El medio importa: la entrega de ayuda humanitaria por aire, tierra y mar para Gaza
Un primer barco cargado de arroz, harinas y alimentos en conserva, da el primer paso en un corredor que Occidente quiere consolidar para el ingreso de la ayuda humanitaria en Gaza, mientras las entregas aéreas son criticadas por indignas e ineficientes y las terrestres han derivado en caos.
Este martes se confirmó que un primer barco con ayuda humanitaria para Gaza zarpó finalmente del puerto de Lárnaca, en Chipre, mientras cientos de miles de personas están en riesgo de hambruna en el enclave palestino.
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Este martes se confirmó que un primer barco con ayuda humanitaria para Gaza zarpó finalmente del puerto de Lárnaca, en Chipre, mientras cientos de miles de personas están en riesgo de hambruna en el enclave palestino.
“Después de semanas de preparación, nuestro equipo en Chipre cargó casi 200 toneladas de alimentos en el barco Open Arms que entregará la ayuda que se necesita desesperadamente”, dijo la organización World Central Kitchen (WCK), citada por CNN el martes.
Dicha organización sin fines de lucro, liderada por el chef hispano-estadounidense José Andrés, dijo que se había asociado con los Emiratos Árabes Unidos, Chipre y la ONG española Open Arms para coordinar el envío.
Este barco, cargado de arroz, harinas y alimentos en conserva, da el primer paso en un corredor que países de la Unión Europea quieren consolidar para el ingreso de la ayuda humanitaria en Gaza, mientras que Estados Unidos se ha comprometido con la construcción de un puerto en la costa gazatí para el mismo fin.
El despacho desde Chipre, el país de la Unión Europea más cercano a la Franja, a unos 370 kilómetros de distancia, implicaría una mayor eficiencia para la entrega de víveres y elementos esenciales en comparación con las ayudas lanzadas desde el aire, que han sido criticadas por costosas, ineficientes, además de peligrosas.
Distintas organizaciones insisten en que la mejor forma para garantizar la entrega de ayuda humanitaria, además de salvaguardar la vida de más de dos millones de civiles, es un cese al fuego, que, por el momento, sin embargo, no parece cercano.
Mientras eso sucede, varias han sido las voces que han apuntado a priorizar las entregas terrestres o eventualmente marítimas de alimentos, agua, medicinas, entre otros artículos vitales para la población de Gaza.
Lo anterior, debido a los serios riesgos e ineficiencias que suponen los lanzamientos aéreos. No es solo como desde la sociedad civil se ha criticado: que los niños en Gaza no deberían preguntarse si lo que cae del cielo es una bomba o la cena. Técnicamente también hay varios problemas.
El problema con la ayuda aérea
El primer país en acudir a los lanzamientos aéreos para ayuda a Gaza fue Jordania, que, como ha explicado The Washington Post, desde noviembre ha venido coordinando con Israel las franjas horarias en que es seguro volar y hacer los lanzamientos.
Al reino, se han sumado otros países como Egipto, Emiratos Árabes, Francia y, finalmente, a principios de marzo, Estados Unidos, en un intento por llevar alimentos, productos de aseo, incluidos productos para la higiene menstrual, y medicamentos en medio de una severa escasez, que es más grave en el norte de Gaza, mientras que en el sur, si bien hay mayor disponibilidad de bienes, solo es posible conseguirlos a un muy alto precio.
La situación se ha tornado más crítica luego de que a finales de febrero, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunciara la suspensión de entregas de comida en el norte debido “al caos y la violencia producto del colapso del orden civil”, de acuerdo con la BBC.
Aunque el PMA ha afirmado que las entregas aéreas pueden ser unas siete veces más costosas que las terrestres (por el combustible, los equipos y personal necesario, entre otros), además de que en volumen también tienen menor capacidad, Washington tomó la decisión de empezar a hacer lanzamientos luego de la matanza de más de 100 palestinos en las costas de la Ciudad de Gaza, la cual Hamás atribuyó a disparos de las Fuerzas de Defensa de Israel, mientras que estas últimas afirmaron que la mayoría de las muertes fueron producto de la estampida humana y los atropellamientos en torno a un convoy de ayuda humanitaria.
Usando aviones de la Fuerza Aérea, por lanzamiento, se dejan caer más o menos 30.000 raciones de alimentos, y una cantidad similar de botellas de agua. El más reciente lanzamiento se hizo el lunes.
Estas operaciones, no obstante, han estado bajo mayor escrutinio luego de que la semana pasada cinco personas murieran tras ser impactadas por paquetes que fueron lanzados desde el aire, pero cuyo paracaídas no se abrió durante la caída.
Mientras que, como explica el Post, los envíos de insumos médicos destinados a hospitales se coordinan con personal en terreno y con guía GPS, los lanzamientos dirigidos a civiles se lanzan sin previo aviso.
Esto no solo puede desatar el desorden en tierra, sino redundar en repartos inequitativos, caídas al mar o incluso a Israel, debido al desplazamiento que producen los vientos.
“Miles de ciudadanos vieron caer la ayuda sobre ellos (...) Y cuando cientos o miles esperan en esas zonas, sólo entre 10 y 20 personas consiguen cosas, mientras que los demás regresan sin nada. Desafortunadamente, este método de lanzamiento por el aire no es la forma más adecuada de transportar ayuda al distrito norte de Gaza”, dijo Ismail Mokbel, un residente de la Franja, a la BBC.
“Gaza necesita una vía terrestre y fluvial para entregar la ayuda en lugar de hacerlo de esa manera, que no satisface las necesidades de todos los ciudadanos”, agregó.
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