China, entre el foro de las Nuevas Rutas de la Seda y la guerra de Israel y Hamás
Más de 150 líderes mundiales estuvieron en Pekín durante la iniciativa liderada por el presidente Xi Jinping, al tiempo que la escalada en Oriente Medio seguía su curso.
Hugo Santiago Caro
Mientras el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visitaba Tel Aviv, Israel, como una de las múltiples reafirmaciones del apoyo de su país al Estado judío en medio de su guerra con el ala militar del grupo palestino Hamás, a poco más de 7.000 kilómetros, Pekín recibía en el Foro de las Nuevas Rutas de la Seda a otros líderes mundiales de la talla de Biden, como Vladimir Putin y Xi Jinping, los presidentes de China y Rusia.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Mientras el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visitaba Tel Aviv, Israel, como una de las múltiples reafirmaciones del apoyo de su país al Estado judío en medio de su guerra con el ala militar del grupo palestino Hamás, a poco más de 7.000 kilómetros, Pekín recibía en el Foro de las Nuevas Rutas de la Seda a otros líderes mundiales de la talla de Biden, como Vladimir Putin y Xi Jinping, los presidentes de China y Rusia.
📝 Sugerimos: Chavismo escala sus ataques contra las primarias; incumple acuerdo recién firmado
Por una semana, la atención de las grandes potencias del mundo terminó de posarse por completo en Oriente, algo que ya se venía sintiendo desde el estallido de la guerra en Gaza. Desde la escalada, Estados Unidos se ha posicionado como el primer aliado de Israel contra Hamás, con envíos de buques, portaviones y gestos como incluir el conflicto israelí en el presupuesto con un aumento solicitado al Congreso de más de 105.000 millones de dólares.
Tan solo este sábado, Antony Blinken, secretario de Estado de EE. UU., instó a Hamás a no interferir con el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza, que permanece cercada por Israel como medida de lo que muchas voces han llamado un desmedido contraataque.
“Hemos sido claros: Hamás no debe interferir con el suministro de esta asistencia que salva vidas”, dijo Blinken, concluyendo que “Los civiles palestinos no son responsables del horrendo terrorismo de Hamás y no se les debe hacer sufrir por sus actos depravados”.
Sin embargo, ese rol de protagonismo estadounidense quedó en gran parte opacado por el bombardeo del hospital al-Alhi en Gaza, que coincidió con la visita de Biden a Tel Aviv y se convirtió en un riesgo en términos de seguridad.
Al respecto, recomendamos: Las preguntas que todavía rodean el bombardeo del hospital al-Alhi en Gaza.
Como consecuencia, Biden perdió una reunión con el presidente de la Autoridad Palestina (contraparte en términos de autoridad de Hamás, pero en Cisjordania), Mahmud Abás, y el rey de Jordania, Abdalá II.
Al mismo tiempo, el Foro de las Nuevas Rutas de la Seda continuaba su curso con más de 150 líderes mundiales, pero su desarrollo no se convirtió en un pretexto para que la guerra fuera la discusión principal, al menos no en el mismo sentido que lo venía manejando Estados Unidos.
“No es necesario ir a Israel, no es necesario ir a Palestina para estar de alguna manera inmersos en el conflicto. De hecho, esas visitas pueden terminar siendo más contraproducentes que constructivas. Debemos abordar las cosas de otra manera. Muestra que hay una forma de llevar bien las relaciones internacionales en un mundo donde sigue y continuará habiendo diferencias. Es decir, en el contexto de esta iniciativa encontramos cerca de ciento cincuenta países, los cuales no siempre están de acuerdo y aún mantienen diferencias con China, quien es el principal impulsor. Pero estas diferencias no tienen que resultar en guerra, ni en conflicto. Hay formas de dialogar, de resolver los asuntos y creo que esta iniciativa, el foro, representa precisamente esa otra vía”, afirma David Castrillón, experto y profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Y es que lejos de la reafirmación constante de apoyo que ha hecho Estados Unidos a Israel, China, encabezada por su presidente, Xi Jinping, al igual que Vladimir Putin, ha guardado cierta distancia a la hora de involucrarse en este conflicto. Dicho de otra forma, no ha saltado a ser el protagonista.
A pesar de apoyar durante años la creación de un Estado palestino, Xi ha abogado por una salida negociada de esta escalada y así se lo ha hecho saber al primer ministro de Egipto durante el foro en Pekín.
