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Gaza es el laboratorio; el objetivo es Cisjordania (Análisis)

Con la atención puesta en la operación militar de Israel en la franja de Gaza, se pierde de vista otra parte de la historia, un territorio esencial y mucho más importante para los intereses del actual gobierno de Israel y del proyecto sionista: Cisjordania.

Ricardo Vargas Posada, especial para El Espectador
16 de diciembre de 2023 - 03:32 p. m.
El humo se eleva sobre los edificios mientras las Fuerzas de Defensa de Israel realizan una redada por segundo día en un campo de refugiados cerca de la ciudad cisjordana de Yenín. Según el Ministerio de Salud palestino, ocho palestinos murieron en Yenín durante una incursión militar israelí el 12 de diciembre de 2023.
El humo se eleva sobre los edificios mientras las Fuerzas de Defensa de Israel realizan una redada por segundo día en un campo de refugiados cerca de la ciudad cisjordana de Yenín. Según el Ministerio de Salud palestino, ocho palestinos murieron en Yenín durante una incursión militar israelí el 12 de diciembre de 2023.
Foto: EFE - ALAA BADARNEH
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El ataque perpetrado por Hamas el 7 de octubre de 2023 trajo como consecuencia la muerte de alrededor de 1.200 personas y el secuestro de unos 240 rehenes, convirtiéndose, de lejos, en el atentado terrorista más letal en la historia de Israel. La respuesta del gobierno israelí ha sido inmediata. Desplegó una invasión militar sobre la franja de Gaza acompañada de bombardeos constantes con el objetivo de destruir totalmente a Hamas. Tras dos meses de asedio, las víctimas mortales suman ya más de 20 mil, en su mayoría mujeres y niños. La destrucción de gran parte de la infraestructura civil de Gaza (hospitales, escuelas, plantas de agua y electricidad, mezquitas, iglesias), el desplazamiento forzado de casi dos millones de personas y la negativa de Israel a detener sus ataques en medio de la desesperada situación que viven los gazatíes amenaza con crear un punto de no retorno para el conflicto.

Pero mientras nuestra atención se centra en la operación militar de Israel en la franja de Gaza, en las desoladoras historias de la guerra, en la inoperancia de los gobiernos del mundo y las organizaciones multilaterales para detener el sufrimiento de la población, perdemos de vista otra parte de la historia, un territorio esencial y mucho más importante para los intereses del actual gobierno de Israel y del proyecto sionista: Cisjordania.

¿Qué está pasando en Cisjordania?

Israel ocupó los territorios palestinos de Cisjordania durante la guerra con los países árabes en 1967 y desde entonces ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de colonización de las provincias de Judea y Samaria, territorios que el Estado de Israel reclama como propios. A pesar de haber sido condenados como ilegales por la comunidad internacional en repetidas ocasiones, hoy en día existen 279 asentamientos israelíes en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Oriental, en los que viven alrededor de 700.000 personas. La reivindicación de Cisjordania como parte esencial del Estado de Israel gana cada vez más aceptación entre los ciudadanos israelíes y es uno de los puntos de convergencia de las diferentes facciones del movimiento religioso sionista, una tendencia ideológica que ha logrado posicionarse con fuerza en el panorama político del país.

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Israel ha impuesto en los territorios ocupados un sistema de segregación y desposesión paulatina y sistemática del territorio que mantiene a los habitantes palestinos en un clima de constante zozobra. Estos padecen cotidianamente detenciones arbitrarias, desalojos forzados, sus viviendas son demolidas, sus vías de comunicación bloqueadas, sus fuentes de agua contaminadas o redireccionadas hacia los asentamientos israelíes. Colonos violentos, muchas veces atizados por un celo nacionalista y mesiánico, amenazan a los campesinos palestinos, destrozan sus cultivos, ocupan sus tierras y los obligan a desplazarse, casi siempre bajo la mirada aquiescente o con la activa participación de las Fuerzas de Defensa de Israel. La oficina para la coordinación de asuntos humanitarios de la ONU reporta que el número de ataques de colonos israelíes a palestinos en Cisjordania se ha disparado en los últimos dos años.

No solo la violencia por parte de colonos, la represión por parte de las autoridades israelíes en los territorios ocupados ha aumentado de manera alarmante, en especial después de los atentados del 7 de octubre. De acuerdo con la ONU, miembros de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) han asesinado a más de 450 palestinos en Cisjordania en lo que va corrido del año, más de una cuarta parte de ellos menores de edad. Eso sin contar los alrededor de 3 mil heridos, el aumento de los arrestos injustificados (casi 8 mil en dos meses), amén de las torturas y vejámenes que sufren los detenidos. Es, de lejos, el año más violento en los territorios ocupados desde 2005, que la ONU empezó a llevar registros.

