El poder de Erdogan se fractura, pero podría volver a ganar en Turquía
Ninguno de los dos candidatos logró la mayoría absoluta, por lo que habrá segunda vuelta el domingo. Sinan Ogan, el tercer candidato, obtuvo el 5,2 %, y sus partidarios de derecha tienen más probabilidades de votar por Erdogan, según analistas.
Ben Hubbard | The New York Times
El aumento de la inflación empobreció a su pueblo. Su gobierno fue acusado de negligencia en su respuesta a los catastróficos terremotos en los que murieron más de 50.000 personas hace solo tres meses. Y se enfrentaba a una oposición recientemente unificada que prometía abandonar su tendencia constante hacia el gobierno unipersonal. A pesar de todo eso, el presidente Recep Tayyip Erdogan se impuso a su principal rival en las elecciones turcas, según los resultados oficiales publicados el lunes pasado. Aunque no alcanzó la mayoría absoluta, por lo que el país celebrará una segunda vuelta el 28 de mayo, hay indicios claros de que Erdogan volverá a ganar las elecciones.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
El aumento de la inflación empobreció a su pueblo. Su gobierno fue acusado de negligencia en su respuesta a los catastróficos terremotos en los que murieron más de 50.000 personas hace solo tres meses. Y se enfrentaba a una oposición recientemente unificada que prometía abandonar su tendencia constante hacia el gobierno unipersonal. A pesar de todo eso, el presidente Recep Tayyip Erdogan se impuso a su principal rival en las elecciones turcas, según los resultados oficiales publicados el lunes pasado. Aunque no alcanzó la mayoría absoluta, por lo que el país celebrará una segunda vuelta el 28 de mayo, hay indicios claros de que Erdogan volverá a ganar las elecciones.
“Para Erdogan, este es su gran final”, dijo Mehmet Ali Kulat, un destacado encuestador turco que había previsto una victoria más contundente de la oposición.
Con casi todas las papeletas escrutadas, los resultados preliminares oficiales le daban a Erdogan el 49,5 % de los votos frente al 44,9 % de Kemal Kilicdaroglu, su principal rival y líder de la oposición. Sinan Ogan, el tercer candidato, obtuvo el 5,2 %, y sus partidarios de derecha tienen más probabilidades de votar por Erdogan en la segunda vuelta, según los analistas. Por último, el partido de Erdogan y sus aliados preservó su mayoría dominante en la votación parlamentaria, lo que quizás aumenta sus posibilidades de ser reelegido.
📝 Sugerimos: Pugna criminal estaría detrás de la masacre de 10 personas en “rally” de México
Pero el hecho de que Erdogan no haya obtenido más del 50 % de los votos —incluso después de haber utilizado muchos de los recursos del poder para inclinar a su favor la balanza de las elecciones— indica que algunos votantes se han cansado de su gestión financiera y de la consolidación del poder en sus manos.
Muchos medios de comunicación turcos son propiedad de empresarios que apoyan a Erdogan, lo que le ha garantizado un flujo constante de cobertura positiva y poca atención a las acusaciones de corrupción y los errores de la gestión. El Gobierno ha hecho que algunas organizaciones de noticias críticas tengan que cerrar, ha multado a otras por su cobertura y procesó a algunos periodistas. La organización Reporteros sin Fronteras clasifica a Turquía en el puesto 165 en cuanto a libertad de prensa, de los 180 países que califica.
La oposición no reconoció oficialmente el liderazgo de Erdogan ni impugnó las cifras, pero afirmó que trabajará para ganar la segunda vuelta. “Nos levantaremos y ganaremos juntos estas elecciones”, escribió Kilicdaroglu en Twitter. “Al final solo será lo que diga nuestra nación”.
En sus 20 años como líder político dominante de Turquía, primero como primer ministro y luego como presidente, Erdogan y su Partido de la Justicia y el Desarrollo han derrotado de manera regular a sus oponentes en las urnas. La última vez que Erdogan participó en las elecciones fue en 2018, y obtuvo el 52 % de los votos en la primera vuelta, superando al más cercano de sus tres contrincantes por 22 puntos porcentuales. Esta vez le fue peor, lo que provocó la primera segunda vuelta presidencial en la historia de Turquía.
La participación electoral en todo el país fue de casi el 89 %, lo que subraya la gran fe de los turcos en las elecciones. Pero Erdogan enfrentó una considerable resistencia antes de la votación.
Desde 2018, Turquía ha estado luchando con una moneda que se hunde y una dolorosa inflación que superó el 80 % anual el año pasado y en abril se situó en el 44 %.
Los oponentes se unieron en una coalición sin precedentes de seis partidos que respaldaron a Kilicdaroglu. A lo largo de la campaña, la oposición cortejó a los votantes prometiendo arreglar la economía, restablecer las libertades civiles y construir una sociedad más integradora, en marcado contraste con la retórica polarizante de Erdogan. Pero no fue suficiente.
