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La ONG española Safeguard Defenders reportó que el gobierno chino ha instalado “centros de servicios policiales” en más de 50 países del mundo. Estos lugares, catalogados como un sistema de “policía de largo brazo”, tienen presencia en los cinco continentes, según el reporte. Esta es la segunda vez que la ONG acusa de “represión transnacional” las acciones del Gobierno chino.
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El informe “Patrullar y perseguir” ha recopilado datos oficiales de las entidades el país asiático. De acuerdo con las estadísticas, las comisarías policiales y clandestinas repartidas en el mundo alcanzarían 53 países y llegarían a 102 sedes en total.
Estas comisarías, según reportó el diario español El Mundo, están “camufladas como agencias de viajes o sedes de asociaciones […] para controlar a su población emigrada”.
Cuando se publicó la versión inicial del informe, en septiembre de este año, la ONG aseguraba que había poco más de 54 oficinas en el mundo repartidas en 21 países. Sin embargo, en cuestión de tres meses se confirmó que la cifra era mucho mayor e incluso había sido duplicada.
102 comisarías clandestinas, ¿qué función cumplen?
El informe se muestra crítico frente a la función y posteriores explicaciones que el gobierno de Xi Jinping ha brindado sobre el tema. En un primer momento, las autoridades asiáticas explicaron que aquellas sedes repartidas en el mundo consistían en “ayudar a ciudadanos chinos confinados por la pandemia […] a regresar a sus hogares o renovar permisos de conducir y documentos de identidad”.
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Estas explicaciones al parecer no son suficientes para los miembros de Safeguard Defenders. El informe probó que estos centros clandestinos están vigentes desde 2016, por lo cual, su función original no consiste en temas relacionados con la covid-19.
Ante esto, las aclaraciones “refutan directamente las declaraciones de las autoridades de la República Popular China de que las operaciones comenzaron en respuesta a la pandemia”, asegura el informe.
A hoy, y según Safeguard Defenders, más de 230.000 ciudadanos chinos se han visto “persuadidos” a retornar “voluntariamente” a su país gracias a la presencia de estas comisarías.
Hay un caso incluso en el que el documento de la ONG demostró que en París (Francia) hubo “al menos una operación ilegal de ‘persuasión del retorno’ de ciudadanos a China”. También se han presentado “más de 80 casos en los que estos centros clandestinos han ayudado a captar y persuadir repatriaciones”, asegura el informe.
Incluso hay algunos países que el Gobierno chino prohíbe visitar y permanecer durante períodos largos a sus ciudadanos, entre ellos Emiratos Árabes, Turquía, Laos y Camboya, entre otros. Esto debido a que es en esos territorios en donde, según el Gobierno chino, hay una mayor tasa de delitos relacionados con telecomunicaciones. Esta es la razón principal por la cual, según argumentan desde China, se empezaron a instalar las comisarías alrededor del mundo.
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A pesar de que varios países europeos demostraron desconocimiento de estas sedes clandestinas que funcionan como policía internacional china, hay varios casos en los que los gobiernos sí sabían que China operaba de manera no oficial dentro de su territorio.
Por ejemplo, el informe declara que “algunas de las comisarías en África y Asia se establecieron en acuerdo explícito con el país anfitrión”.
A pesar de que varios países europeos demostraron desconocimiento de estas sedes clandestinas que funcionan como policía internacional, hay varios casos en los que presuntamente los gobiernos sí sabían que China operaba de manera no oficial dentro de su territorio.
¿Por qué deben retornar los ciudadanos a China?
La historia se remonta a 2016, luego de que el Gobierno Chino se planteara que todos sus ciudadanos debían afrontar sus procesos criminales en su país de origen. Los crímenes y delitos de los que se les acusa están relacionados con telecomunicaciones.
Aunque las técnicas no serían del todo legítimas de parte del gobierno chino para que sus ciudadanos retornen y enfrenten sus procesos judiciales, el informe es enfático en mencionar que desde el mandato de Xi Jinping se han utilizado eufemismos en todo el proceso.
Por ejemplo, los métodos en los cuales se “persuade” a que los ciudadanos retornen consisten en ejercer presión a los familiares, utilizar agentes encubiertos y en los casos más graves, aunque Safeguard Defenders no ha podido documentarla, de agentes chinos en territorios extranjeros.
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