El día de la final del Mundial de fútbol también se conmemora el Día del Migrante
Según Naciones Unidas, 1 de cada 30 individuos es migrante y, de acuerdo con datos del 2021 de ANCUR, 89,3 millones de personas fueron desplazadas por la fuerza en todo el mundo, como resultado de persecuciones, conflicto, violencia, violaciones a los derechos humanos o acontecimientos que alteraron gravemente el orden público. El fútbol, en el contexto de la final de la Copa del Mundo, permite entender el efecto que tiene la migración.
Los conflictos violentos, la inseguridad y el cambio climático han consolidado una fuerte ola migratoria alrededor del mundo. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en el 2020 había aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales, una cifra equivalente al 3,6 % de la población mundial. La misma organización estableció que Europa y Asia acogieron en el 2022 a alrededor de 87 millones y 86 millones de personas, respectivamente, sumando el 61 % de la población mundial total de migrantes internacionales. Le siguen América del Norte, con casi 59 millones, equivalentes al 21% de la población mundial de migrantes, África, con el 9%, América Latina y el Caribe, con el 5%, y Oceanía, con el 3%.
Según las Naciones Unidas, los migrantes han demostrado ser fuente de prosperidad, innovación y desarrollo sostenible para los países de origen, de tránsito y de acogida. Por ejemplo, las remesas no solo son un sustento para las familias de quienes deciden migrar, sino que estimulan los mercados locales, en especial en los países que cuentan con ingresos bajos y medios. Y es que, según datos de la OIM, ha habido un aumento global de las remesas en los últimos decenios, pasando de US$126.000 millones en el 2000 a US$702.000 millones en el 2020. Incluso, la pandemia no ocasionó una disminución muy significativa en este rubro. Con respecto al total mundial del 2019, la caída por el coronavirus fue del 2,4 %, a pesar de las predicciones de un gran descenso.
Ahora bien, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a finales del 2021, 89,3 millones de personas fueron desplazadas por la fuerza en todo el mundo, como resultado de persecuciones, conflicto, violencia, violaciones a los derechos humanos o acontecimientos que alteraron gravemente el orden público. Además, desde el 2014, más de 50.000 migrantes han perdido la vida en rutas migratorias en todo el mundo. No hay que olvidar que, según cifras de la misma organización, con corte a junio del 2022, más de dos tercios (69%) de todas las personas refugiadas y desplazadas en el mundo procedían de Siria (6,8 millones), Venezuela (4,6 millones), Afganistán (2,7 millones), Sudán del Sur (2,4 millones), Myanmar (1, 2 millones). Sumado a ello, tras la guerra entre Rusia y Ucrania, casi 7 millones de ucranianos permanecen desplazadas dentro de su país, mientras que más de 7 millones han huido a otros países. En ese contexto, se estima que 17,7 millones de ucranianos podrían necesitar ayuda humanitaria.
A través de Twitter, Naciones Unidas comentó que 1 de cada 30 personas es migrante y Amnistía Internacional aseguró que “cada día, en todo el mundo, hay personas que deben tomar una decisión que puede ser la más difícil de su vida: abandonar su hogar en busca de una vida mejor y más segura. En ese momento, surgirán muchas preguntas e incertidumbres”.
A través de la misma red social, Juan Guaidó escribió: “Comienza la final del mundial, todos estamos pendientes del resultado. También es el Día Internacional del Migrante. ¿Sabías que de los 26 futbolistas de la selección de Francia, tan solo cuatro son hijos de personas nacidas en ese país? El resto son hijos de inmigrantes. La migración siempre beneficia al país receptor: en Francia contribuyó no solo a su selección, también con 37 jugadores a otros equipos. Esto ocurre en otros países”.
Como lo escribió el periodista Camilo Gómez en el artículo Sin migración, no hay Mundial: ¿puede adivinar cuáles son estos equipos?, recientemente publicado en este medio, desde sus inicios, la migración le ha dado forma a lo que es la Copa Mundial de Fútbol. Gijs van Campenhout, Jacco van Sterkenburg y Gijsbert Oonk, tres profesores de la Universidad de Utrecht en Países Bajos, reunieron los datos de todas los Mundiales hasta ahora y encontraron que, en efecto, sin migración, los Mundiales habrían sido algo diferente. En promedio, el 5 % de los jugadores en cada edición han nacido en un país diferente al que representan. La cifra más baja se presentó en el Mundial de Argentina 1978, cuando apenas el 2,27 % de los futbolistas fueron nacionalizados. La más alta fue en Italia 1990, con el 13,77 % de futbolistas nacionalizados. Desde 2010, la cifra no baja del 10 %.
