El papa encuentra fervientes admiradoras en la comunidad trans de Indonesia
Para muchas mujeres trans que viven al margen de la sociedad en el país, la Iglesia católica es un refugio, y Francisco es un héroe personal.
Emma Bubola | The New York Times
El grupo de mujeres trans del sur de Yakarta se puso sus mejores galas de domingo. Usaron plumas, seda, purpurina y largas pestañas. Cada una tenía un rosario en el cuello.
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El grupo de mujeres trans del sur de Yakarta se puso sus mejores galas de domingo. Usaron plumas, seda, purpurina y largas pestañas. Cada una tenía un rosario en el cuello.
“El papa Francisco se merece nuestro mejor atuendo”, dijo Elvi Gondhoadjmodjo, mientras el grupo se preparaba para ver al pontífice el jueves durante su visita a Indonesia.
Para muchas mujeres trans que viven al margen de la sociedad, la Iglesia católica es un refugio seguro, y el papa Francisco, con sus mensajes de tolerancia y apertura hacia la comunidad LGBTQ, se ha convertido en un héroe personal. Estaban entusiasmadas con su visita de cuatro días.
“Cuando recibimos a Francisco como papa, me di cuenta de que Dios nos estaba escuchando de verdad”, dijo Mami Yuli, líder de la comunidad y devota católica que lleva tatuada la imagen de un rosario en el pecho. “No es el papa, sino Dios mismo que nos visita”.
En el refugio donde viven muchas de ellas, el grupo de 10 mujeres trans se apretujó en dos coches de alquiler y se dirigió al estadio Bung Karno de Yakarta, donde el papa iba a celebrar una misa más tarde el jueves. No tenían entradas, pero esperaban poder ver al papa afuera.
Su entusiasmo, y la cercanía que desde hace años existe entre la comunidad trans y la Iglesia católica en Yakarta, contrasta fuertemente con las actitudes menos favorables de la Iglesia en otros países, y con las posturas que han expresado algunos funcionarios eclesiásticos. Pero también mostró cómo el mensaje de tolerancia de Francisco ha resonado en algunos rincones del mundo católico a miles de kilómetros del Vaticano.
“El papa Francisco nos ha pedido varias veces que no los juzguemos”, dijo el reverendo Agustinus Kelik Pribadi, sacerdote de la iglesia católica de San Esteban en el sur de Yakarta. Se refería a la famosa pregunta del papa “¿quién soy yo para juzgar?” sobre los sacerdotes homosexuales, que muchos consideraron que reflejaba su actitud general hacia la comunidad LGBTQ. “Debemos escuchar”.
Los católicos constituyen una minoría muy pequeña en la Indonesia de predominio musulmán. Sin embargo, en los últimos años se han bautizado en Yakarta decenas de mujeres trans que no habían nacido en el seno de la Iglesia. Proceden de casi todos los rincones del país, dijo el reverendo Adrianus Suyadi, sacerdote jesuita de la catedral de Yakarta.
Los lazos entre la Iglesia y la comunidad de mujeres trans de Yakarta son el resultado de la labor del arzobispo de la ciudad, el cardenal Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, dijeron los sacerdotes. El cardenal dio instrucciones a los sacerdotes para que acogieran a personas transgénero en sus parroquias como parte de un esfuerzo por respetar la dignidad humana. Mami Yuli, líder de la comunidad trans, también presionó a la Iglesia. El resultado fue un vínculo raro y entrañable.
“A menudo iba a la peluquería y me cortaba el pelo con su grupo”, dijo el padre Pribadi.
Pero, en general, la comunidad transgénero sigue enfrentándose al rechazo y la discriminación en Indonesia. Muchos siguen sin hogar, y otros se dedican al trabajo sexual para sobrevivir, dijeron miembros de la comunidad.
Una vez al mes, más de 50 mujeres transexuales asisten a una reunión de oración en la catedral, dijo el padre Suyadi. Muchas frecuentan las clases de cocina organizadas por la iglesia, y dos se han convertido en instructoras.
“Cuando voy a la iglesia nadie me juzga”, dijo Gondhoadjmodjo, de 40 años, que se bautizó en 2022 y dijo que había empezado a trabajar como profesora voluntaria gracias a la Iglesia. “Eso me hace estar más segura de que quiero ser católica”.
Mika Horulean, de 26 años, otra mujer trans, asiste a las reuniones católicas de asesoramiento trans, en las que los participantes hablan de sus experiencias, en Zoom todos los viernes. “Romo es increíble”, dijo, dirigiéndose al padre Suyadi con una palabra que significa padre en javanés.
Las enseñanzas de la Iglesia se oponen a la transición de género pero, desde hace tiempo, Francisco ha instado a los clérigos a acoger a los católicos LGBTQ. Recibió a un grupo de mujeres transgénero en el Vaticano para almorzar. Aprobó un documento del Vaticano que dejaba claro que las personas transgénero pueden ser bautizadas y declaró “injustas” las leyes que criminalizan ser una persona gay.
Pero Francisco también ha caminado por la cuerda floja entre su exhortación personal a una mayor apertura por parte de la Iglesia y la defensa de la doctrina eclesiástica.
Recientemente, el Vaticano publicó un documento aprobado por Francisco en el que se afirma que la Iglesia cree que la cirugía de transición es una afrenta a la dignidad humana. El papa también utilizó recientemente una palabra malsonante para referirse a las personas homosexuales, un episodio que evidencia la complicada relación de la Iglesia con el género y la sexualidad.
Sin embargo, la comunidad transgénero del sur de Yakarta se ha centrado en los mensajes positivos y la apertura de Francisco. “Para nosotros, las personas LGBT de Indonesia, nunca ha habido alguien de tan alto perfil que envíe un mensaje de inclusión”, dijo Mami Yuli.
“Es mucho más valiente que los otros papas que le han precedido”, dijo, de pie junto a su pequeño santuario en el refugio, con una estatuilla de María y una imagen de Jesús. “Su mensaje es un mensaje de amor y de prestar atención a la gente pequeña”.
Aún existe cierta resistencia entre los obispos católicos de Indonesia. El padre Suyadi dijo que su propuesta a la conferencia episcopal local para que Mami Yuli se reuniera con el papa fue rechazada.
Bunda Mayora, de 37 años, una mujer trans de Maumere, una ciudad ubicada en Flores, al este de Indonesia, también participa en la iglesia local. El jueves vio en directo por televisión la reunión del papa con los obispos indonesios.
Estaba decepcionada porque los católicos LGBTQ no habían sido invitados a la misa celebrada por el papa.
La decepción se extendió al estadio el jueves. Pocas horas después de que el grupo de mujeres trans se concentrara frente al estadio, la policía les impidió situarse a la entrada con su pancarta de Francisco y sus coloridas ropas. El grupo se dirigió a casa incluso antes de que llegara el papa.
“No puede recibirnos aquí”, dijo Devine Selviana Siahaan, una de las mujeres trans que estaba en el estadio. “Pero aún puedo hablar con Francisco en mis sueños”.
Muktita Suhartono, Sui-Lee Wee y Ulet Ifansasti colaboraron con reportería.
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