Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Frente a la magnitud de la sublevación de marzo de 2011 en Siria, cuyo objetivo era liberarse del yugo del presidente Bashar Al Asad, el régimen respondió con dureza. No dudó incluso en desafiar el derecho y a la comunidad internacional usando, como todo parece indicar, armas químicas contra su propio pueblo.
Diez años más tarde, este país de 22 millones de habitantes está devastado por una guerra civil especialmente dura y compleja, que ha dejado más de 380.000 muertos, ha provocado que la mitad de la población abandone sus hogares y ha dejado ciudades ancestrales convertidas en una montaña de ruinas.
Le recomendamos: El poder de los Asad, el clan que desató la guerra en Siria
Gracias a la intervención de Rusia e Irán, Asad ha conseguido mantenerse en el poder contra viento y marea. Por su parte, la oposición está debilitada y dividida y millones de refugiados viven en campos o en el exilio. Estos han sido los principales hechos que han marcado este devastador conflicto con motivo de su décimo aniversario.
Le recomendamos: La receta del sirio Almotaz Khedrou en Colombia