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                                                                                                                                En Siria, los estafadores se aprovechan de los desesperados familiares de presos

                                                                                                                                Tras la guerra, por la que decenas de miles de personas están desaparecidas y las detenciones arbitrarias y las muertes por tortura son frecuentes, los intermediarios se lucran con las búsquedas de familiares.

                                                                                                                                Un grupo de presos sirios realizan una protesta y una huelga de hambre en la prisión central de Adra, a 15 kilómetros de Damasco.
                                                                                                                                Foto: AFP - Agencia AFP
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “Me mintieron”, reconoce esta mujer sexagenaria que vive en el centro de Siria. “Si te ahogas te agarrarías a una ramita para salvarte”, dice, como para disculpar su ingenuidad.

                                                                                                                                En una Siria en guerra donde decenas de miles de personas están desaparecidas y las detenciones arbitrarias y las muertes por tortura son frecuentes, los intermediarios se lucran con las búsquedas de familiares.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Le recomendamos: La receta del sirio Almotaz Khedrou en Colombia 

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                                                                                                                                La AFP habló con ocho familias que cayeron en las redes de estos intermediarios. Se expresan bajo seudónimos por miedo a represalias.

                                                                                                                                “Siempre que alguien me hablaba de un intermediario, iba a verlo. Hoy estoy arruinada”, lamenta Um Said, cuyos dos hijos fueron detenidos en 2012, durante una redada de las fuerzas del régimen en su barrio.

                                                                                                                                Uno de los interlocutores, un abogado, cobró más de USD $3.000 (2.500 euros) y no le dio ninguna información. Otro, al que pagó un teléfono móvil, le dio supuestos permisos para derecho de visita en la prisión de Saydnaya. Una estafa.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Vendí los muebles de la casa y el oro de mis hijas. No me queda nada. Decidí ponerme en manos de Dios”, lamenta.

                                                                                                                                Según Diana Semaan, una investigadora de Amnistía Internacional, es un fenómeno de “mercado negro”. “Las familias que buscan desesperadamente información terminan pagando cantidades enormes, a veces incluso los ahorros de toda una vida, a intermediarios cercanos al gobierno sirio”, declara.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “1 % de esperanza”

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La prisión de Saydnaya, cerca de Damasco, es la peor. Amnistía Internacional la tacha de “matadero”. La última vez que Um Yehia vio a su hijo fue en una visita seis meses después de su arresto, en 2012, en Idlib (noroeste).

                                                                                                                                “Pesaba apenas 50 kilos, contra los 110 kilos de antes”, recuerda la madre.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Hace dos años les hablaron de un abogado prodigio que “libera a los prisioneros” a cambio de USD $ 10.000 (8.400 euros). El padre de Yehia se negó, a pesar de las súplicas de su esposa.

                                                                                                                                “Si otras 100 personas me contactaran, aunque solo hubiera un 1 % de esperanza, lo intentaría”, asegura.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le puede interesar: EE le explica: ¿por qué la miel se convirtió en el nuevo pasaporte en Yemen?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La asociación ha realizado al menos 675 entrevistas con expresos y familiares de desaparecidos que han pagado sobornos para obtener información, un derecho de visita o por una liberación. Solo en estos casos, el monto total supera los USD $ 2,7 millones (2,2 millones de euros).

                                                                                                                                Según una estimación calculada por ADMSP, el régimen y sus redes especializadas podrían haber cobrado casi USD $ 900 millones (750 millones de euros) en una década.

                                                                                                                                Evitar la muerte

                                                                                                                                Tres familias contactadas por la AFP reconocieron haber pagado sobornos, para acelerar un juicio y obtener una liberación, o incluso un simple traslado de cárcel.

                                                                                                                                Durante dos años, la familia de Nizar persiguió un único objetivo: trasladarlo de Saydnaya a otra prisión después de que fuera detenido en 2018 en el sur.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Uno de los intermediarios contactados fue un diputado que pedía USD $ 40.000 (33.500 euros) para aligerar la sentencia y cambiar el lugar de detención. La familia acabó optando por un abogado que prometió lo mismo, pero aceptó que le pagaran después de conseguirlo.

