China y su “tolerancia cero” frente a la COVID-19, ¿dónde hay confinamientos?
China, bajo su política de tolerancia cero frente al coronavirus, ha vuelto a implantar el confinamiento y las restricciones en algunas de sus ciudades. Aunque la mayoría de su población ya está vacunada y los casos registrados son bajos con relación a ello, los intereses políticos parecen estar detrás de esas disposiciones.
China ha manejado una política de tolerancia cero frente a la pandemia por COVID-19. En días recientes se dieron a conocer nuevos confinamientos en algunos puntos del país, previendo la realización de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, organizados para el 4 de febrero del 2022. Detrás de la decisión de mantener la política de cero coronavirus, algunos expertos argumentan la existencia de intereses políticos.
¿Por qué una política de “tolerancia cero” frente a la COVID-19?
Desde que China logró frenar su primer brote por coronavirus, su posición ha sido la misma. Mientras que otros países han apostado por una política de contención y coexistencia con el virus, el país asiático, a pesar de que 1.070 millones de personas ya están vacunadas, entre los 1.400 millones que conforman su población, según datos oficiales, se resiste a cambiar su postura.
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“El éxito de su estrategia de COVID cero es aclamado como una victoria ideológica y moral sobre la vacilante respuesta de Estados Unidos y otras democracias occidentales, que habían luchado por controlar el aumento de casos y muertes”, se lee en CNN. Y es que frente a las declaraciones del profesor Zhang Wenhong, quien afirmó que “lo que hemos pasado no es la parte más difícil. Lo que es más difícil es encontrar la sabiduría para coexistir con el virus a largo plazo”, hubo contradictores que defendieron la política del Partido Comunista. Por ejemplo, el exministro de salud Gao Qiang atacó la idea de “coexistir con el virus. Este es un error en la toma de decisiones sobre COVID-19 causado por los defectos en los sistemas políticos de países como Estados Unidos y el Reino Unido, así como un resultado inevitable de defender valores individualistas”.
Ahora bien, esta política de tolerancia cero frente al virus ha despertado dudas en torno a qué tanto puede aguantar el país bajo dicha directriz. Por ejemplo, en agosto se dio a conocer que algunos puertos colapsaron. Para entonces, “la economía china está perdiendo impulso por las nuevas restricciones del coronavirus y las cadenas de suministro globales enfrentan más tensiones, que se suman a las colas en los principales centros de transporte chinos, ya estresadas por un resurgimiento del gasto del consumidor, la escasez de buques portacontenedores y los atascos en los puertos”, informó Reuters.
Dawn Tiura, directora ejecutiva de Sourcing Industry Group, una asociación con sede en Estados Unidos para la industria de abastecimiento y adquisiciones, le afirmó a la agencia de noticias que “la política de tolerancia cero de China es buena para la pandemia pero mala para la cadena de suministro”.
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Nuevos confinamientos y restricciones
Desde principios de esta semana, el gobierno chino anunció el encierro de millones de personas en la zona norte del país, incluyendo Pekín, donde se canceló una maratón en la que se esperaba la participación de 30.000 corredores. Además, 35.000 ciudadanos en Ejin, Mongolia Interior, regresaron al confinamiento y en la provincia de Gansu los sitios turísticos cerraron, así como varias localidades restringieron la circulación de sus habitantes. Su ciudad capital, Lanzhou, limitó la movilidad de las personas para compras esenciales o atención médica, exclusivamente. Esta decisión se tomó luego de que se reportaran seis contagios locales. La ciudad ya había detenido los servicios de autobús y taxi, y la prensa estatal informó que la estación de Lanzhou suspendió la circulación de más de 70 trenes, incluyendo rutas importantes a Pekín y Xi’an.
Esta última semana se registraron cerca de 100 contagios, asociados con la variante Delta. El gobierno advirtió que el número puede aumentar a medida que lleguen los resultados de las pruebas realizadas a sus habitantes.
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China ha manejado una política de tolerancia cero frente a la pandemia por COVID-19. En días recientes se dieron a conocer nuevos confinamientos en algunos puntos del país, previendo la realización de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, organizados para el 4 de febrero del 2022. Detrás de la decisión de mantener la política de cero coronavirus, algunos expertos argumentan la existencia de intereses políticos.
¿Por qué una política de “tolerancia cero” frente a la COVID-19?
Desde que China logró frenar su primer brote por coronavirus, su posición ha sido la misma. Mientras que otros países han apostado por una política de contención y coexistencia con el virus, el país asiático, a pesar de que 1.070 millones de personas ya están vacunadas, entre los 1.400 millones que conforman su población, según datos oficiales, se resiste a cambiar su postura.
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Ahora bien, esta política de tolerancia cero frente al virus ha despertado dudas en torno a qué tanto puede aguantar el país bajo dicha directriz. Por ejemplo, en agosto se dio a conocer que algunos puertos colapsaron. Para entonces, “la economía china está perdiendo impulso por las nuevas restricciones del coronavirus y las cadenas de suministro globales enfrentan más tensiones, que se suman a las colas en los principales centros de transporte chinos, ya estresadas por un resurgimiento del gasto del consumidor, la escasez de buques portacontenedores y los atascos en los puertos”, informó Reuters.
Dawn Tiura, directora ejecutiva de Sourcing Industry Group, una asociación con sede en Estados Unidos para la industria de abastecimiento y adquisiciones, le afirmó a la agencia de noticias que “la política de tolerancia cero de China es buena para la pandemia pero mala para la cadena de suministro”.
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Esta última semana se registraron cerca de 100 contagios, asociados con la variante Delta. El gobierno advirtió que el número puede aumentar a medida que lleguen los resultados de las pruebas realizadas a sus habitantes.
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