Asenso del sionismo religioso

La política en Israel ha vivido en los últimos años un marcado y sostenido giro hacia la derecha. En las pasadas elecciones en noviembre de 2022, el partido laborista, conocido inicialmente como el Mapai, ese que dominara la escena política durante las primeras décadas del Estado de Israel, el partido de David Ben Gurion, de Shimon Peres y de Golda Meir, el tradicional partido de izquierda, defensor de ideales socialdemócratas que firmó los acuerdos de Oslo en cabeza de Isaac Rabin, apenas superó el umbral necesario para acceder a la asamblea legislativa, el Knesset. En cambio, la alianza compuesta por tres partidos sionistas religiosos que defienden ideas racistas y homófobas (Otsmá Yehudi, Mafdal y Noam), logró catorce escaños y se consolidó como la tercera fuerza política en el Knesset.

El Likud, en cabeza de su líder actual, Benjamin Netanyahu, ha sido la principal fuerza política en las últimas dos décadas. Heredero de la ideología del Irgun, (un movimiento paramilitar sionista de corte radical durante el mandato británico en Palestina), el Likud no es precisamente un partido de centro. Pero su hegemonía se ha visto recientemente amenazada por un sinfín de fuerzas políticas, cada vez más afines a una ideología radical, nacionalista, religiosa y sionista que se opone abiertamente a una solución de dos estados para el conflicto, que defiende la supremacía de los judíos dentro del estado de Israel y que promueve activamente la anexión de Gaza y Cisjordania.

¿Pero cómo entender la emergencia de estas nuevas fuerzas? ¿Son acaso sintomáticas de un cambio profundo en la sociedad israelí? Lo primero que cabe aclarar es que el sionismo religioso no corresponde a un grupo claramente definido. Se trata más bien de una amorfa colección de tendencias teológicas y políticas con unos grandes rasgos en común en torno a ideales etnonacionalistas, expansionistas y mesiánicos. Todos coinciden, eso sí, en su interés por anexionar por completo a Cisjordania, considerada por los israelíes como las provincias de Judea y Samaria, lugares históricos en los que vivió el pueblo judío.

Parte de la creciente importancia que han ganado los partidos religiosos sionistas tiene que ver con la demografía. Los judíos haredim (también conocidos como ultraortodoxos) tienen tasas de natalidad más altas que los demás grupos poblacionales en Israel. Su proporción con respecto al total de la población israelí ha aumentado significativamente en las últimas décadas y hoy son poco más del 13 % de la población. Aunque muchos haredim son antisionistas, un sector importante de los que participan en política ha volcado su apoyo hacia partidos sionistas religiosos, como Mafdal, Otsmá Yehudit o Noam, y a eso se debe, en parte, la creciente influencia de estos partidos que hoy son parte de la coalición de gobierno.

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Otro elemento que ayuda a entender la creciente influencia del sionismo religioso en la política de Israel es que los partidos religiosos sionistas han sabido atraer votantes entre los judíos recién llegados de Rusia y Ucrania, así como entre judíos sefardíes llegados de diferentes partes del Mediterráneo. Estos grupos poblacionales tienden a coincidir con el ideario de estos partidos y han logrado que sus necesidades e intereses tengan cabida en sus plataformas políticas. El caudal de votos que aportan ha aumentado considerablemente el número de votantes de estos partidos y ha solidificado una alianza provechosa para ambos.

El sistema político israelí está poblado, en su mayoría, por partidos de existencia breve, creados por figuras carismáticas, movido por intereses clientelares y tribales, un escenario dividido que los partidos religiosos sionistas han sabido navegar. Las últimas elecciones giraron en torno al futuro político del controversial Benjamin Netanyahu. Sus principales rivales, la coalición de centro conocida como Unidad Nacional, criticaba su creciente autoritarismo, los juicios de corrupción en su contra y la necesidad de poner un límite al número de mandatos para un primer ministro. El 21 de diciembre de 2022, Netanyahu logró formar, en último momento, y después de muchas concesiones, una coalición de gobierno con el apoyo de los partidos religiosos sionistas. Más que Bibi Neanyahu, los verdaderos ganadores de aquellas elecciones fueron los sionistas religiosos, entre ellos, el actual ministro de Defensa, Bezalel Smotrich.

