Franja de Gaza: atender a las víctimas o buscar refugio donde nada es seguro
David Cantero, líder de la misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Jerusalén, relata la experiencia del personal humanitario al proporcionar cuidados a la población civil durante el asedio por la contraofensiva de Israel y plantea interrogantes sobre la eficacia de la asistencia humanitaria que ha llegado al enclave.
Hugo Santiago Caro
MSF está en varias zonas de conflicto del mundo. ¿Cuáles son las particularidades humanitarias de la guerra en Gaza?
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MSF está en varias zonas de conflicto del mundo. ¿Cuáles son las particularidades humanitarias de la guerra en Gaza?
Ese es un conflicto que no empezó el 7 de octubre, viene de muy lejos y de una situación que se venía dando desde hace muchísimos años. En el caso de Gaza, ha sufrido un bloqueo durante los últimos dieciséis años, y esa es la base desde la cual partimos con esa población. Una población que ya antes de que estallara esta última guerra, porque ha sufrido muchas otras, entre el 70 y el 80 % la gran mayoría ya vivía por debajo del umbral de la pobreza y, por lo tanto, dependía de la asistencia humanitaria externa. Esa es la base, eso es lo que creo que también tiene una cierta particularidad en este conflicto. La otra es básicamente que Gaza siempre ha sido una jaula humana, pero hoy está más cerrada que nunca desde el día en que Israel le declaró la guerra y le impuso un bloqueo completo y total de la franja.
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Entonces, se está intentando atender a una población que durante dos semanas no recibió absolutamente nada de ayuda humanitaria, a la que se le había cortado el agua, la electricidad, la entrada de comida, medicamentos y yo creo que esto es un contexto muy atípico comparado con otros, con los que hemos estado trabajando muchas otras veces, cuando hay estas guerras y estos desplazamientos de población, como el que ha habido en Gaza, aproximadamente, según dicen, 1’400.000 personas.
Estas personas, muchas veces, encuentran un lugar seguro o cruzan a otros países y se convierten en refugiados. En el caso de Gaza, eso no es posible. Dos millones de personas están atrapadas en una franja que tiene, creo, 47 kilómetros de largo y muy pocos de ancho. No pueden salir de allí, no tienen a dónde ir. Hoy en día, en la Franja de Gaza, como bien hemos visto, no existe un lugar seguro para esta población.
También ha sido casi un mes de atender la emergencia sin que cesen los bombardeos...
Desde Médicos Sin Fronteras, estamos insistiendo desde el primer día en el cese inmediato de este baño de sangre, de estos bombardeos indiscriminados, de estos ataques masivos que está llevando a cabo Israel contra la población civil.
No olvidemos que la mayoría de los muertos que tenemos hoy en Palestina son mujeres, y también son miembros de nuestro personal, que son palestinos y también son víctimas del conflicto. Para ellos está siendo extremadamente difícil trabajar.
Son equipos que se enfrentan al dilema imposible de huir hacia el sur y cuidar a sus familias, o buscar un posible refugio que luego sabemos que no está disponible, ya que los israelíes les han bombardeado en el camino y siguen bombardeándolos en el sur; era la zona a la que les habían dicho que se fueran. Entonces tienen ese dilema imposible entre moverse con sus familias, buscar un lugar un poco más seguro, cuidar de su familia o quedarse para atender a los enfermos junto a sus camas, arriesgando sus vidas, ya que hoy sabemos que no hay ningún lugar seguro en la Franja de Gaza, ni siquiera en los hospitales.
¿Qué balance se hace de la ayuda humanitaria que pudo ingresar en la última semana?
Lo que hay que decir es que la ayuda que ha entrado después de dos semanas es completamente insuficiente. Me atrevo a decir que es ridículo con la gran cantidad de necesidades que se tienen. Estamos hablando de dar de comer y proveer de medicamentos a dos millones de personas durante dos semanas. No entró absolutamente nada. Como decía, estaban sufriendo un bloqueo total. Entonces, lo primero de todo es que esta ayuda es insuficiente. Sabemos que en una situación normal la Franja de Gaza recibía centenares de camiones diariamente y de lo que estamos hablando ahora son de decenas, con lo cual podemos ver la dimensión de la ayuda humanitaria que sería necesaria. Lo que nosotros estamos pidiendo es que esa entrada de la ayuda humanitaria tiene que ser incondicional. Tiene que ser masiva. Tenemos que hablar de cientos de camiones, de cientos de toneladas y tiene que ser fluida.
