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Embajador de EE.UU.:"Estaremos con Colombia en tiempos de paz”

Kevin Whitaker explica que el plan Paz Colombia busca asegurar que el posacuerdo sea todo un éxito.

Angélica Lagos Camargo
15 de mayo de 2016 - 02:06 a. m.
Kevin Whitaker llegó a la Embajada de Bogotá el  28 de abril de 2014. / Cristian Garavito - El Espectador
Kevin Whitaker llegó a la Embajada de Bogotá el 28 de abril de 2014. / Cristian Garavito - El Espectador
Foto: CRISTIAN GARAVITO
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Kevin Whitaker llegó al país hace dos años, en momentos en que el proceso de paz con las Farc avanzaba con la discusión de importantes puntos de la agenda. Hoy, con el final de los diálogos cada vez más cerca y el anuncio de conversaciones con el Eln, el embajador ratifica el apoyo del gobierno de Estados Unidos a Colombia; explica el plan Paz Colombia, anunciado en febrero durante la visita de Juan Manuel Santos a Washington, que se concentra en el posconflicto, y reconoce que en años electorales es más difícil la aprobación de este tipo de proyectos en el Congreso, aunque confiesa que está muy optimista.

¿Cómo ve el gobierno de Estados Unidos las constantes visitas a Washington del expresidente Álvaro Uribe para hacer “lobby” en contra del proceso de paz con las Farc?

El expresidente Álvaro Uribe es una persona que tiene muchos amigos en Estados Unidos y hay mucha gente que lo respeta. Sus visitas son muy apreciadas. Para nosotros es muy importante hablar con todos los sectores de la sociedad colombiana.

¿Puede esa voz convertirse en un obstáculo para la ayuda estadounidense al proceso?

Yo creo que no, lo importante es mantener abiertos todos los canales de comunicación y asegurarnos de que tenemos toda la información. No veo nada malo.

Les han concedido asilo en EE.UU. a líderes del uribismo que salieron de Colombia por procesos penales. ¿Su país en realidad cree que en Colombia hay una persecución contra el Centro Democrático?

Por razones legales no puedo hablar de un caso específico. Lo importante es que hay procesos judiciales abiertos y eso caracteriza el sistema judicial colombiano. Todas las personas tienen la oportunidad de defenderse.

¿Pero cree que hay persecución?

Hay procesos legales que se están adelantando en donde los acusados tienen la oportunidad de defenderse.

Las Farc siguen presionando por la llegada de “Simón Trinidad” a la mesa diálogos en Cuba. ¿Ya hay alguna petición formal del Gobierno colombiano para que se le permita regresar al país a terminar de cumplir su pena acá?

No hay petición.

¿Pero es una fórmula viable?

Pues si no hay petición, no vale la pena hablar de eso.

Dado el caso, ¿Estados Unidos estaría dispuesto a renunciar a las solicitudes de extradición de los comandantes guerrilleros como una colaboración con la paz?

Nunca vamos a ceder en esto: si una persona viola le ley en Estados Unidos y se dicta un indictment (acusación) en su contra y tenemos datos de que se encuentra en un país extranjero, vamos a buscar a esa persona. La decisión de extraditar o no es soberana de cada estado.

¿Qué visión tiene su país de lo que debe ser la justicia transicional, un tema de ardua discusión en Colombia y en el que los opositores al proceso de paz hablan de que lo que va a haber es impunidad?

Es un punto importante. Obvio que la necesidad de alguna justicia para los que han cometido violaciones graves de derechos humanos es bien clara. Colombia tiene una responsabilidad muy grande, porque es el primer país del mundo que enfrenta el fin de un conflicto después del Tratado de Roma y esto abre incógnitas para todos. Ahora bien, nosotros no tenemos que juzgar esto. Los que van a tener la última palabra son los colombianos.

¿Les preocupa a los Estados Unidos la extrema polarización política que vive el país?

Yo soy norteamericano y no puedo hablar de este tema. Lo que sí puedo decir es que este tipo de debates son normales y convenientes en cualquier sociedad. A veces no pareciera muy oportuno, pero lo más importante es que existe la posibilidad de que todos los elementos se expresen.

¿Cómo ven en su país la apertura de una negociación con el Eln?

Todo el mundo me dice que ellos son difíciles como negociadores y añado: en el caso de la negociación con las Farc, el Gobierno colombiano nos pidió una compañía a través de nuestro enviado Bernard Aronson, y si en este caso el Gobierno decide que eso sea conveniente, estamos abiertos.

En febrero se reunieron Obama y Santos para “celebrar” el aniversario 15 del Plan Colombia. Entonces se anunció el plan Paz Colombia para el posconflicto, ¿cómo se ha avanzado en eso?

En nuestro sistema, el Ejecutivo propone y el Legislativo dispone. Estamos en las discusiones con el Congreso para el año fiscal 2017, cuando se aplicaría el Paz Colombia. Estamos convenciendo a los senadores del valor del Plan, de los beneficios de ayudar a Colombia a asegurarse de que el posacuerdo sea todo un éxito. A mi juicio, el Plan está muy bien hecho, es estratégico, riguroso y plenamente puesto en la visión del país. No se trata solamente de la parte de seguridad, es salud, es educación, es infraestructura, es cómo tratar con los desmovilizados.

A propósito de eso, la seguridad de los desmovilizados es uno de los retos más críticos del posconflicto. Después de la visita de John Kerry a La Habana en marzo, Humberto de la Calle anunció que Estados Unidos prestará ayuda para garantizar la seguridad de los guerrilleros que dejen las armas. ¿Eso qué significa? ¿Cómo va a ser esa ayuda en la práctica?

