El peso histórico y político que tiene Israel para Joe Biden y Estados Unidos
La respuesta del gobierno estadounidense frente a las acciones de Israel en Gaza, tras los ataques de Hamás, ha provocado tensiones entre los demócratas, justo cuando Biden aspira a reelegirse el otro año y necesita un apoyo masivo de la base de su partido. Detrás del respaldo al Estado judío están varios aspectos, entre ellos la magnitud de la diáspora israelí y lo que representa dicho país para Estados Unidos, al ser su puerta de entrada a Medio Oriente.
El apoyo que Joe Biden le ha dado a Israel, teniendo de fondo las más de 10.000 muertes en Gaza, la crisis humanitaria del enclave y las alertas alrededor del asedio israelí al hospital Al Shifa, le están costando respaldo dentro de su propio círculo. Apenas ayer, más de 500 funcionarios políticos y miembros del personal de 40 agencias gubernamentales le enviaron una carta protestando por su respaldo al Estado judío. La misiva, a la que tuvo acceso The New York Times, denuncia los ataques de Hamás del 7 de octubre, pero también insta al líder de la Casa Blanca a detener el derramamiento de sangre causado por la campaña militar de represalia de Israel, además de que le solicitan que exija un alto al fuego, la liberación de los rehenes, el restablecimiento de agua, combustible, electricidad y otros servicios básicos, y que genere presión para que entre ayuda humanitaria adecuada a la Franja.
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El apoyo que Joe Biden le ha dado a Israel, teniendo de fondo las más de 10.000 muertes en Gaza, la crisis humanitaria del enclave y las alertas alrededor del asedio israelí al hospital Al Shifa, le están costando respaldo dentro de su propio círculo. Apenas ayer, más de 500 funcionarios políticos y miembros del personal de 40 agencias gubernamentales le enviaron una carta protestando por su respaldo al Estado judío. La misiva, a la que tuvo acceso The New York Times, denuncia los ataques de Hamás del 7 de octubre, pero también insta al líder de la Casa Blanca a detener el derramamiento de sangre causado por la campaña militar de represalia de Israel, además de que le solicitan que exija un alto al fuego, la liberación de los rehenes, el restablecimiento de agua, combustible, electricidad y otros servicios básicos, y que genere presión para que entre ayuda humanitaria adecuada a la Franja.
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Pero ese no ha sido la única petición pública que ha recibido. “Señor presidente, usted ha hablado íntimamente sobre el dolor y la pena insoportable que implica perder a un hijo; nos sorprendió y entristeció verlo justificar la muerte de niños palestinos como ‘el precio de librar una guerra’”, escribieron, a través de una carta publicada hace seis días, varios miembros de Biden Alumni for Peace and Justice, una coalición que apoyó al mandatario en su carrera por la Presidencia en 2020.
Si hace tres años se movilizaron para organizar millones de votos a su favor, ahora le están pidiendo que “se convierta en un líder del que podamos estar orgullosos frente a la injusticia”, teniendo en cuenta sus aspiraciones de continuar en la Casa Blanca luego de las elecciones de 2024, y que, como presidente de Estados Unidos, pida un alto al fuego, un intercambio de rehenes y una reducción de las tensiones, además de “tomar medidas concretas para abordar las condiciones de ocupación, apartheid y limpieza étnica, que están a la raíz de la horrible violencia”.
La carta dice que no se pueden condenar la violencia y las muertes de unos civiles, mientras se justifican y se permiten para otros. Menciona los más de 10.000 palestinos fallecidos en Gaza y los cerca de 1.400.000 desplazados, y agrega: “Cada día que pasa, seguiremos viendo más derramamiento de sangre, más crímenes de guerra y más muertes. Todas las personas de conciencia deben pedir en voz alta y a gritos un alto al fuego ahora. Como persona de conciencia con enorme influencia, usted tiene la responsabilidad especial de liderar este llamado”.
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Y es que ha pasado poco más de un mes desde que Hamás perpetró el ataque sorpresa en contra de Israel, que dejó 1.200 víctimas mortales y más de 200 personas secuestradas. En cuestión de semanas, su apoyo al Estado judío le ha provocado a Biden tensiones internas en su país, traducidas, por ejemplo, en las fisuras dentro de su propio partido y en marchas en las que incluso lo han llamado genocida.