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Los conflictos violentos, la inseguridad y el cambio climático han consolidado una fuerte ola migratoria alrededor del mundo. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en el 2020 había aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales, una cifra equivalente al 3,6 % de la población mundial. La misma organización estableció que Europa y Asia acogieron en el 2022 a alrededor de 87 millones y 86 millones de personas, respectivamente, sumando el 61 % de la población mundial total de migrantes internacionales. Le siguen América del Norte, con casi 59 millones, equivalentes al 21% de la población mundial de migrantes, África, con el 9%, América Latina y el Caribe, con el 5%, y Oceanía, con el 3%.
Según las Naciones Unidas, los migrantes han demostrado ser fuente de prosperidad, innovación y desarrollo sostenible para los países de origen, de tránsito y de acogida. Por ejemplo, las remesas no solo son un sustento para las familias de quienes deciden migrar, sino que estimulan los mercados locales, en especial en los países que cuentan con ingresos bajos y medios. Y es que, según datos de la OIM, ha habido un aumento global de las remesas en los últimos decenios, pasando de US$126.000 millones en el 2000 a US$702.000 millones en el 2020. Incluso, la pandemia no ocasionó una disminución muy significativa en este rubro. Con respecto al total mundial del 2019, la caída por el coronavirus fue del 2,4 %, a pesar de las predicciones de un gran descenso.
Ahora bien, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a finales del 2021, 89,3 millones de personas fueron desplazadas por la fuerza en todo el mundo, como resultado de persecuciones, conflicto, violencia, violaciones a los derechos humanos o acontecimientos que alteraron gravemente el orden público. Además, desde el 2014, más de 50.000 migrantes han perdido la vida en rutas migratorias en todo el mundo. No hay que olvidar que, según cifras de la misma organización, con corte a junio del 2022, más de dos tercios (69%) de todas las personas refugiadas y desplazadas en el mundo procedían de Siria (6,8 millones), Venezuela (4,6 millones), Afganistán (2,7 millones), Sudán del Sur (2,4 millones), Myanmar (1, 2 millones). Sumado a ello, tras la guerra entre Rusia y Ucrania, casi 7 millones de ucranianos permanecen desplazadas dentro de su país, mientras que más de 7 millones han huido a otros países. En ese contexto, se estima que 17,7 millones de ucranianos podrían necesitar ayuda humanitaria.
A través de Twitter, Naciones Unidas comentó que 1 de cada 30 personas es migrante y Amnistía Internacional aseguró que “cada día, en todo el mundo, hay personas que deben tomar una decisión que puede ser la más difícil de su vida: abandonar su hogar en busca de una vida mejor y más segura. En ese momento, surgirán muchas preguntas e incertidumbres”.
A través de la misma red social, Juan Guaidó escribió: “Comienza la final del mundial, todos estamos pendientes del resultado. También es el Día Internacional del Migrante. ¿Sabías que de los 26 futbolistas de la selección de Francia, tan solo cuatro son hijos de personas nacidas en ese país? El resto son hijos de inmigrantes. La migración siempre beneficia al país receptor: en Francia contribuyó no solo a su selección, también con 37 jugadores a otros equipos. Esto ocurre en otros países”.
Como lo escribió el periodista Camilo Gómez en el artículo Sin migración, no hay Mundial: ¿puede adivinar cuáles son estos equipos?, recientemente publicado en este medio, desde sus inicios, la migración le ha dado forma a lo que es la Copa Mundial de Fútbol. Gijs van Campenhout, Jacco van Sterkenburg y Gijsbert Oonk, tres profesores de la Universidad de Utrecht en Países Bajos, reunieron los datos de todas los Mundiales hasta ahora y encontraron que, en efecto, sin migración, los Mundiales habrían sido algo diferente. En promedio, el 5 % de los jugadores en cada edición han nacido en un país diferente al que representan. La cifra más baja se presentó en el Mundial de Argentina 1978, cuando apenas el 2,27 % de los futbolistas fueron nacionalizados. La más alta fue en Italia 1990, con el 13,77 % de futbolistas nacionalizados. Desde 2010, la cifra no baja del 10 %.
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