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El papa Francisco instó a los religiosos y religiosas de Sudán del Sur a “ensuciarse las manos” con el pueblo que sufre. “Las aguas del gran río, en efecto, recogen el llanto desgarrado de vuestra comunidad, el grito de dolor por tantas vidas destrozadas, el drama de un pueblo que huye, la aflicción del corazón de las mujeres y el miedo impreso en los ojos de los niños”, exclamó Francisco en el encuentro que mantuvo con ellos en la catedral de Santa Teresa de la capital de Sudán del Sur, Yuba.
El pontífice pidió a los obispos y demás religiosos y religiosas de este país, nacido en 2011 tras su independencia de Sudán y en el que se intenta implementar un acuerdo de paz después de años de guerras que han llevado a esta nación a ser uno de los países más pobres del mundo, que tengan en cuenta “las lágrimas de un pueblo inmerso en el sufrimiento y en el dolor, martirizado por la violencia”.
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El papa pidió también que no piensen que “se pueden dar respuestas a los sufrimientos y a las necesidades del pueblo con instrumentos humanos, como el dinero, la astucia, el poder”, sino que se requiere “docilidad”.
“Ante el Buen Pastor, comprendemos que no somos los jefes de una tribu, sino pastores compasivos y misericordiosos; que no somos los dueños del pueblo, sino siervos que se inclinan a lavar los pies de los hermanos y las hermanas; que no somos una organización mundana que administra bienes terrenos, sino la comunidad de los hijos de Dios”, recordó Francisco.
Por ello, en una de las naciones más pobres del mundo, donde cerca del 75 por ciento de su población vive de ayuda humanitaria, el papa aseguró que su primer deber no es ser una Iglesia “perfectamente organizada”, sino una Iglesia que, en nombre de Cristo, “está en medio de la vida dolorosa del pueblo y se ensucia las manos por la gente”.
“Nunca debemos ejercitar el ministerio persiguiendo el prestigio religioso y social, sino caminando en medio y juntos, aprendiendo a escuchar y a dialogar, colaborando entre nosotros ministros y con los laicos”, dijo.
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También instó a “interceder en favor de nuestro pueblo, también nosotros estamos llamados a alzar la voz contra la injusticia y la prevaricación, que aplastan a la gente y utilizan la violencia para sacar adelante sus negocios a la sombra de los conflictos”.
Señaló la labor de la Iglesia en este país, donde existe una importante labor de los misioneros, “por lo que hacen en medio de tantas pruebas y fatigas”. “Gracias, en nombre de toda la Iglesia, por su entrega, su valentía, sus sacrificios y su paciencia”.
Durante el viaje del papa se produjo un ataque de represalia perpetrado por rebeldes del Frente de Salvación Nacional (NAS, por sus siglas en inglés) que ha dejado al menos 27 muertos y dos heridos en el condado de Kajo-keji (Ecuatoria Central, Sudán del Sur), informaron el viernes medios locales.
El atentado tuvo como objetivo a supuestos ganaderos del condado de Bor que habían asesinado a 21 lugareños para vengar a su vez a seis correligionarios abatidos por miembros del NAS, afirmó el comisionado de la región, Phanuel Dumo Jame Lokajasuk
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