Disminuye tensión entre Gaza e Israel luego de ataques en la frontera
La intensa escalada de tensión que se disparó anoche tras el lanzamiento de dos cohetes desde Gaza hacia Tel Aviv, respondida con más de cien bombardeos israelíes sobre Gaza, parece disminuir mientras Israel valora que los proyectiles fueron disparados por error.
-Redacción Internacional con información de agencias
La Comisión de la Marcha del Retorno, responsable de organizar las protestas palestinas en la frontera con Israel para pedir el derecho al retorno de los refugiados y protestar el bloqueo sobre la franja, canceló las manifestaciones previstas para hoy "debido a la tensión" de las últimas horas.
Esta decisión, que según medios locales forma parte de un compromiso ante un alto el fuego entre las partes, aún por confirmar por Israel, se suma a los esfuerzos por desescalar la situación que intentan desde anoche los movimientos islamistas Yihad Islámica y Hamás -este último al frente de Gaza desde 2007-, los cuales se apresuraron a negar su responsabilidad de los disparos, como también hizo el brazo armado de Hamás, las Brigadas de Ezedín Al Qasam.
El Ministerio del Interior islamista incluso emitió un inusual comunicado para condenar el lanzamiento de cohetes por estar "fuera del consenso nacional y entre las facciones" palestinas, y advirtió de que "se tomarán medidas contra los que han violado" las instrucciones de no atacar.
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Este gesto refuerza la última versión sopesada por un oficial de Defensa israelí de que Hamás, al que Israel responsabiliza de cualquier violencia procedente del enclave que mantiene bajo bloqueo desde la toma de control de los islamistas, habría disparado los proyectiles contra Tel Aviv por error, recoge el diario Times of Israel.
Las alarmas antiaéreas no han vuelto a sonar desde primera hora de la mañana en las comunidades israelíes periféricas a Gaza o Tel Aviv, donde hasta anoche llevaban dos años sin escucharse.
El Ejército contabilizó un total de nueve proyectiles disparados contra Israel, de los que seis fueron interceptados por el sistema de defensa aéreo Cúpula de Hierro, y otros cayeron en espacios abiertos, sin causar heridos ni daños, aunque se encontraron restos de cohetes en una escuela de Sderot, muy próxima a Gaza, informó el Times of Israel.
Las autoridades israelíes convocaron anoche una reunión de seguridad de emergencia presidida por el primer ministro y titular de Defensa, Benjamin Netanyahu, y resolvieron ofrecer una respuesta contundente sobre infraestructuras de Hamás como oficinas, centros de producción de cohetes, varios puestos militares, algunos de la fuerza naval, y centros de entrenamiento militar.
El corresponsal para asuntos militares del Yediot Aharonot, Alex Fishman, califica de "inesperada e insana" la escalada, y en un intento por entender su motivación, plantea que podría tratarse de una maniobra de Hamás para orientar contra la Israel la ira de los habitantes de Gaza después de que ayer su policía reprimiera con dureza unas protestas por la subida de impuestos y el encarecimiento de la vida en el empobrecido enclave.
Los manifestantes pedían una vida más digna y mejores condiciones en la franja, afectada por más de una década de bloqueo, tres operaciones militares de envergadura y la división política con el partido Al Fatah del presidente Mahmud Abás, que en los últimos años se ha traducido en sanciones económicas.
La alta volatilidad alrededor del enclave coincide también con un período de inestabilidad en la ciudad vieja de Jerusalén, en la parte oriental ocupada, que en las últimas semanas ha sido de nuevo escario de enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en torno a un edificio situado junto a la Explanada de las Mezquitas.
"Es una sorpresa circunstancial", insiste Fishman, que pone sobre la mesa otro elemento de actualidad en la región: las elecciones generales israelíes del próximo 9 de abril, cuyo resultado podría verse alterado por las decisiones que tome ahora el liderazgo.
Lea también: El gobierno de Israel defiende al ejército tras un polémico vídeo
"Nadie había predicho que cualquier organización militar en Gaza llevaría a cabo una provocación que obligaría a Israel a lanzar una respuesta importante antes de la elecciones", valora Fishman, que observa dos posibles escenarios.
El primero, Israel "puede decidir que es un mal funcionamiento operacional de Hamás y responder de forma breve y mesurada, dejar que la calle palestina continúe la ola de protestas contra sus líderes. O dejar el tanto sin resolver por ahora y dar un golpe a Hamás en el momento que decida, tras las elecciones, y no permitirle que dicte el calendario", sostiene.
