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En medio de una crisis demográfica, China notificó que suspenderá las adopciones internacionales de sus menores de edad. El anuncio lo realizó el jueves un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores: Pekín “no enviará niños al extranjero para su adopción”. La única excepción es que acojan a hijos o hijastros de parientes chinos. Sin dar mayores explicaciones, más allá de que la decisión tiene que ver con el espíritu de las convenciones internacionales, hay preocupación por los procesos que hasta hace poco estaban en trámite, sobre todo en Estados Unidos.
Las adopciones internacionales estaban vigentes en el gigante asiático desde 1992, aunque fueron suspendidas por un tiempo en 2020, en gran medida por la pandemia. Así, a lo largo de un poco más de tres décadas, 160.000 niños chinos empezaron a formar parte de familias foráneas. La mitad de ellos, es decir, unos 82.000, llegaron a hogares estadounidenses. España, por ejemplo, recibió cerca de 18.000. Durante el pronunciamiento, el vocero chino agregó: “Expresamos nuestro agradecimiento por sus buenas intenciones a aquellos gobiernos y familias extranjeros que desean adoptar niños chinos, y el amor y la bondad que han demostrado”.
Tras el anuncio, la incertidumbre empezó a aparecer en muchos de ellos, que han tenido que esperar años para adoptar, incluso una década. La Embajada estadounidense en Pekín le pidió aclaraciones por escrito al Ministerio de Asuntos Civiles, según informó el Departamento de Estado, de acuerdo con Associated Press. A la vez, en cartas enviadas a algunas agencias de adopción y compartidas en redes sociales, la institución estadounidense comentó que las autoridades chinas le informaron que todas las adopciones pendientes fueron canceladas, excepto aquellas con autorizaciones de viaje ya emitidas.
Los datos del Departamento de Estado apuntan a que un consulado estadounidense emitió 16 visas para adopciones desde China entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, las primeras en más de dos años. No está claro si se emitieron más permisos después de esas fechas. Lo que sí se conoce es que el año pasado el número de recién nacidos en el gigante asiático descendió a 9,02 millones y que la población total disminuyó por segundo año consecutivo. Además, para fomentar más nacimientos, se eliminó la política de hijo único, que durante mucho tiempo incentivó la adopción extranjera, sobre todo de mujeres.
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