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Estados Unidos volvió a pedir este lunes al Consejo de Seguridad de la ONU una condena firme del último ensayo con misiles llevado a cabo por Corea del Norte, pero Rusia y China volvieron a desmarcarse y señalaron a Washington como responsable de la tensión en la región.
“Durante demasiado tiempo Corea del Norte ha actuado con impunidad. Ha llevado a cabo lanzamientos de misiles balísticos que aumentan la tensión y son desestabilizadores sin miedo a una respuesta o represalia de este Consejo”, lamentó la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield.
La diplomática acusó a Moscú y Pekín -que han bloqueado este año varios intentos de tomar medidas contra Pionyang- de proteger al régimen norcoreano y permitir que siga adelante con su “comportamiento temerario”.
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Thomas-Greenfield anunció que su país va a proponer que el Consejo de Seguridad condene los últimos ensayos de Corea del Norte en una declaración presidencial, un documento de menor rango que una resolución y que requiere el apoyo unánime de los quince Estados miembros.
Según dijo, con ello busca algún tipo de paso adelante en este ámbito, después de que Rusia y China se hayan opuesto a otras medidas parecidas y hayan vetado una propuesta de resolución para endurecer las sanciones contra Pionyang.
Sin embargo, en sus discursos en la reunión de este lunes, los dos países reiteraron los mensajes que han mantenido durante los últimos meses y dieron a entender que volverán a oponerse a esta declaración de condena.
El embajador chino, Zhang Jun, insistió en que Estados Unidos es quien debe dar los primeros pasos, ofreciendo propuestas razonables a Corea del Norte para una solución pacífica del conflicto.
Rusia, por su parte, argumentó que las pruebas de misiles norcoreanas son una respuesta a las maniobras militares “provocadoras” de Estados Unidos y sus aliados en la región.
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La sesión de este lunes se produjo después de que Corea del Norte probara la pasada semana un nuevo misil balístico intercontinental (ICBM), que tiene el potencial de ser el de mayor rango del arsenal norcoreano (unos 15.000 kilómetros) y que ya había realizado vuelos de prueba este año, pero sin verdadero éxito, según diversos analistas y Seúl.
El test del proyectil, que aterrizó en aguas del mar de Japón (llamado mar del Este en Corea) a 200 kilómetros de las costas del norte de Japón, llevó a Corea del Sur, Japón y EE.UU. a llevar nuevas maniobras militares.
La tensión en la península coreana está alcanzando cotas inéditas ante las repetidas pruebas de armas norcoreanas, las maniobras de los aliados y la posibilidad de que, tal y como indican los satélites, el régimen de Kim Jong-un ya esté listo para realizar su primera prueba nuclear desde 2017.
¿Por qué la reticencia de Rusia y China?
El Consejo de Seguridad se ha reunido este año prácticamente tras cada ensayo con misiles balísticos, que han sido condenados por todos los miembros del órgano menos Rusia y China.
En 2022, Corea del Norte ha demostrado que su arsenal es más potente que nunca. Para Camilo Defelipe, docente de estudios de área y de política exterior de Asia Pacífico, este fenómeno intensifica las tensiones en la región en un momento de por sí ambientado por el conflicto en Taiwán y en Ucrania.
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“Lo que Rusia y China quieren evitar es que haya un ciclo de tensiones en el Asia Pacífico”, afirma Defelipe. Según él, las sanciones del Consejo de Seguridad se traducen, al menos para los países de esa región, en un mayor control geopolítico de Estados Unidos en la zona y, a su vez, en un mensaje de inseguridad social para Corea del Norte, el cual podría generar más riesgo de implosión en ese país.
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