📌Le puede interesar: El arte de hacer memes: cómo el equipo Milei cambió la política argentina
“China está dispuesta a aumentar su cooperación con Egipto (...) y aportar más certidumbre y estabilidad a la región y el mundo”, declaró Xi. “Actualmente, la situación internacional y regional enfrenta cambios profundos y complejos, y el mundo experimenta cambios rápidos como no se han visto en un siglo”, agregó.
Y es que según Castrillón, la intención de Xi es forjar un liderazgo constructivo a nivel global.
“Hoy en día demuestra que es capaz de ejercer un liderazgo constructivo en un mundo dividido, lo cual es muy distinto de lo que veíamos en la guerra en Israel o lo que vemos en la guerra en Ucrania. Se trata de potencias que toman partido y al hacerlo, no mejoran la situación, sino que la exacerban. Esto se aplica específicamente a Estados Unidos, que apoya de manera continua a Ucrania, que por supuesto fue víctima de agresión rusa. El apoyo de los Estados Unidos ha empeorado la situación y lo mismo ocurre del lado israelí, donde en lugar de intentar adoptar una postura imparcial y responsable, apoya por completo a un lado y a pesar de decir que busca evitar excesos”, cuenta.
Castrillón también afirma que de acuerdo con la iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda, que ha sido llamada por expertos el Plan Marshall del siglo XXI, a China le conviene un mundo en paz para llevar a cabo estas iniciativas económicas.
“La paz significa más comercio, más inversión, más turismo; todo esto beneficia a China desde diversos puntos de vista, incluido el económico. Además, China ha invertido o ha participado en muchos contratos en la región, tal vez no específicamente en Israel y Palestina, por supuesto, pero sí en la región. Porque, claro, a China también le preocupa cómo las crisis en la región pueden terminar afectando a otras áreas. ¿Cómo podrían terminar generando, por ejemplo, oleadas de migrantes que terminen en un lado u otro? ¿Y cómo esto podría generar o exacerbar la violencia en la región, lo cual podría afectar a los grupos extremistas que también existen en China y que podrían llevar a cabo ataques en China, como ha ocurrido muchas veces antes? Es decir, hay muchas cosas en juego”, afirma.
Sobre los contratos que menciona Castrillón, o los negocios, CNN recoge que potencias árabes tienen vínculos estrechos con el gigante asiático como Arabia Saudita, que hasta 2022 fue el mayor proveedor de crudo para China, o Catar, que es su mayor proveedor de gas natural licuado.
No siendo árabe pero sí involucrado en el conflicto, Irán ha alcanzado ventas de petróleo a China por “1,2 millones de barriles por día en la primera quincena de septiembre, apenas por debajo del récord de agosto, según datos recientes de la empresa de seguimiento de petroleros Vortexa”, cuenta CNN.
Es por todo esto que a China no le conviene poner más leña en el conflicto, como sí lo han hecho las potencias occidentales. Por esto, Xi capitalizó la oportunidad del foro para sellar acuerdos económicos por más de 97.200 millones de dólares (91.900 millones de euros), 458 convenios y más de 100.000 oportunidades de formación, como anunció el ministro chino de Exteriores, Wang Yi.
📰 También recomendamos: Gaza e Israel, según el Nobel de Literatura José Saramago
Sin embargo, Castrillón concluye afirmando que, además de todo esto, el papel de China tiende a ser mucho más alejado porque a pesar de sus vínculos comerciales con las potencias gasíferas y petroleras, no está tan inmiscuido en la región como Estados Unidos.
“Una de las razones por las que actuaron como lo hicieron... (fue) porque sabían que yo estaba a punto de sentarme con los saudíes”, dijo Biden sobre contactos en los que los saudíes se mostraban abiertos a reconocer al Estado hebreo.
“Los saudíes querían reconocer a Israel... unir Oriente Medio”, dijo Biden en una reunión de recaudación de fondos. Hasta antes del estallido con Hamás, EE. UU. promovía la normalización de relaciones entre Arabia Saudita e Israel, algo no bien visto por el mundo árabe.
“El tipo de influencia o el tipo de rol que puede desempeñar China en un conflicto como este es muy distinto del que podría jugar en otros. La presencia de Estados Unidos y su huella en la región es mucho mayor, mientras que la de China todavía se está desarrollando. Y eso significa que lo que puede hacer China y lo que tiene sentido que intente hacer, pues va a ser distinto”, concluye Castrillón.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.