “once líneas, escritas a puño y letra de ella, con letras mayúsculas porque ella siempre utilizaba las mayúsculas, la firma de ella y el nombre del papá y la mamá”, dijo Édgar desde la ciudad de Pasto.