El segundo, señala, es que la situación escale, "causando un daño importante" a los islamistas a cambio de "alterar el curso de la campaña electoral", una encrucijada que Netanyahu, quien se juega la reelección en los comicios, debe resolver, apunta el analista.
La Comisión de la Marcha del Retorno, responsable de organizar las protestas palestinas en la frontera con Israel para pedir el derecho al retorno de los refugiados y protestar el bloqueo sobre la franja, canceló las manifestaciones previstas para hoy "debido a la tensión" de las últimas horas.
Esta decisión, que según medios locales forma parte de un compromiso ante un alto el fuego entre las partes, aún por confirmar por Israel, se suma a los esfuerzos por desescalar la situación que intentan desde anoche los movimientos islamistas Yihad Islámica y Hamás -este último al frente de Gaza desde 2007-, los cuales se apresuraron a negar su responsabilidad de los disparos, como también hizo el brazo armado de Hamás, las Brigadas de Ezedín Al Qasam.
El Ministerio del Interior islamista incluso emitió un inusual comunicado para condenar el lanzamiento de cohetes por estar "fuera del consenso nacional y entre las facciones" palestinas, y advirtió de que "se tomarán medidas contra los que han violado" las instrucciones de no atacar.
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Este gesto refuerza la última versión sopesada por un oficial de Defensa israelí de que Hamás, al que Israel responsabiliza de cualquier violencia procedente del enclave que mantiene bajo bloqueo desde la toma de control de los islamistas, habría disparado los proyectiles contra Tel Aviv por error, recoge el diario Times of Israel.
Las alarmas antiaéreas no han vuelto a sonar desde primera hora de la mañana en las comunidades israelíes periféricas a Gaza o Tel Aviv, donde hasta anoche llevaban dos años sin escucharse.
El Ejército contabilizó un total de nueve proyectiles disparados contra Israel, de los que seis fueron interceptados por el sistema de defensa aéreo Cúpula de Hierro, y otros cayeron en espacios abiertos, sin causar heridos ni daños, aunque se encontraron restos de cohetes en una escuela de Sderot, muy próxima a Gaza, informó el Times of Israel.
Las autoridades israelíes convocaron anoche una reunión de seguridad de emergencia presidida por el primer ministro y titular de Defensa, Benjamin Netanyahu, y resolvieron ofrecer una respuesta contundente sobre infraestructuras de Hamás como oficinas, centros de producción de cohetes, varios puestos militares, algunos de la fuerza naval, y centros de entrenamiento militar.
El corresponsal para asuntos militares del Yediot Aharonot, Alex Fishman, califica de "inesperada e insana" la escalada, y en un intento por entender su motivación, plantea que podría tratarse de una maniobra de Hamás para orientar contra la Israel la ira de los habitantes de Gaza después de que ayer su policía reprimiera con dureza unas protestas por la subida de impuestos y el encarecimiento de la vida en el empobrecido enclave.
Los manifestantes pedían una vida más digna y mejores condiciones en la franja, afectada por más de una década de bloqueo, tres operaciones militares de envergadura y la división política con el partido Al Fatah del presidente Mahmud Abás, que en los últimos años se ha traducido en sanciones económicas.
La alta volatilidad alrededor del enclave coincide también con un período de inestabilidad en la ciudad vieja de Jerusalén, en la parte oriental ocupada, que en las últimas semanas ha sido de nuevo escario de enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en torno a un edificio situado junto a la Explanada de las Mezquitas.
"Es una sorpresa circunstancial", insiste Fishman, que pone sobre la mesa otro elemento de actualidad en la región: las elecciones generales israelíes del próximo 9 de abril, cuyo resultado podría verse alterado por las decisiones que tome ahora el liderazgo.
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"Nadie había predicho que cualquier organización militar en Gaza llevaría a cabo una provocación que obligaría a Israel a lanzar una respuesta importante antes de la elecciones", valora Fishman, que observa dos posibles escenarios.
El primero, Israel "puede decidir que es un mal funcionamiento operacional de Hamás y responder de forma breve y mesurada, dejar que la calle palestina continúe la ola de protestas contra sus líderes. O dejar el tanto sin resolver por ahora y dar un golpe a Hamás en el momento que decida, tras las elecciones, y no permitirle que dicte el calendario", sostiene.
El segundo, señala, es que la situación escale, "causando un daño importante" a los islamistas a cambio de "alterar el curso de la campaña electoral", una encrucijada que Netanyahu, quien se juega la reelección en los comicios, debe resolver, apunta el analista.