En su visita a China, Michelle Bachelet no pudo conversar con los uigures
La visita a China de la alta comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas fue fuertemente criticada por algunas organizaciones sociales, pues desde allí se ha hablado de posibles violaciones a los derechos humanos contra la minoría uigur. En declaraciones recientes, Bachelet reconoció que en su recorrido por la región de Xinjiang estuvo siempre acompañada por funcionarios oficiales.
Michelle Bachelet, la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, dijo que en su viaje a China no pudo hablar con ningún uigur detenido, así como con ningún familiar, pues en su visita a la región de Xinjiang estuvo siempre acompañada por funcionarios del gobierno. Así lo hizo saber la representante ante las Naciones Unidas en una sesión del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, donde habló sobre las limitaciones en su visita a dicha región china, en la cual se han gestado acusaciones de genocidio y crímenes de lesa humanidad contra los uigures y otras minorías musulmanas.
En un comunicado emitido el miércoles, Bachelet aseguró que pudo reunirse con miembros de organizaciones de la sociedad civil sin supervisión del gobierno, pero que en Xinjiang estuvo “acompañada por funcionarios oficiales durante toda la visita”. Ese mismo día ahondó en las “limitaciones” de su viaje, diciendo que, “como sería el caso de cualquier visita de alto nivel, que por definición no es una misión de investigación, hubo limitaciones, especialmente dadas las restricciones imperantes por el COVID-19”.
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En sus declaraciones, la funcionaria chilena comentó que visitó la prisión de Kashgar, aunque no pudo reunirse con ningún uigur actualmente detenido. Sin embargo, “anticipándome a esto, me encontré con algunos exdetenidos que ahora están fuera del país, así como con familias que perdieron el contacto con sus seres queridos antes de mi visita”, agregó.
Por su viaje al gigante asiático, Bachelet fue criticada por grupos de derechos humanos, algunos gobiernos occidentales y activistas uigures por no condenar los abusos del gobierno chino en Xinjiang, así como por usar la terminología favorecida por el gobierno en su conferencia de prensa, haciendo referencia, por ejemplo, al término “centro de formación y educación vocacional”. Esto, dado que ese es el nombre que da el gobierno a una red de instalaciones en las que se estima que un millón de uigures han sido detenidos y, supuestamente, sujetos a abusos contra los derechos humanos.
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Michelle Bachelet, la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, dijo que en su viaje a China no pudo hablar con ningún uigur detenido, así como con ningún familiar, pues en su visita a la región de Xinjiang estuvo siempre acompañada por funcionarios del gobierno. Así lo hizo saber la representante ante las Naciones Unidas en una sesión del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, donde habló sobre las limitaciones en su visita a dicha región china, en la cual se han gestado acusaciones de genocidio y crímenes de lesa humanidad contra los uigures y otras minorías musulmanas.
En un comunicado emitido el miércoles, Bachelet aseguró que pudo reunirse con miembros de organizaciones de la sociedad civil sin supervisión del gobierno, pero que en Xinjiang estuvo “acompañada por funcionarios oficiales durante toda la visita”. Ese mismo día ahondó en las “limitaciones” de su viaje, diciendo que, “como sería el caso de cualquier visita de alto nivel, que por definición no es una misión de investigación, hubo limitaciones, especialmente dadas las restricciones imperantes por el COVID-19”.
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En sus declaraciones, la funcionaria chilena comentó que visitó la prisión de Kashgar, aunque no pudo reunirse con ningún uigur actualmente detenido. Sin embargo, “anticipándome a esto, me encontré con algunos exdetenidos que ahora están fuera del país, así como con familias que perdieron el contacto con sus seres queridos antes de mi visita”, agregó.
Por su viaje al gigante asiático, Bachelet fue criticada por grupos de derechos humanos, algunos gobiernos occidentales y activistas uigures por no condenar los abusos del gobierno chino en Xinjiang, así como por usar la terminología favorecida por el gobierno en su conferencia de prensa, haciendo referencia, por ejemplo, al término “centro de formación y educación vocacional”. Esto, dado que ese es el nombre que da el gobierno a una red de instalaciones en las que se estima que un millón de uigures han sido detenidos y, supuestamente, sujetos a abusos contra los derechos humanos.
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