Gabón: el último caso en una ola de golpes de Estado en África, explicado

Este miércoles, las Fuerzas Armadas de Gabón tomaron el poder en un golpe como respuesta a las elecciones que resultaron en la victoria de Ali Bongo, quien lleva en el poder 14 años. En la cadena Gabon 24, aparecieron los representantes de las fuerzas policiales y de defensa del país, y anunciaron “el fin del régimen actual”, de la mano con la anulación de las elecciones y la disolución de todas las instituciones.

Este miércoles, las Fuerzas Armadas de Gabón tomaron el poder en un golpe como respuesta a las elecciones que resultaron en la victoria de Ali Bongo, quien lleva en el poder 14 años. En la cadena Gabon 24, aparecieron los representantes de las fuerzas policiales y de defensa del país, y anunciaron “el fin del régimen actual”, de la mano con la anulación de las elecciones y la disolución de todas las instituciones.

Con este ya son siete los golpes de Estado que han ocurrido en África en tres años. De estos, seis ocurrieron en países que anteriormente habían sido colonias francesas: Malí (que tuvo dos golpes en nueve meses), Guinea, Burkina Faso (con dos golpes en ocho meses) y Níger, en donde ocurrió hace un mes.

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De acuerdo con Aymeric Durez, profesor de la Pontifica Universidad Javeriana y experto en conflicto africanos, Francia mantiene relaciones estrechas con sus antiguas colonias, ubicadas tanto en la zona occidental como en la parte central del continente. Este relacionamiento está presente en lo económico, pues muchos de estos Estados mantienen el franco; en lo cultural; en lo educativo; y, sobre todo, en lo militar, pues Francia tiene bases militares ubicadas en estos países.

La zona occidental es donde ha habido una mayor proliferación de estos golpes, de la mano con un sentimiento antifrancés que recibe el apoyo de la ciudadanía. Según un artículo publicado en DW por Vincent Niebede, periodista chadiano, la participación de Francia para apoyar a regímenes opresores hace que la población vea al país europeo como “el amigo del opresor”. Esto, a su vez, genera divisiones en la clase política y lleva a que la población se manifieste.

“Incluso en los casos en que el gobierno está siempre en conflicto con su población, Francia se pone del lado del gobierno. Esta percepción es muy, muy alta. Siempre ven a los franceses como el opresor, o como el amigo del opresor”, explica en el artículo Ibrahima Kane, abogado senegalés especializado en derechos humanos.

Esta fue la situación en Níger, donde el general Abdourahamane Tchiani sacó a Mohamed Bazoum del poder, quien era un fuerte aliado de Francia. Desde ese momento, una gran parte de la población empezó a ondear banderas rusas y a demostrar sentimientos anti-Francia.

“Han explotado toda la riqueza de mi país, como el uranio, el petróleo y el oro. Los nigerinos más pobres no pueden comer tres veces al día por culpa de Francia”, afirmó un ciudadano nigerino entrevistado por la BBC.

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Sin embargo, Durez enfatiza en que, a pesar de compartir un pasado como colonias francesas, los golpes en el África Occidental y en Gabón tienen muchas diferencias.

¿En qué se diferencia el golpe en Gabón?

En la emisión del grupo de militares que derrocó al presidente gabonés, estos indicaron que la razón por la cual tomaron esas acciones era porque había un “deterioro continuo de la cohesión social” que podría “llevar al país al caos”. El golpe buscaba la anulación de las elecciones del 26 de agosto, en las que Bongo obtuvo el 64,27 % de los votos, y “los resultados manipulados”.

Previamente, en Gabón hubo dos intentos de golpe de Estado fallidos. El primero ocurrió en 1964, cuando el primer presidente después de la independencia del país, León M’ba, fue derrocado por los militares. En ese entonces, Francia intervino para restablecerlo en el poder. Durez explica que después de este golpe, el país europeo escogió el sucesor al poder en 1967, Omar Bongo, quien fue presidente hasta su muerte en 2009. En ese año, subió al poder Ali Bongo, el hijo del presidente anterior.

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Bongo fue reelegido en el 2016. En esas elecciones, fue acusado de fraude electoral y el país se hundió en una crisis social, en la que la ciudadanía salió a las calles a exigir transparencia. En ese entonces, tanto la Unión Europea como los observadores del Departamento de Estado de Estados Unidos exigieron al gobierno gabonés que se publicaran los resultados del escrutinio para asegurar confianza en la votación.

El segundo golpe fue en el 2019, liderado por el teniente Kelly Ondo Obiang. Este ocurrió una semana después de que Ali Bongo pronunciara un discurso de año nuevo que sembró dudas sobre su capacidad de mantenerse en el poder en medio del accidente cardiovascular que tuvo en el 2018.

Este tercer golpe, de acuerdo con Durez, es el resultado de una situación de falta de legitimidad en las instituciones, pues Gabón ha tenido solo tres presidentes, de los cuales dos son padre e hijo; así como al debilitamiento del estado de salud de Bongo.

“Esto ha podido favorecer la decisión de los militares de tomar el poder, sabiendo que se dio por parte del responsable de la Guardia Republicana Gabonesa, el comandante Brice Clotaire Oligui Nema, que era muy cercano al actual presidente y que incluso es primo del presidente anterior”, indicó el experto.

La embajada de Francia en Gabón condenó el golpe y pidió que se respetara el resultado electoral. Durez enfatiza que, a diferencia de la situación en otros Estados africanos, “no estamos viendo una toma de posición particular de parte de los golpistas frente a Francia”. Por lo que no hay una respuesta concreta sobre las acciones que puede tomar el país europeo en este caso.

A pesar de que Francia mantiene una presencia económica y militar importante en el Estado, de acuerdo con Durez, esta no es tan importante como lo era hace unas décadas. El gobierno de Gabón “ha diversificado su política exterior en los últimos años y tiene relaciones económicas importantes con China”.

“Yo creo que en ningún Estado ni organización regional hay voluntad de tener una intervención para restablecer el presidente Bongo, porque él no tiene legitimidad democrática y popular. Veremos cuál va a ser la respuesta de Francia, veremos si los militares tienen en su toma del poder una voluntad de rechazo hacia la fuerza francesa. En este momento, no es el caso”, asegura el profesor Durez.

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