EE le explica: la orgía gay que pone contra las cuerdas a Orbán, el primer ministro de Hungría
Durante varios años, el gobierno ultraconservador de Viktor Orbán ha atacado a la comunidad LGBTI. Ahora que un alto funcionario fue sorprendido en una fiesta gay libertina en Bruselas, todo el discurso de odio de su partido tambalea.
József Szájer, un allegado del primer ministro de Hungría, Viktor Orban, fue sorprendido en una fiesta gay libertina en Bruselas en pleno confinamiento. ¿Por qué es tan importante? El Espectador le explica.
¿Quién es Josef Szájer y por qué importa que haya terminado en una fiesta gay?
Szájer era hasta hace poco un eurodiputado húngaro de ultraderecha que se jactaba de ser uno de los autores de la Constitución de Hungría de 2011, la cual restringió los derechos de la comunidad LGBT en el país.
Este texto incluye particularmente una cláusula que define “la institución del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer”, pues el gobierno defiende los “valores cristianos”.
Szájer también es miembro del partido del presidente, el Fidesz-Unión Cívica Húngara, el mismo que estaba por prohibir la adopción por parte de parejas del mismo sexo y la inscripción del cambio de sexo en el Registro Civil, además de establecer en la carta magna que “la madre es una mujer, el padre es un hombre”.
Pero al mismo tiempo que Szájer manejaba un discurso que agredía los derechos de la comunidad LGBT en su país, su visión era diferente a nivel personal y en el extranjero.
El eurodiputado fue encontrado en una fiesta clandestina en Bruselas, la cual fue calificada como una “orgía gay” por la prensa de Bélgica, en la que participaron 25 hombres desnudos que además estaban violando las normas sanitarias dictadas por el gobierno. Cuando la policía llegó a desmanterlar la fiesta, Szájer fracasó al intentar escapar a la calle descolgándose por un desagüe.
Además, se encontró que su maleta estaba cargada de estupefacientes, algo que fue confirmado por la fiscalía belga. Esto, más el incumplimiento de las medidas restrictivas contra COVID-19, burlan la moral promovida por Orban.
“Mientras los políticos de Fidesz nos enseñan sobre cristianismo y familia, llevan una vida completamente diferente”, comentó el exprimer ministro de izquierda Ferenc Gyurcsany.
¿Por qué hay tanto revuelo con esta noticia?
Esta revelación detonó como una bomba en Hungría, donde oposición y prensa denuncian la hipocresía del poder que ataca a las personas LGBT. Szájer era además la mano derecha de Orbán, por lo que su escapada a Bruselas impacta el discurso del primer ministro contra esta comunidad.
“Mientras él (Szájer) se lo pasa muy bien en una Bruselas abierta a los LGBT, hace la vida imposible a los pares de éstos en Hungría, enmendando la Constitución”, reprochó Szabolcs Panyi, periodista del medio de investigación Direkt36.
Tras un largo silencio, Orban condenó el miércoles “un acto inaceptable e indefendible”, según un tuit de su portavoz, Zoltan Kovacs.
“Lo que ha hecho nuestro representante, Jozsef Szajer, no tiene justificación en los valores de nuestra familia política”, añadió.
Más allá de la inmediata dimisión del político húngaro, multado por no respetar la normativa contra el coronavirus e investigado ahora por tenencia de narcóticos, la bacanal que fue interrumpida y en la que había varios diplomáticos, ha abierto una puerta delicada relacionada con el límite de la vida pública y privada de los cargos políticos, especialmente cuando sus comportamientos contradicen sus proclamas ideológicas.
“Hemos visto ataques a la comunidad LGTBI orquestados por el gobierno de Orbán y hace diez años el señor Szájer fue uno de los arquitectos de la Constitución en la que aparece que el matrimonio solo puede darse entre personas del mismo sexo, lo que se traduce en que básicamente se prohíbe de forma constitucional el matrimonio gay y ahora se prueba que él mismo es homosexual”, comenta el fundador de la Coalición Europea para la Seguridad y la Igualdad LGTBI, Rémy Bonny, quien critica la “hipocresía” del eurodiputado ultraconservador húngaro..
El activista agrega que “los medios húngaros, especialmente los tabloides y los periódicos afines al gobierno, han intentado silenciar este caso” y simplemente dicen que el político se encontraba “en una fiesta ilegal, sin señalar que se trataba de una fiesta gay o de que había drogas de por medio”.
“Esta noticia viene en un momento muy particular, dado que hay una propuesta en el Parlamento húngaro para una ley con la que se puedan prohibir las adopciones por parte de parejas del mismo sexo”, recuerda Bonny.
¿Cuáles son las repercusiones?
La renuncia del eurodiputado Szájer, presentada el miércoles, podría debilitar la posición húngara, en tanto Budapest está inmersa en un enfrentamiento con la UE por el Estado de derecho. No solo se trata de la revelación de la hipocresía del discurso del gobierno, sino que el eurodiputado llevaba una larga carrera en el Parlamento Europeo, y su trabajo allí era muy importante para Orbán.
“La desaparición de Jozsef Szajer”, gran conocedor de los entresijos del Parlamento europeo, donde ocupaba un escaño desde 2004, “debilitará la posición de Orbán” en la próxima cumbre de la UE, considera el politólogo Zoltan Lakner, director del semanario Jelen.