Primero, según lo que leo en los periódicos, los señores de las Farc están preocupados por una amenaza que supuestamente viene de las bacrim. Parte de la respuesta debe ser una actuación conjunta de las dos naciones en contra de esas bacrim. Segundo, es importante el seguimiento judicial y estamos trabajando en eso. Tercero, respetando cualquier declaración que ha hecho el Gobierno, creo que ha habido una mala interpretación de la reunión que tuvo el secretario de Estado Kerry con las Farc. Ellos salieron con una cantidad de declaraciones. Decir que aceptamos su visión del problema de seguridad y aceptamos ser parte de la respuesta, no es correcto.

¿En año electoral es probable que Paz Colombia no pase en el Congreso?

Uno espera que pase. Es cierto que los años electorales son más complicados. Entiendo que se está hablando con el staff del Congreso, es nuestra responsabilidad convencerlos de lo bueno del plan.

¿Hay una fecha?

A lo mejor esto va aparte de la discusión del presupuesto, porque es bien complicado, pero a lo mejor se aprobaría antes de septiembre, antes de que termine el año fiscal 2016. Están haciendo preguntas, lo están contemplando, eso indica que están interesados. Veo una actitud muy positiva del Congreso hacia Colombia, pero no sé lo que va a pasar.

El Plan Colombia tenía un enfoque represivo y penalizador contra las drogas, sin embargo, no acabó con los cultivos ilícitos. Ahora que Estados Unidos y Colombia han flexibilizado sus posiciones en esta materia y buscan nuevas formas de enfrentar el problema de las drogas, ¿qué enfoque tendría Paz Colombia para abordar el problema de las drogas?

En el plan que formulamos estamos muy interesados en unir esfuerzos en contra del crimen organizado. Entonces hay varios elementos: uno es que obvio hay que seguir con erradicación, que puede incluir elementos como desarrollo alternativo. Para que eso sea exitoso se necesitan algunos elementos: seguridad, infraestructura, mercados, también tiempo. Estuvimos con Colombia en tiempos de guerra, estaremos en tiempos de paz.

¿Qué lectura le merecen los resultados de Ungass y las posiciones asumidas por Colombia y México, ejemplos del fracaso de la lucha contra las drogas?

Hubo consenso. El Gobierno estadounidense no habla de guerra contra las drogas desde hace veinte años. Teniendo en cuenta esto, no se debe bajar la guardia en lo que es el crimen organizado, un punto que trató el presidente Santos.

Los informes hablan del incremento de los cultivos ilícitos en Colombia y el procurador Alejandro Ordóñez ha dicho incluso que Colombia está nadando en coca. ¿Cree que eso es producto de la suspensión de las fumigaciones con glifosato?

Es un elemento, pero no el principal. Desde hace un buen rato, por la eficiencia de la fumigación, la coca andaba yéndose a zonas donde no se podía fumigar: la frontera con Ecuador, los parques nacionales, las reservas indígenas. Hay unos lugares en las que por razones de seguridad o geografía o clima no se puede utilizar este método y la cantidad de coca en estas zonas es muy alta, este es el factor principal. Segundo, no hay duda de que los elementos del crimen organizado, incluso las Farc, que han estado involucradas en el tema de la coca, hacen que haya más gente sembrando.

¿Sospechaba EE.UU. que las Farc tenían una fortuna escondida? ¿Ya están tras la pista de esos recursos?

Las Farc han estado involucradas en el negocio de la cocaína por más de una o dos décadas. Ese negocio deja muchas ganancias y la lógica indicaría que sí han ganado mucha plata. En estos casos es importante no especular, lo importante son las pruebas, las evidencias, etc. He hablado con el presidente Juan Manuel Santos acerca de la conveniencia de crear una fuerza de tareas en lavado de dinero para asegurarnos de que todos los que son victimarios y tienen recursos puedan reparar a sus víctimas. Esa es una parte del acuerdo y de la justicia.

¿Qué opina de la decisión del Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) que autorizó el uso manual del glifosato para erradicar cultivos de coca?

Decisión soberana.

EE.UU. fue crítico de las operaciones manuales, encontraba muchos puntos negativos. ¿Colaborará con Colombia en este aspecto?

Después de los cambios en la estrategia en contra de la hoja de coca en Colombia, hemos estado trabajando con la Policía y otros elementos del Gobierno para ayudar en la formulación de una nueva estrategia. La erradicación manual debe ser una parte de eso, en lo de usar glifosato o no, decisión de Colombia.

La Lista Clinton sigue creciendo (acaban de incluir al grupo de La Riviera) pero eso no parece tener los efectos de antes. ¿Está perdiendo importancia esa lista, que antes significaba la muerte empresarial?

No estoy de acuerdo con eso, porque tiene un impacto muy fuerte. Todos los que han estado citados en esta lista han enfrentado serios problemas. Pero hablemos del caso de Waked Money Laundering Organization (la organización de lavado de dinero Waked), un negocio billonario y con unos efectos en Panamá muy fuertes y eso va a tener unos impactos bien serios.

¿Vio los Papeles de Panamá? ¿Qué impresión le deja ese escándalo? ¿Por qué no hay ningún estadounidense en la lista?

Yo no sé por qué no nos ha tocado a nosotros. Pero en el seguimiento sobre lo que se está haciendo es mejor no hacer comentarios. Esto implica referirse a la aplicación de la ley y no puedo hablar de procesos en curso.

¿Cómo cree que va a influir el resultado electoral en EE.UU. en las relaciones con Colombia?

No sé. Hay un consenso bipartidista a favor de Colombia.

Por Angélica Lagos Camargo

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