El talibán borra a las mujeres afganas de la vida pública
Este 21 de diciembre, guardias armados impidieron el ingreso de cientos de mujeres a los campus universitarios. Todo tras la orden que dio el Ministerio de Educación Superior de suspender la educación femenina hasta nuevo aviso.
Desde que regresaron al poder en Afganistán hace 16 meses, los talibanes han vuelto lentamente a su postura intransigente sobre la educación y las libertades de las mujeres. Según explican, las reglas impuestas siguen la línea de la interpretación del Islam. Sin embargo, Afganistán es el único país musulmán que prohíbe la educación de las niñas.
Este 21 de diciembre, guardias armados impidieron a cientos de mujeres el ingreso a los campus universitarios. La medida se produce al día siguiente de un comunicado del ministro de educación superior, en el que anuncia una orden de “suspensión de la educación de las mujeres hasta nuevo aviso”.
En agosto de 2021, cuando los talibanes recuperaron el poder en Kabul, tras 20 años de guerra y tumbando el gobierno de Ashraf Ghani, el talibán prometió un régimen más flexible que el que se vio cuando tomó el poder por primera vez, de 1996 a 2001, y aseguró que respetaría los derechos de las mujeres.
Para septiembre del mismo año, anunciaron que podían asistir a universidades con ciertas condiciones, entre ellas que el ingreso a aulas fuera separado por sexo y que solo podrían recibir clases de profesoras u hombres mayores. Además, se decretó el uso obligatorio del hiyab como parte de su vestimenta.
Para marzo de este año, las escuelas que debían reabrir sus puertas en marzo, no permitieron el ingreso de niñas tras la decisión de los talibanes que anulaba esta directiva.Fondos insuficientes y reformas al programa educativo eran los argumentos para impedir que miles de adolescentes retomaran sus clases.Por ende, fueron obligadas a permanecer en casa.
En mayo, el jefe supremo de los talibanes, ordena a las mujeres que se cubran por completo en público, incluyendo el rostro, además dice que deben quedarse la mayor parte del tiempo en casa. También se les prohíbe que viajen en las ciudades sin la compañía de un hombre.
En agosto, miles de manifestantes salen a las calles de Kabul, bajo el coro de “pan, trabajo y libertad” se plantan en el Ministerio de Educación, allí son golpeados por combatientes talibanes, quienes también arrestan a los periodistas que cubren las protestas.
Al finalizar el año, también se prohibió su ingreso a parques, gimnasios, ferias y baños públicos. Además, volvieron a llevarse a cabo ejecuciones públicas y flagelaciones, más de mil personas asistieron a la flagelación de 27 afganos y afganas en Charikar, la provincia central de Parwan, algunas de estas mujeres fueron acusadas por delitos como sodomía, adulterio, falsificación y libertinaje.
El ministro de Enseñanza Superior, Neda Mohammad Nadeem, anunció el veto de las mujeres en las universidades, por lo que guardias armados impidieron desde el miércoles a cientos de mujeres el ingreso a los campus universitarios de Afganistán a los que, en un principio, se había prometido que podrían entrar.
La mayoría de adolescentes del país ya habían sido expulsadas de la educación superior, lo que claramente limitaba su acceso a la universidad.
Pese a haber prometido un régimen más tolerante con las mujeres en agosto de 2021, los islamistas fundamentalistas vuelven a ejecutar fuertes restricciones contra ellas.
Gran parte de las universidades públicas y privadas permanecen cerradas algunas semanas durante el invierno, pero sus campus suelen seguir abiertos para alumnos y demás personal.
Desde que regresaron al poder en Afganistán hace 16 meses, los talibanes han vuelto lentamente a su postura intransigente sobre la educación y las libertades de las mujeres. Según explican, las reglas impuestas siguen la línea de la interpretación del Islam. Sin embargo, Afganistán es el único país musulmán que prohíbe la educación de las niñas.
Este 21 de diciembre, guardias armados impidieron a cientos de mujeres el ingreso a los campus universitarios. La medida se produce al día siguiente de un comunicado del ministro de educación superior, en el que anuncia una orden de “suspensión de la educación de las mujeres hasta nuevo aviso”.
En agosto de 2021, cuando los talibanes recuperaron el poder en Kabul, tras 20 años de guerra y tumbando el gobierno de Ashraf Ghani, el talibán prometió un régimen más flexible que el que se vio cuando tomó el poder por primera vez, de 1996 a 2001, y aseguró que respetaría los derechos de las mujeres.
Para septiembre del mismo año, anunciaron que podían asistir a universidades con ciertas condiciones, entre ellas que el ingreso a aulas fuera separado por sexo y que solo podrían recibir clases de profesoras u hombres mayores. Además, se decretó el uso obligatorio del hiyab como parte de su vestimenta.
Para marzo de este año, las escuelas que debían reabrir sus puertas en marzo, no permitieron el ingreso de niñas tras la decisión de los talibanes que anulaba esta directiva.Fondos insuficientes y reformas al programa educativo eran los argumentos para impedir que miles de adolescentes retomaran sus clases.Por ende, fueron obligadas a permanecer en casa.
En mayo, el jefe supremo de los talibanes, ordena a las mujeres que se cubran por completo en público, incluyendo el rostro, además dice que deben quedarse la mayor parte del tiempo en casa. También se les prohíbe que viajen en las ciudades sin la compañía de un hombre.
En agosto, miles de manifestantes salen a las calles de Kabul, bajo el coro de “pan, trabajo y libertad” se plantan en el Ministerio de Educación, allí son golpeados por combatientes talibanes, quienes también arrestan a los periodistas que cubren las protestas.
Al finalizar el año, también se prohibió su ingreso a parques, gimnasios, ferias y baños públicos. Además, volvieron a llevarse a cabo ejecuciones públicas y flagelaciones, más de mil personas asistieron a la flagelación de 27 afganos y afganas en Charikar, la provincia central de Parwan, algunas de estas mujeres fueron acusadas por delitos como sodomía, adulterio, falsificación y libertinaje.
El ministro de Enseñanza Superior, Neda Mohammad Nadeem, anunció el veto de las mujeres en las universidades, por lo que guardias armados impidieron desde el miércoles a cientos de mujeres el ingreso a los campus universitarios de Afganistán a los que, en un principio, se había prometido que podrían entrar.
La mayoría de adolescentes del país ya habían sido expulsadas de la educación superior, lo que claramente limitaba su acceso a la universidad.
Pese a haber prometido un régimen más tolerante con las mujeres en agosto de 2021, los islamistas fundamentalistas vuelven a ejecutar fuertes restricciones contra ellas.
Gran parte de las universidades públicas y privadas permanecen cerradas algunas semanas durante el invierno, pero sus campus suelen seguir abiertos para alumnos y demás personal.