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Corea del Norte ha ejecutado públicamente a unas siete personas en la última década por ver o distribuir videos de K-pop, según un informe publicado por el Grupo de Trabajo de Justicia Transicional, con sede en Seúl. La organización advirtió que ha registrado al menos 23 ejecuciones de este tipo, por diferentes cargos, durante el gobierno de Kim Jong-un.
“Los cargos más comunes que documentamos por ejecuciones públicas bajo el gobierno de Kim Jong-un incluyeron: ver o distribuir videos surcoreanos (7 casos), delitos relacionados con drogas (5), prostitución (5), trata de personas (4), y, menos comúnmente, asesinato o intento de asesinato (3), y ‘actos obscenos’ (3)”, se lee en el documento publicado por el grupo.
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La organización entrevistó a 683 desertores norcoreanos desde 2015 para trazar un mapa de los lugares donde las personas fueron asesinadas y enterradas en ejecuciones públicas autorizadas por el estado, según explica el grupo. “En el documento se analizan imágenes satelitales y entrevistas con fugitivos norcoreanos para examinar cómo han cambiado las prácticas de asesinatos estatales en Corea del Norte”, dice su página web.
Y es que desde que asumió el poder hace una década, Kim Jong-un ha mantenido un estricto control sobre la información que entra y sale de Corea del Norte. Los materiales extranjeros, incluidas películas y libros, están prohibidos. Sin mencionar que la radio y la televisión están configuradas para recibir transmisiones gubernamentales únicamente. Además, las personas tampoco pueden utilizar el internet global.
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Sin embargo, en los últimos meses Kim ha lanzado ataques mucho más contundentes contra la cultura pop surcoreana: según una ley aprobada en diciembre del año pasado, quienes distribuyan entretenimiento surcoreano pueden enfrentar la pena de muerte.
“Una táctica de represión de Kim ha sido crear una atmósfera de terror ejecutando públicamente a las personas declaradas culpables de ver o hacer circular el contenido prohibido”, comentó Choe Sang-Hun, jefe de la oficina de Seúl para The New York Times.
Un dato clave: de las siete ejecuciones por ver o distribuir videos surcoreanos, todas menos una tuvieron lugar en Hyesan, una ciudad de Corea del Norte y un importante centro comercial en la frontera con China, dice el informe. Esos asesinatos ocurrieron entre 2012 y 2014.
- ¿Por qué es importante? Sang-Hun explicó que esa ciudad es la principal puerta de entrada a la información exterior, incluido el entretenimiento surcoreano almacenado en dispositivos de memoria USB y pirateado a través de la frontera con China.
- “Como tal, Hyesan se ha convertido en un foco de los esfuerzos de Kim para detener la infiltración del K-pop”, comentó el periodista del Times.
“Las familias de las víctimas a menudo se vieron obligadas a presenciar la ejecución”, dice el informe. De hecho, según explica Sang-Hun, algunos recortes de videos de juicios públicos y ejecuciones han sido sacados de contrabando de Corea del Norte.
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Algunas imágenes fueron publicadas por el programa de televisión surcoreano Channel A en las que se ve cómo un estudiante norcoreano fue llevado ante una gran multitud de personas, y fue condenado por tener una USB con una película y 75 canciones de Corea del Sur.
“Corea del Norte, en respuesta a las críticas internacionales, ha cambiado sus prácticas de matanza, tomando medidas drásticas contra las posibles filtraciones de información al seleccionar lugares de ejecución que son más fáciles de controlar”, se lee en el informe del Grupo de Trabajo de Justicia Transicional.