Tiene que ser continuada. No puede ser descontinua porque si no la población no va a tener acceso, como digo, ni a comida ni a medicamentos. Entonces, el problema, el gran problema que se tiene hoy en día también es la falta de combustible. No está habiendo combustible y si no hay combustible, lo decía la agencia de Naciones Unidas, decía que si no recibían combustible, hasta el viernes, todas sus operaciones se ponían en peligro, puesto que no iban a ser capaces de distribuir esa ayuda. Porque una cosa son los camiones que cruzan, pero luego hay que hacer llegar esa ayuda. Por ejemplo, al norte están muchos hospitales todavía funcionando en situación precaria. Si no hay combustible, como digo primero, no hay reparto de la ayuda, los hospitales se paran. Es muy importante. Los hospitales nos dicen que les quedan básicamente horas de combustible. Decíamos que hay un bloqueo total, no había electricidad y están funcionando desde hace ya muchos días por sus propios generadores. Si los generadores se paran por falta de combustible, las incubadoras se paran y todos los neonatos que hay en ellas morirán en cuestión de minutos. Estamos hablando de unidades de cuidados intensivos con personas con respiración asistida que van a morir en cuestión de minutos en sus camas. Eso es de lo que estamos hablando: cuando no llegue fuel, los hospitales colapsarán completamente.
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Por supuesto, lo que estamos pidiendo a todas las partes en conflicto es precisamente esto: que se respeten las normas de la guerra, que se respete el derecho internacional, que se proteja a la población civil, que se preserven las estructuras y el personal sanitario, así como las ambulancias. Sabemos que en muchos hospitales se ha atacado al personal médico. Profesionales sanitarios han perdido la vida y decenas de ambulancias han sido blanco de ataques, no así la ayuda humanitaria. Esta ayuda, como he mencionado, tanto en forma de asistencia médica como en cuanto a las estructuras y el personal, debe ser respetada por todas las partes involucradas para que pueda llegar a donde se necesita. En la actualidad, en Gaza, nadie está a salvo. No existe un lugar seguro y no hay ninguna persona que se sienta segura dentro de Gaza, ni siquiera los trabajadores humanitarios.
Usted está en Jerusalén, más cerca de Cisjordania que de Gaza. ¿Cómo está la situación allí?
Venimos alertando desde hace ya varios años que la tensión está incrementándose y se está degradando rápidamente. En 2022, ya fue un año récord y en 2023 nuevamente batió todos los récords. Cuando hablo de récord, me refiero al número de muertos, de heridos, de poblaciones desplazadas forzosamente por lesiones palestinas y al número de ataques de colonos. En las últimas dos semanas, esto se ha visto incrementado y está pasando desapercibido. Todo el mundo está prestando atención a Gaza y no a Cisjordania, con lo cual, de alguna manera, todas estas prácticas se están incrementando.
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En el caso de los ataques de los colonos, han aumentado enormemente, tanto en número como en virulencia. Teníamos clínicas móviles en el sur, en las montañas del sur de Hebrón, y las poblaciones a las que normalmente asistimos nos cuentan que esas incursiones de colonos y esos ataques físicos antes ocurrían, digamos, semanalmente. Ahora están ocurriendo todas las noches; están sufriendo ataques y violencia. El número de muertos palestinos por ataques de colonos ha aumentado en las últimas semanas y ha pasado desapercibido. De nuevo, en estas últimas semanas, estamos hablando de miles de detenciones que han llevado a cabo los israelíes a palestinos. No nos están diciendo el número exacto de palestinos detenidos, pero en las cárceles en las últimas semanas se ha duplicado.
¿Cómo ha transcurrido estas semanas para el personal de MSF?
Hay unos 300 palestinos trabajando dentro de Gaza, pero no todos están trabajando. Algunos han optado por moverse hacia el sur, otros se han quedado en el norte y están trabajando en los hospitales. Pero creo que hay que insistir en el hecho de que nuestros trabajadores palestinos se juegan la vida diariamente para seguir realizando su trabajo. Es difícil llegar al hospital porque continúan los bombardeos diarios y se juegan incluso la vida trabajando dentro de los hospitales, porque ya sabemos que no son lugares seguros. Están dándolo todo para seguir atendiendo a la población herida gazatí. Pero están al borde del colapso, como todo el resto del personal; todos los trabajadores tienen amigos, primos y familiares cercanos a los cuales han perdido. Entonces, evidentemente que esto les tiene que estar afectando muchísimo. Pero aun así, muchos han decidido seguir trabajando y atendiendo a las víctimas de la mejor manera posible. Es extremadamente difícil llevar a cabo estas labores dentro de la Franja de Gaza.
¿Y usted cómo está?
Yo salí de Gaza el jueves y la guerra empezó el sábado. Entonces, cuando conoces a tu gente, cuando conoces a tu personal y les dices “nos vemos en dos semanas” y sales de allí, entiendes lo que están pasando y entiendes que están básicamente vivos hoy, todos vivos, pero que mañana no sabes si lo estarán. Bueno, pues se hace muy duro, pero creo que también hace que te dé todavía más energía para seguir empujando. Lo que tenemos que hacer es seguir denunciando la situación y seguir empujando para que abran la frontera, para que entre ayuda humanitaria de manera incondicional y masiva, y para que cesen los bombardeos indiscriminados y que cese este baño de sangre.
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