Esta situación está costando más de 400.000 millones de dólares al año en daños y pérdidas de ingresos, el equivalente al PIB de Dinamarca o Tailandia, una cifra probablemente subestimada, indica la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), auspiciada por la ONU.