                                                                                                                                “Lo único que queríamos era que lo trasladaran lo más rápido posible, para evitar que muriera bajo tortura o por enfermedad”, asegura Tamer.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Vea también: Bashar al-Asad, frío y sin remordimientos, reelegido en Siria

                                                                                                                                Un grupo de presos sirios realizan una protesta y una huelga de hambre en la prisión central de Adra, a 15 kilómetros de Damasco.
                                                                                                                                Foto: AFP - Agencia AFP
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “Me mintieron”, reconoce esta mujer sexagenaria que vive en el centro de Siria. “Si te ahogas te agarrarías a una ramita para salvarte”, dice, como para disculpar su ingenuidad.

                                                                                                                                En una Siria en guerra donde decenas de miles de personas están desaparecidas y las detenciones arbitrarias y las muertes por tortura son frecuentes, los intermediarios se lucran con las búsquedas de familiares.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Le recomendamos: La receta del sirio Almotaz Khedrou en Colombia 

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                                                                                                                                La AFP habló con ocho familias que cayeron en las redes de estos intermediarios. Se expresan bajo seudónimos por miedo a represalias.

                                                                                                                                “Siempre que alguien me hablaba de un intermediario, iba a verlo. Hoy estoy arruinada”, lamenta Um Said, cuyos dos hijos fueron detenidos en 2012, durante una redada de las fuerzas del régimen en su barrio.

                                                                                                                                Uno de los interlocutores, un abogado, cobró más de USD $3.000 (2.500 euros) y no le dio ninguna información. Otro, al que pagó un teléfono móvil, le dio supuestos permisos para derecho de visita en la prisión de Saydnaya. Una estafa.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Según Diana Semaan, una investigadora de Amnistía Internacional, es un fenómeno de “mercado negro”. “Las familias que buscan desesperadamente información terminan pagando cantidades enormes, a veces incluso los ahorros de toda una vida, a intermediarios cercanos al gobierno sirio”, declara.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “1 % de esperanza”

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La prisión de Saydnaya, cerca de Damasco, es la peor. Amnistía Internacional la tacha de “matadero”. La última vez que Um Yehia vio a su hijo fue en una visita seis meses después de su arresto, en 2012, en Idlib (noroeste).

                                                                                                                                “Pesaba apenas 50 kilos, contra los 110 kilos de antes”, recuerda la madre.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Hace dos años les hablaron de un abogado prodigio que “libera a los prisioneros” a cambio de USD $ 10.000 (8.400 euros). El padre de Yehia se negó, a pesar de las súplicas de su esposa.

                                                                                                                                “Si otras 100 personas me contactaran, aunque solo hubiera un 1 % de esperanza, lo intentaría”, asegura.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le puede interesar: EE le explica: ¿por qué la miel se convirtió en el nuevo pasaporte en Yemen?

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Según una estimación calculada por ADMSP, el régimen y sus redes especializadas podrían haber cobrado casi USD $ 900 millones (750 millones de euros) en una década.

                                                                                                                                Evitar la muerte

                                                                                                                                Tres familias contactadas por la AFP reconocieron haber pagado sobornos, para acelerar un juicio y obtener una liberación, o incluso un simple traslado de cárcel.

                                                                                                                                Durante dos años, la familia de Nizar persiguió un único objetivo: trasladarlo de Saydnaya a otra prisión después de que fuera detenido en 2018 en el sur.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Uno de los intermediarios contactados fue un diputado que pedía USD $ 40.000 (33.500 euros) para aligerar la sentencia y cambiar el lugar de detención. La familia acabó optando por un abogado que prometió lo mismo, pero aceptó que le pagaran después de conseguirlo.

                                                                                                                                “Lo único que queríamos era que lo trasladaran lo más rápido posible, para evitar que muriera bajo tortura o por enfermedad”, asegura Tamer.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Vea también: Bashar al-Asad, frío y sin remordimientos, reelegido en Siria

                                                                                                                                Temas recomendados:

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