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Imagina que eres un abuelo y has vivido muchos años en Afganistán. Luego los talibanes llegan al poder. Ahora atraviesas la selva mientras tratas de llegar a Estados Unidos.
Imagina que eres una joven con sueños de estudiar diseño de moda o ser astronauta y has decidido cruzar una decena de fronteras para ver si lo puedes lograr.
Imagina que pones a tu hijo pequeño en una balsa, de noche, en un continente extraño, en un intento desesperado por llevarlo a un lugar seguro.
Para más de 3600 afganos, estas escenas no son producto de la imaginación: desde 2022, cada vez más familias han tomado una peligrosa ruta a través del continente americano, volando hasta Sudamérica, atravesando a pie el traicionero Tapón del Darién y avanzando en distintos medios de transporte hasta llegar a la frontera con EE. UU.
Hace poco, junto con mi colega, el fotógrafo Federico Rios, acompañamos a 54 afganos en parte de este recorrido.
Para nuestro reportaje entrevistamos a casi un centenar de personas que han emprendido el viaje. Entre ellas, Tahira, una mujer de ascendencia hazara que logró cruzar a EE. UU. con sus bebés gemelos, que nacieron en Brasil durante la travesía.
En marzo, luego de atravesar más de una decena de países, una selva mortal y un desierto para ingresar a EE. UU., Tahira y sus parientes fueron detenidos por autoridades estadounidenses cerca de Calexico, California, según nos contó.
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Su familia, incluidos los bebés, que ahora tienen siete meses, pasaron unas 12 horas en custodia del gobierno de EE. UU., según relató ella, y luego fueron deportados a México por Mexicali.
“Tiraron nuestras maletas y cerraron la puerta”, dijo, refiriéndose a los funcionarios estadounidenses.
Inmediatamente después de que los deportaron de EE. UU., los recogió un chofer de taxi en México, dijo. A punta de pistola, el taxista les robó los 3000 dólares que les quedaban.
Tahira contó que pasaron la noche en la calle en Mexicali. Ella pertenece a una minoría étnica que fue masacrada por el gobierno talibán en la década de 1990 y huyó tiempo después de que los talibanes recuperaron el poder en 2021. Luego de su travesía por tantos países, creyó que podría pedir asilo a EE. UU. y estaba muy sorprendida de que los deportaran. “¿Cuál es nuestro delito?”, preguntó.
Tahira no es la única afgana que ha sido deportada a México por las autoridades estadounidenses. Hablé con otras dos personas que tuvieron experiencias parecidas: Milad, un abogado, y Tamim, un periodista.
Sus casos invitan a preguntarse: ¿Cuál es la política de EE. UU. cuando sus agentes encuentran solicitantes afganos de asilo en la frontera con México?
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Durante nuestra reportería, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés) no quiso responder esa pregunta y se limitó a indicar que “el personal de CBP no ingresa a México para devolver a migrantes”.
Tahira volvió a intentar el cruce hacia EE. UU. y, en esta ocasión, ella y su familia lo lograron. Pero ahora enfrenta el desafío de acceder a servicios —atención médica para sus hijos, permiso de trabajo, un lugar donde quedarse a largo plazo— porque es una inmigrante indocumentada.
“Los que están entrando a EE. UU.”, dijo Tahira, “quieren salvar su vida” y buscan una vía rápida para legalizar su estatus migratorio.
“Así que le pido: presidente Biden, al menos dennos este documento para que podamos respirar, para que podamos salir, sentirnos libres”, comentó en California.
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