📌Le puede interesar: Ucrania obtiene nueva ayuda militar y apoyo diplomático en el G7
Los analistas describieron los resultados como el último ejemplo de las formidables habilidades de supervivencia de Erdogan. Kulat dijo que los terremotos del 6 de febrero ayudaron a Erdogan de forma inesperada. La vasta destrucción no solo dejó a un gran número de personas sin hogar, sino que presionó a las comunidades cercanas a la zona afectada al aumentar los precios de los alquileres. Esto elevó el atractivo de las promesas electorales de Erdogan de construir nuevas viviendas en la zona afectada por el terremoto en el plazo de un año. “Los ciudadanos dijeron: ‘Si alguien puede construirme una casa, es Erdogan’”, dijo Kulat.
Pero el mandatario también utilizó su poder para inclinar la campaña a su favor. Y como presidente en funciones en un sistema con pocos controles del poder presidencial, utilizó de manera eficaz al Estado como parte de su campaña al repartir nuevos beneficios para los votantes usando los recursos de las arcas nacionales. Hizo campaña tachando a sus oponentes de incompetentes, diciendo que los apoya una conspiración occidental y que eran cómplices de terroristas. También buscó oportunidades para vincularse en la mente de los votantes con imágenes del creciente poderío e independencia turcos, aparcando un buque de guerra en el centro de Estambul para que lo visitaran las familias y convirtiéndose en el primer propietario de un coche eléctrico fabricado en Turquía.
Tanto él como sus ministros lo presentan como el defensor de los turcos religiosos, avivando sus temores al decirles que la oposición pretendía arrebatarles sus nuevas libertades y ampliar los derechos de las personas homosexuales. Aunque Turquía es una sociedad predominantemente musulmana, se fundó como un Estado firmemente laico que mantenía fuera de la vida pública a la mayoría de los signos externos de la religión. Erdogan flexibilizó algunas de esas normas, incluida la prohibición de que las mujeres que ocupan cargos públicos usen pañuelo en la cabeza.
Parece que estos temas han convencido a un número suficiente de votantes como para que Erdogan lidere la contienda. “La identificación política es muy ‘pegajosa’ y no se deshace fácilmente debido a nueva información o experiencia”, escribió en un correo electrónico Howard Eissenstat, profesor asociado de Historia en la Universidad de St. Lawrence. “El énfasis de Erdogan en el nacionalismo, el terrorismo y los nefastos complots occidentales no es algo menor para muchos votantes: es el núcleo de su visión del mundo”.
En contraste con lo que Erdogan podía ofrecer a los votantes, la oposición solo podía plantear promesas. Para conseguir su apoyo, Kilicdaroglu reunió a seis partidos que incluían a nacionalistas de derecha, laicos acérrimos e islamistas, lo que es visto como una hazaña. Pero muchos votantes se preguntaron cómo una coalición tan amplia podría mantenerse unida, y mucho menos dirigir el país.
“A pesar de la frustración por la economía y los efectos de los terremotos, mucha gente no creía que una coalición de la oposición —especialmente una con divisiones ideológicas internas y luchas personales por el poder— pudiera gobernar con eficacia”, dijo Lisel Hintz, profesora adjunta de Relaciones Internacionales en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.
📰 También recomendamos: Grecia: partido de derecha de primer ministro se impone en las elecciones
Según Hintz, el hecho de que Kilicdaroglu pertenezca a una minoría religiosa probablemente también haya desanimado a algunos votantes. Es aleví, miembro de una secta musulmana heterodoxa que es mal vista por algunos miembros de la mayoría musulmana suní de Turquía. “Es probable que algunos suníes no quieran votar por un aleví”, dijo Hintz.
Aunque ningún votante entrevistado en las últimas semanas expresó esos sentimientos, muchos señalaron su preocupación por otro grupo minoritario, criticando a la oposición por trabajar con el principal partido a favor de los kurdos de Turquía y comparando esa decisión con hacer una alianza con terroristas.
Turquía ha librado una larga y mortal batalla contra los militantes kurdos, que son considerados terroristas por el Gobierno turco, Estados Unidos y la Unión Europea. Además, las autoridades turcas suelen acusar a los políticos kurdos de cooperar con los militantes, y muchos de ellos han sido encarcelados, procesados o destituidos por esas acusaciones.
Erdogan ha jugado con el temor sobre esos vínculos, y muchos votantes consideran que la oposición simpatiza con esa militancia.
“Me preocupa que gane el otro bando y que eso sea malo para el país”, dijo Melike Kurt, recién licenciada, tras votar a Erdogan el domingo. En concreto, mencionó su preocupación porque se pusiera en libertad a personas encarceladas por cargos relacionados con el terrorismo.
Como mujer devota que usa un pañuelo en la cabeza, también elogió a Erdogan por defender que las mujeres como ella pudieran vestir como quisieran, y le preocupaba que un gobierno de la oposición anulara esos derechos en nombre del laicismo estatal.
“No puedo imaginarme en qué situación estaríamos si perdiéramos”, dijo Kurt, de 24 años. “Creo que nuestras libertades se verían limitadas si ganan, en lo que respecta a los pañuelos en la cabeza y otros temas”.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.