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Las cifras de muertos que deja a día de hoy el nuevo coronavirus en la mayoría de países europeos son mucho mayores a las de Alemania. El presidente alemán Frank-Walter Steinmeier , quien es consciente del hecho, aseguró este sábado que la pandemia de COVID-19 no es una guerra y abogó tomar una posición que defienda la vida antes que nada.
Durante una alocución televisada el mandatario afirmó: "No, esta pandemia no es una guerra. Las naciones no se enfrentan unas a otras, ni los soldados a otros soldados. Es un test de nuestra humanidad. Esta crisis saca lo mejor y lo peor de las personas. Mostremos a los demás lo mejor de nosotros mismos".
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A diferencia de otros países en Europa como Italia, España o Francia, entre los más afectados del mundo junto con Estados Unidos por la pandemia, Alemania no ha impuesto un confinamiento estricto a la población y parece mucho menos afectado que sus vecinos ya que hasta ahora cuenta oficialmente con 2.500 muertos por COVID-19.
El presidente alemán abogó por que la solidaridad se ponga en marcha para encontrar una vacuna: "Velemos por que en el marco de una alianza mundial, los países más pobres, que son los más vulnerables, tengan también acceso a la vacuna".
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Steinmeier también rindió un homenaje a los "pilares invisibles" de la sociedad alemana, en particular, las cajeras, los conductores de bus y de camiones, los panaderos, los agricultores y los recolectores de basura. "El peligro todavía no ha pasado. Pero ya podemos decir que hoy cada uno de ustedes ha cambiado radicalmente de vida, cada uno de ustedes ha salvado vidas y salva cada vez más cada día", recordó.