Le recomendamos: La lucha de la Unión Europea para paliar la ola anti-LGBT en Europa
József Szájer, un allegado del primer ministro de Hungría, Viktor Orban, fue sorprendido en una fiesta gay libertina en Bruselas en pleno confinamiento. ¿Por qué es tan importante? El Espectador le explica.
¿Quién es Josef Szájer y por qué importa que haya terminado en una fiesta gay?
Szájer era hasta hace poco un eurodiputado húngaro de ultraderecha que se jactaba de ser uno de los autores de la Constitución de Hungría de 2011, la cual restringió los derechos de la comunidad LGBT en el país.
Este texto incluye particularmente una cláusula que define “la institución del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer”, pues el gobierno defiende los “valores cristianos”.
Szájer también es miembro del partido del presidente, el Fidesz-Unión Cívica Húngara, el mismo que estaba por prohibir la adopción por parte de parejas del mismo sexo y la inscripción del cambio de sexo en el Registro Civil, además de establecer en la carta magna que “la madre es una mujer, el padre es un hombre”.
Pero al mismo tiempo que Szájer manejaba un discurso que agredía los derechos de la comunidad LGBT en su país, su visión era diferente a nivel personal y en el extranjero.
El eurodiputado fue encontrado en una fiesta clandestina en Bruselas, la cual fue calificada como una “orgía gay” por la prensa de Bélgica, en la que participaron 25 hombres desnudos que además estaban violando las normas sanitarias dictadas por el gobierno. Cuando la policía llegó a desmanterlar la fiesta, Szájer fracasó al intentar escapar a la calle descolgándose por un desagüe.
Además, se encontró que su maleta estaba cargada de estupefacientes, algo que fue confirmado por la fiscalía belga. Esto, más el incumplimiento de las medidas restrictivas contra COVID-19, burlan la moral promovida por Orban.
“Mientras los políticos de Fidesz nos enseñan sobre cristianismo y familia, llevan una vida completamente diferente”, comentó el exprimer ministro de izquierda Ferenc Gyurcsany.
¿Por qué hay tanto revuelo con esta noticia?
Esta revelación detonó como una bomba en Hungría, donde oposición y prensa denuncian la hipocresía del poder que ataca a las personas LGBT. Szájer era además la mano derecha de Orbán, por lo que su escapada a Bruselas impacta el discurso del primer ministro contra esta comunidad.
“Mientras él (Szájer) se lo pasa muy bien en una Bruselas abierta a los LGBT, hace la vida imposible a los pares de éstos en Hungría, enmendando la Constitución”, reprochó Szabolcs Panyi, periodista del medio de investigación Direkt36.
Tras un largo silencio, Orban condenó el miércoles “un acto inaceptable e indefendible”, según un tuit de su portavoz, Zoltan Kovacs.
“Lo que ha hecho nuestro representante, Jozsef Szajer, no tiene justificación en los valores de nuestra familia política”, añadió.
Más allá de la inmediata dimisión del político húngaro, multado por no respetar la normativa contra el coronavirus e investigado ahora por tenencia de narcóticos, la bacanal que fue interrumpida y en la que había varios diplomáticos, ha abierto una puerta delicada relacionada con el límite de la vida pública y privada de los cargos políticos, especialmente cuando sus comportamientos contradicen sus proclamas ideológicas.
“Hemos visto ataques a la comunidad LGTBI orquestados por el gobierno de Orbán y hace diez años el señor Szájer fue uno de los arquitectos de la Constitución en la que aparece que el matrimonio solo puede darse entre personas del mismo sexo, lo que se traduce en que básicamente se prohíbe de forma constitucional el matrimonio gay y ahora se prueba que él mismo es homosexual”, comenta el fundador de la Coalición Europea para la Seguridad y la Igualdad LGTBI, Rémy Bonny, quien critica la “hipocresía” del eurodiputado ultraconservador húngaro..
El activista agrega que “los medios húngaros, especialmente los tabloides y los periódicos afines al gobierno, han intentado silenciar este caso” y simplemente dicen que el político se encontraba “en una fiesta ilegal, sin señalar que se trataba de una fiesta gay o de que había drogas de por medio”.
“Esta noticia viene en un momento muy particular, dado que hay una propuesta en el Parlamento húngaro para una ley con la que se puedan prohibir las adopciones por parte de parejas del mismo sexo”, recuerda Bonny.
¿Cuáles son las repercusiones?
La renuncia del eurodiputado Szájer, presentada el miércoles, podría debilitar la posición húngara, en tanto Budapest está inmersa en un enfrentamiento con la UE por el Estado de derecho. No solo se trata de la revelación de la hipocresía del discurso del gobierno, sino que el eurodiputado llevaba una larga carrera en el Parlamento Europeo, y su trabajo allí era muy importante para Orbán.
“La desaparición de Jozsef Szajer”, gran conocedor de los entresijos del Parlamento europeo, donde ocupaba un escaño desde 2004, “debilitará la posición de Orbán” en la próxima cumbre de la UE, considera el politólogo Zoltan Lakner, director del semanario Jelen.
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