China y Petro, ¿una próspera relación comercial?
Analistas comentan que el principal reto para Gustavo Petro será manejar una relación cada vez más dinámica con China y, a la vez, continuar con la relación con EE. UU.
María Paula Ardila
Hace unos días, una delegación que encabezó el senador demócrata Bob Menéndez le planteó una inquietud muy puntal al gobierno de Gustavo Petro: “Agarrar el dinero de Pekín se acaba pagando”, dijeron los congresistas que visitaron Bogotá, según datos de El País de España. ¿La preocupación? La influencia que pueda tener China en Colombia, y en América Latina, tras la elección de gobiernos de izquierda.
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Hace unos días, una delegación que encabezó el senador demócrata Bob Menéndez le planteó una inquietud muy puntal al gobierno de Gustavo Petro: “Agarrar el dinero de Pekín se acaba pagando”, dijeron los congresistas que visitaron Bogotá, según datos de El País de España. ¿La preocupación? La influencia que pueda tener China en Colombia, y en América Latina, tras la elección de gobiernos de izquierda.
La respuesta del gobierno colombiano fue sencilla: “una manera de evitar la irrupción de China es redoblar la cooperación de Washington”, contó Juan Diego Quesada, del mismo diario español. Algo similar nos explicó David Mauricio Castrillón, profesor de la Universidad Externado. “EE. UU. ha advertido sobre los supuestos riesgos que esto implica para la región, sin embargo, aún no presenta verdaderas alternativas a China”, sostuvo el experto.
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La discusión no es nueva (y la llegada de empresas chinas al país tampoco): China es el segundo socio comercial de Colombia en términos de exportaciones, y en 2021 se consolidó como primer inversionista de Asia en el país. Sin decir que, de acuerdo con ProColombia, han llegado alrededor de 38 proyectos en los últimos tres años por un valor de US$ 2.048 millones en regiones como Antioquia, Bolívar y Meta, sobre todo en áreas de infraestructura, minería y energía. 📋Otro dato: esos proyectos generan más de 40.300 empleos en el país.
Y ni hablar de empresas como China Harbour Engineering Company y Xi’an Metro Company (las compañías que construirán el metro de Bogotá) que son “la punta de lanza de la participación china en proyectos de infraestructura colombianos”, como comentaron los investigadores Luisa Reyes y Santiago Villa. Así como el proyecto Regiotram, a cargo de China Civil Engineering Construction Corporation, y los proyectos que ganó Trina Solar en la subasta de energías renovables.
Habría también que hablar de la situación de China, sobre todo en medio de una crisis energética y económica global. Lan Hu, embajador de ese país en Colombia, comentó que “el PIB ya alcanzó 17,7 billones de dólares; sin duda, se trata de la segunda economía del mundo. Y está ocupando el 18,5 % de la economía global, mientras que en la tasa de contribución promedio para el crecimiento económico del mundo alcanzó el 38,6 %, que es superior a la suma de las tasas de contribución de los países del G7″.
¿Es un buen momento para reforzar las relaciones comerciales con China?
Por un lado, las inquietudes de EE. UU., como lo menciona Quesada, van dirigidas, en parte, a los intereses de las empresas estatales chinas, que están tanteando el terreno para participar en la transición energética de la que habla Gustavo Petro. “Las compañías del Gobierno de Xi Jinping están muy avanzadas en materia de energías renovables”, se lee en El País de España.
Algo que también confirmó el embajador Lan Hu, quien dice que la inversión en el sector del petróleo, gas y minería está disminuyendo de forma gradual: “La mayoría de inversiones están pensadas para la energía renovable y para la economía digital. Es una tendencia muy ventajosa en nuestras cooperaciones”, comentó. El embajador agregó que, en este momento, Colombia presta mucha atención a la protección medioambiental y a la transición energética.
- Un paréntesis importante: esto es clave en un momento en el que los aceites crudos de petróleo o el mineral bituminoso, son los principales productos exportados hacia China desde Colombia, lo que podría generar ciertas dudas en un momento de crisis.
- “Este cambio, sin duda, requiere un ajuste tanto del gobierno nacional como de los actores privados en Colombia. (...) Tenemos que saber transitar del estado actual y aprovechar esos cambios”, comentó Castrillón.
El embajador Lan Hu también sostuvo que “Colombia además tiene la meta de romper el cuello de botella en el desarrollo social, sobre todo en el sector de la infraestructura. Ambos países coinciden en los mismos caminos, pues estos puntos son los más importantes de nuestra cooperación para el futuro”, dijo Lan Hu, quien incluso se refirió a otros asuntos importantes para el país: “podemos tener algunas diferencias, pero compartimos valores como la paz, el desarrollo, la justicia y la democracia. (...) Sin duda alguna, China sería el firme apoyo para este proceso de paz de Colombia, para apoyar la paz total en el país”.
Pero las inquietudes de EE. UU. no solo van por asuntos económicos: “EE. UU. y sus aliados temen que Pekín esté utilizando estas relaciones para perseguir sus objetivos geopolíticos, incluido un mayor aislamiento de Taiwán, y para reforzar los regímenes autoritarios”, se lee en una publicación del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR). También hay temores de dependencia económica en países como Chile, que envió casi el 39 % de sus exportaciones totales a China en 2020, según datos del CFR. Sin mencionar, como lo dijimos en un principio, la influencia de China en una región que cada vez más gira a la izquierda
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Con todo y eso, Castrillón dice que esto no se trata de asuntos ideológicos. “La llegada de gobiernos de izquierda sí representa una oportunidad de profundizar lazos, pues no se entenderá la relación con un sesgo ideológico. De hecho, esperamos que esto se entienda como una relación pragmática que resulta en un beneficio desde el punto de vista económico y social”, comentó el analista, quien agregó que, incluso, “gobiernos anteriores, de derecha, también vieron esta relación como pragmática. Ya viene un importante camino trazado de antes.”, agregó el analista.
Castrillón agrega que la relación de Colombia y China está pasando por su mejor momento. “Hasta hace unos años la relación se centraba exclusivamente en lo comercial, pero recientemente hemos visto una ampliación de los lazos hacia otros ámbitos: temas de tratamiento de aguas, e incluso una empresa se ganó la construcción de un gasoducto en Antioquia, por ejemplo. Esto representa una oportunidad para el gobierno de continuar con esa ampliación”, agregó el experto.
¿Los retos para Petro? Manejar una relación cada vez más dinámica con China al mismo tiempo que hay que continuar con una tradicional relación con EE. UU. “Países como Colombia necesitan de la participación de empresas como las de china para desarrollarse, y si EE. UU. no presenta alternativas, que no lo ha hecho, el país debe elegir dentro de las opciones disponibles”, comentó Castrillón.
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