Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Estados Unidos apeló el fallo de un tribunal tailandés que había rechazado extraditar al presunto traficante de armas de origen ruso Viktor Bout, apodado el "Mercader de la Muerte", y al que Estados Unidos acusa de haber vendido misiles a la guerrilla de las Farc.
A petición de la Embajada de EE.UU .en Bangkok, el fiscal general de Tailandia presentó el recurso dentro del plazo de 72 horas dado por el juez tras emitir la sentencia el pasado martes.
Una vez tramitada la instancia ante el Tribunal Supremo, la acusación dispondrá de 30 días para preparar su caso, explicaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores tailandés.
Durante ese tiempo se extenderá el encarcelamiento de Bout, quien estaba preparado para salir en libertad si las autoridades estadounidenses no hubieran decidido recurrir el veredicto.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos le implica en operaciones para la venta a las Farc de unos 800 misiles tierra-aire, 5.000 fusiles de asalto AK-47, explosivos C-4 y minas antipersona, entre otras armas valoradas en varios millones de dólares.
Según el FBI, Bout también intentó adquirir una batería antiaérea y conspiró para asesinar a ciudadanos estadounidenses, y de ser declarado culpable de esos delitos puede ser condenado a cadena perpetua por la justicia de Estados Unidos.
Pero en su sentencia, el magistrado Jitakorn Patanasir argumentó que los cargos presentados por EE.UU. no pueden ser juzgados por la ley tailandesa e indicó que la naturaleza del proceso ha sido más política que judicial.
Aunque las Farc son consideradas una organización terrorista por Estados Unidos, la guerrilla colombiana "está luchando por una causa política y no es una banda criminal", en opinión del juez tailandés.
Patanasir dio así la razón a los abogados de Bout, que siempre han insistido en su inocencia y denunció que el proceso contra él ha sido una operación política urdida por el Gobierno de Colombia y apoyada por Estados Unidos para debilitar a la guerrilla.
A lo largo del juicio, la defensa mantuvo que el "Mercader de la Muerte" no cometió delito alguno en Tailandia y Estados Unidos carece de competencias sobre las actividades en otro país de su cliente.
Bout fue detenido en marzo de 2008 en un lujoso hotel de Bangkok por funcionarios de la agencia antidroga de EE.UU. que se hicieron pasar por compradores de armamento y sin haber informado previamente a las autoridades locales, alegaron los letrados.
Inicialmente, el ex piloto y agente del KGB soviético iba a ser juzgado en Tailandia por un delito de apoyo al terrorismo, que se castiga con un máximo de diez años de cárcel, pero finalmente se le retiraron los cargos por falta de pruebas.
Fue entonces cuando Washington pidió formalmente la entrega del "Mercader de la Muerte", quien pese a su siniestro apelativo -uno de los ocho alias por los que se le conoce- afirma ser un honrado empresario.
Bout encabezó durante años una de las mayores redes privadas de contrabando de armas de todo el mundo, que despachaba desde fusiles y bazocas hasta carros de combate y helicópteros al conflicto que fuera en cualquier rincón del planeta, indican el FBI y el MI6 británico.
Hizo negocios con algunos de los regímenes más sanguinarios de las últimas dos décadas en África y Asia y con dictadores como el liberiano Charles Taylor y el terrorista Osama bin Laden, quien pagaba al contado los pedidos para Al Qaeda.
Su fama es tal que su vida real inspiró la película de Hollywood "Lord of War", cuyo protagonista Nicholas Cage relata orgulloso en el film como aprovechó la caída de la Unión Soviética para ganar mucho dinero con los arsenales que adquirió mediante sobornos a generales corruptos.
Bout compró armas en Bulgaria, Moldavia o Ucrania para venderlas en países con conflictos armados como Angola, Sierra Leona o la República del Congo, sorteando todos los embargos internacionales que se encontró por el camino.
Si el Supremo tailandés confirma su sentencia, Estados Unidos no podrá apelar de nuevo y el "Mercader de la Muerte" será puesto en libertad en el plazo de treinta días.