Una encuesta realizada por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, muestra que, mientras que el 70 % de los demócratas aprueban de forma general su desempeño, el apoyo se reduce al 50 % frente a lo relacionado con la situación en Gaza. De hecho, según recoge la prensa local, dentro del Congreso, algunos legisladores demócratas le están pidiendo a la Casa Blanca manejar un tono más crítico en las declaraciones públicas sobre los enfrentamientos, frente al riesgo de no hacerlo y perder un respaldo importante en estados como Michigan y Pensilvania.
De hecho, un congresista demócrata moderado, citado bajo anonimato por NBC NEWS, afirmó: “Me gustaría ver una retórica pública más agresiva y más clara. A la gente de todo el país le gustaría ver eso”. Por su parte, Elizabeth Warren, senadora demócrata por Massachusetts y excandidata presidencial, dijo que está en contacto con electores “que están profundamente preocupados por el número extremo de víctimas civiles. Estados Unidos tiene la responsabilidad de ser un buen aliado, y parte de eso es recordar a nuestros amigos la importancia de respetar el derecho internacional”. A ellos los antecedió la representante Rashida Tlaib, demócrata de origen palestino, que a través de un comunicado de principios de octubre comentó: “No puedo creer que tenga que rogarle a nuestro país que valore cada vida humana, sin importar su fe o etnia. No podemos perder de vista la humanidad que hay en cada uno de nosotros”.
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El exdiplomático Lawrence Gumbiner cree que el tema de Israel ha cambiado con los años. Comenta que las críticas frente al Estado judío son más agudas en la izquierda estadounidense, especialmente por el liderazgo de Benjamín Netanyahu y por la ocupación israelí en Cisjordania, con el aumento de los asentamientos. Dice, como la mayoría, que el ataque de Hamás contra Israel fue un acto terrorista “extremadamente cruel”, y que el apoyo absoluto de Biden es una política que no se tuvo que pensar dos veces. Sin embargo, reconoce que la represalia israelí en Gaza ha despertado la oposición en varios sectores, principalmente en el Partido Demócrata, donde se está creando un conflicto.
“Biden no va a abandonar a Israel”, comenta el también analista. “Su administración está apoyando al 100 % el esfuerzo de erradicar el poder militar de Hamás, pero las protestas dentro de su propio partido sobre la muerte de tantos civiles han generado presión sobre él”.
Al respecto, Alejandro Bohórquez-Keeney, docente de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, agrega dos aspectos: la importancia histórica de Israel para Estados Unidos y la fuerte presencia de judíos en territorio estadounidense. “Desde la creación del Estado de Israel, Washington lo ha tenido como su cabeza de playa. Es decir, es su puerta de entrada a Oriente Medio y lo ha protegido como tal, a pesar de los actos que a todas luces son cuestionables. Además, uno de los lobbies más fuertes en Estados Unidos es, precisamente, el israelí”. Con una diáspora de cerca de 7,5 millones de personas, que representa el 2,3 % de la población, según un estudio difundido por el Centro de Investigaciones Pew en 2021, “es claro que quienes apoyan a Israel tienen una presencia fuerte en las instituciones y el gobierno. Es decir, la cercanía con Israel, además de histórica, tiene un peso político”.
Falta un año para las elecciones presidenciales y, como dice Bohórquez-Keeney, es difícil predecir qué va a pasar, además, teniendo en cuenta el factor Donald Trump, que, según él, genera miedo en ciertos sectores y es una de las causas por las cuales Biden llegó a la Casa Blanca. Sin embargo, Gumbiner se atreve a afirmar que, tradicionalmente, la política exterior no juega un papel importante en los comicios del país del norte, particularmente cuando no hay tropas estadounidenses involucradas. Sin embargo, en esta ocasión, “Biden tendrá que depender de una votación masiva de la base demócrata, que incluye a los jóvenes y a la izquierda, y existe el riesgo de que su respaldo a Israel baje el entusiasmo de su candidatura allí”. Mientras, falta ver qué pasará con el discurso que maneje Biden frente al conflicto en los próximos días, pues, aunque ha mostrado algunos matices, parece no resonar en su círculo político y electoral.
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