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En la Guta oriental, una región rebelde asediada por el ejército sirio, la penuria por la escasez de alimentos se agrava y la dieta de los niños es pan y agua. De allí salió Sahar, la pequeña de 36 días de nacida cuya imagen se volvió viral antes de morir de desnutrición. Las fuerzas gubernamentales asedian desde 2013 esta extensa región de cerca de 400.000 habitantes y que está en manos de la rebelión, a donde la ayuda humanitaria llega a cuentagotas. Los alimentos y los medicamentos escasean, y cuando llegan, gracias al contrabando, los vendedores piden mucho dinero por ellos.
A pesar de que Guta se convirtió en julio en una de las cuatro “zonas de distensión” instauradas en Siria para lograr una tregua en los combates, las necesidades humanitarias siguen siendo “enormes” y la situación podría cobrar rápidamente “proporciones trágicas”, aseguró el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). “En 24 horas hemos tomado una sola comida, que no puede bastar para saciar a los niños”, lamenta Abu Azzam.
La Guta oriental, antaño una región agrícola fértil, quedó devastada tras años de combates. Los bombardeos y los disparos de artillería arruinaron muchos edificios y numerosas calles son ahora inhabitables.
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Las infraestructuras básicas también sufrieron las consecuencias de los ataques: la electricidad sólo se obtiene gracias a los generadores y a menudo el agua no es potable y se convierte en un vector de enfermedades.
El último convoy de ayuda humanitaria que entró en Guta lo hizo a finales de septiembre. Transportaba comida y ayudas médicas para unas 25.000 personas. “Las necesidades humanitarias en la Guta oriental son enormes”, reconoce una portavoz del CICR, Ingy Sedky, quien precisa que la “situación está empeorando”. En esas condiciones, los dramas son inevitables. Este fin de semana, dos bebés murieron de malnutrición. Una de ellos era la pequeña Sahar Dofdaa. Pero a nadie parece importarle. En los tres últimos meses, 232 niños sufrieron de malnutrición aguda grave, y 882 de malnutrición aguda moderada, según Unicef, que asegura que otros 1.589 niños están en una situación de riesgo.
* Con información de AFP