Cinco antecedentes confirmados de aviones estrellados por sus pilotos
Las autoridades egipcias e indonesias nunca confirmaron la causa deliberada del siniestro de los vuelos de EgyptAir que se estrelló en el Atlántico en 1999 y el de Silkair en 1997
Lara Otero, El País
Las autoridades egipcias e indonesias nunca confirmaron la causa deliberada del siniestro de los vuelos de EgyptAir que se estrelló en el Atlántico en 1999 y el de Silkair en 1997
Aunque hay sospechas de casos de siniestros provocados deliberadamente por pilotos, oficialmente en muy pocos las autoridades han confirmado como causa oficial el piloto asesino o suicida. Los precedentes más recientes son los ocurridos el 29 noviembre de 2013 con un avión Embrear ERJ 190 de las líneas aéreas de Mozambique y el desaparecido vuelo de Malaysia Airlines MH370 el 8 de marzo de 2014. La base de datos de Airsafety Network recoge ocho casos de los solo cinco están confirmados.
De estos últimos, dos son de pilotos rusos que robaron sendos aviones y los estrellaron. Uno se mató con 11 personas en 1976 y otro, él solo, en 1994. Otro caso se produjo en 1979 en Colombia, con cuatro muertos, otro en Bostwana en 1999 y otro en Marruecos en 1994, pero en este último caso las conclusiones fueron muy discutidas por el sindicato de pilotos.
El vuelo 470 de LAM se estrelló en Namibia cuanto volaba de Maputo a Luanda con 27 pasajeros y seis tripulantes. Del informe provisional publicado en diciembre pasado se deduce que el comandante del avión lo estrelló de forma intencionada, aprovechando que se había quedado solo en la cabina, pero no se ha determinado formalmente que esa fuese la causa del siniestro. También en esa ocasión, el otro piloto golpeó la puerta reiteradamente, según los registros de sonido de la caja negra.
En el caso del desaparecido MH370 (no incluido en la base de datos como causado por pilotos suicidas), la versión oficial también apunta a un acto deliberado, si bien es imposible determinar por parte de quién mientras no se halle algún resto del Boeing 777, que se sigue buscando a miles de metros bajo el océano Índico.
Algunos de los casos más conocidos fueron el del vuelo de EgyptAir 990 que se estrelló en el Atlántico en 1999 y el de Silkair 185 en 1997, han sido ampliamente discutidos y nunca se ha confirmado oficialmente la causa. Las autoridades egipcias e indonesias jamás han aceptado que la causa de la pérdida del avión fuese una acción deliberada de los pilotos.
Tampoco hay muchos casos recientes de secuestro del propio avión, algo que sí sucedió con relativa frecuencia en los años de la Guerra Fría. El último suceso de ese tipo ocurrió el 17 de febrero de 2014, cuando un copiloto de Ethiopian Airlines secuestró el avión en la ruta de Addis Abeba a Roma. Hailemedhin Abera Tegegn, de 31 años, esperó a que su comandante fuese al retrete para hacerse fuerte en la cabina y desviar el B-767 a Ginebra para pedir asilo político.
El caso dio para muchas bromas porque ocurrió de madrugada y la Fuerza Aérea suiza solo trabaja en horario de oficina, de modo que fueron dos Eurofighters italianos los que escoltaron al avión etíope hasta que dos Mirage 2000 franceses tomaron el relevo a la altura del Mont Blanc.
Las autoridades egipcias e indonesias nunca confirmaron la causa deliberada del siniestro de los vuelos de EgyptAir que se estrelló en el Atlántico en 1999 y el de Silkair en 1997
Aunque hay sospechas de casos de siniestros provocados deliberadamente por pilotos, oficialmente en muy pocos las autoridades han confirmado como causa oficial el piloto asesino o suicida. Los precedentes más recientes son los ocurridos el 29 noviembre de 2013 con un avión Embrear ERJ 190 de las líneas aéreas de Mozambique y el desaparecido vuelo de Malaysia Airlines MH370 el 8 de marzo de 2014. La base de datos de Airsafety Network recoge ocho casos de los solo cinco están confirmados.
De estos últimos, dos son de pilotos rusos que robaron sendos aviones y los estrellaron. Uno se mató con 11 personas en 1976 y otro, él solo, en 1994. Otro caso se produjo en 1979 en Colombia, con cuatro muertos, otro en Bostwana en 1999 y otro en Marruecos en 1994, pero en este último caso las conclusiones fueron muy discutidas por el sindicato de pilotos.
El vuelo 470 de LAM se estrelló en Namibia cuanto volaba de Maputo a Luanda con 27 pasajeros y seis tripulantes. Del informe provisional publicado en diciembre pasado se deduce que el comandante del avión lo estrelló de forma intencionada, aprovechando que se había quedado solo en la cabina, pero no se ha determinado formalmente que esa fuese la causa del siniestro. También en esa ocasión, el otro piloto golpeó la puerta reiteradamente, según los registros de sonido de la caja negra.
En el caso del desaparecido MH370 (no incluido en la base de datos como causado por pilotos suicidas), la versión oficial también apunta a un acto deliberado, si bien es imposible determinar por parte de quién mientras no se halle algún resto del Boeing 777, que se sigue buscando a miles de metros bajo el océano Índico.
Algunos de los casos más conocidos fueron el del vuelo de EgyptAir 990 que se estrelló en el Atlántico en 1999 y el de Silkair 185 en 1997, han sido ampliamente discutidos y nunca se ha confirmado oficialmente la causa. Las autoridades egipcias e indonesias jamás han aceptado que la causa de la pérdida del avión fuese una acción deliberada de los pilotos.
Tampoco hay muchos casos recientes de secuestro del propio avión, algo que sí sucedió con relativa frecuencia en los años de la Guerra Fría. El último suceso de ese tipo ocurrió el 17 de febrero de 2014, cuando un copiloto de Ethiopian Airlines secuestró el avión en la ruta de Addis Abeba a Roma. Hailemedhin Abera Tegegn, de 31 años, esperó a que su comandante fuese al retrete para hacerse fuerte en la cabina y desviar el B-767 a Ginebra para pedir asilo político.
El caso dio para muchas bromas porque ocurrió de madrugada y la Fuerza Aérea suiza solo trabaja en horario de oficina, de modo que fueron dos Eurofighters italianos los que escoltaron al avión etíope hasta que dos Mirage 2000 franceses tomaron el relevo a la altura del Mont Blanc.