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En el marco de la cumbre de la OTAN, celebrada en Washington, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, dio un discurso en el que se refirió al ingreso de Ucrania a la organización: “No es una cuestión de si lo hará, sino de cuándo”. Aseguró, además, que se acordó un compromiso financiero para ayudar a Kiev a construir una “fuerza capaz de derrotar la agresión rusa hoy y disuadirla mañana”, con un monto mínimo de 40.000 millones de euros para el próximo año, con la idea de que sea sostenible en el tiempo.
En su intervención, Stoltenberg también se refirió a China como un “facilitador decisivo de la guerra ilegal de Rusia contra Ucrania, pues proporciona equipos de doble uso, herramientas que permiten a Rusia construir los misiles, las bombas, los aviones, las armas que están usando para atacar, y el hecho de que esto ahora esté claramente establecido, acordado por todos los aliados de la OTAN, es un mensaje importante para China”. La comunicación, según dijo, es fuerte: “Estamos definiendo claramente la responsabilidad de China cuando se trata de permitir la agresión bélica de Rusia contra Ucrania”. De ahí que el grupo instó a Pekín a “cesar todo apoyo material y político al esfuerzo bélico” de Moscú.
Su intervención también la aprovechó para mencionar que espera que Estados Unidos siga siendo un “aliado fiel” de la organización, lo cual trató de justificar a partir de tres razones: una OTAN fuerte resultaría beneficioso para la seguridad de Washington, la Alianza Atlántica goza de respaldo bipartidista dentro del Congreso, o al menos mencionó que las reuniones que sostuvo con representantes y senadores así se lo hicieron saber, y las críticas de Donald Trump no son específicamente contra la organización, sino contra algunos de sus aliados, “que no intervienen suficiente en ella”.
En el transcurso de la cumbre, un comunicado de los gobiernos holandés y danés, publicado por la Casa Blanca, dio a conocer que los primeros aviones de combate F-16 están en camino a Kiev y realizarán misiones este verano. Estos equipos hacen parte del suministro que el mismo Stoltenberg llamó “un paquete sustancial” de apoyo a Ucrania, que incluye la donación de cuatro sistemas de defensa aérea Patriot, entrenamiento dirigido por la OTAN para las tropas ucranianas y un compromiso de que el eventual camino de Kiev hacia la membresía en la Alianza Atlántica es “irreversible”.
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