El plan de Smotrich

Smotrich es el líder del Partido Sionista Religioso, uno de los partidos de extrema derecha gracias a los cuales Netanyahu pudo conformar una coalición de gobierno en diciembre pasado. Smotrich es un fundamentalista judío, abiertamente racista. Vive con su esposa y sus siete hijos en un asentamiento ilegal, en la colonia de Kedumim, cerca de la ciudad de Nablus, en la Cisjordania ocupada. Es vecino de la legendaria Daniella Weiss, una de las lideresas del movimiento de colonos israelíes, asociada a la organización Nachala, que promueve el establecimiento de avanzadas ilegales por parte de jóvenes colonos. Ambos han sido profundamente influidos por Gush Emunim, o “El bloque de los creyentes”, un movimiento ultranacionalista, fundamentalista y mesiánico, que lleva décadas buscando poblar de judíos los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, en su opinión tierras dadas por Dios al pueblo judío.

Miembro del Knesset desde 2015, publicó en 2017 un manifiesto conocido como “El plan decisivo”. Se trata, sin duda, de un texto incendiario y polémico en el que afirma que la solución de los dos estados ha llegado a un punto muerto. El texto propone un plan que busca terminar de una vez por todas el conflicto entre israelíes y palestinos y evitar así seguir administrándolo indefinidamente. Para ello, el plan incentiva de manera agresiva la migración de colonos israelíes a los territorios ocupados de Cisjordania hasta que sea inviable la materialización de un estado palestino en la región. Busca, en sus palabras: “crear una clara e irreversible realidad en el terreno”, de modo tal que la comunidad internacional se olvide de esa opción para la solución del conflicto.

La coalición negociada por Netanyahu a finales de 2022 permitió al veterano político conservar su poder y salvarse de un juicio por corrupción, pero lo obliga, sin embargo, a hacer concesiones onerosas a los partidos de extrema derecha que lo apoyaron. Smotrich es hoy en día el amo y señor de Cisjordania. Su nuevo rol como director de una nueva agencia de asentamientos israelíes le da un inmenso poder sobre el futuro del 60% de Cisjordania, (el área C, según los Acuerdos de Oslo), hoy en día controlado por las Fuerzas de Defensa de Israel. Además, como ministro de finanzas puede direccionar una ingente cantidad de recursos para materializar su plan.

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Smotrich planea doblar el número de los colonos israelíes en Cisjordania, mejorar la infraestructura vial y las condiciones de vida de este 5 % del total de la población de Israel que hoy vive en los territorios ocupados. Recientemente firmó la autorización para la construcción de miles de nuevos complejos habitacionales israelíes en Cisjordania y ha legalizado nueve puestos de avanzada, considerados ilegales tanto por la ley internacional como por la ley israelí. El pragmatismo de Smotrich es inapelable cuando dice que, entre más rápido se anexionen los territorios de Gaza y Cisjordania, menos víctimas habrá a causa del conflicto.

¿Qué pasará en adelante?

La validación política que el sionismo religioso de extrema derecha ha ganado en las últimas elecciones de diciembre pasado tendrá repercusiones decisivas en el futuro de Cisjordania y del conflicto, en general. Israel no oculta su interés de anexionar los territorios ocupados, pese a que su política de asentamientos ha sido condenada de manera unánime por la comunidad internacional, la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia. La finalidad principal de los partidos sionistas religiosos, en el largo plazo, es la destrucción de cualquier posibilidad de formación de un Estado palestino. Con ellos en el gobierno, el proceso de anexión de los territorios ocupados seguirá ganando ímpetu a un ritmo cada vez más acelerado. Muchos analistas opinan que es casi ya una realidad consumada.

El 19 de julio de 2018, Israel aprobó la controversial ley del Estado-nación que lo define como un Estado Judío, estableciendo una jerarquía legal entre la población judía y las poblaciones no judías en el territorio. La ley también afirma abiertamente que los asentamientos ilegales son un esfuerzo de “valor nacional” que debe ser “alentado y promovido” por el Estado de Israel. La aprobación de esta ley refleja hasta qué punto un tipo de pensamiento racista, antidemocrático y contrario a la legislación internacional vigente, se han venido normalizando en el seno de la sociedad israelí.

El cruento ataque terrorista de Hamas y la desmesurada incursión en Gaza por parte de Israel han ocasionado un punto de inflexión en el conflicto y existe un evidente temor de que la intensificación de la violencia entre colonos y palestinos en Cisjordania pueda abrir un segundo frente de combates.

Uno de los cambios más inquietantes es la llegada de colonos reservistas a ocupar los puestos de vigilancia en los asentamientos de Cisjordania tras el posicionamiento de los soldados de las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) en los frentes de Gaza y en la frontera con el Líbano. El historial de enfrentamientos entre palestinos y colonos puede llevar a que, armados y con el aval del uniforme del FDI, los colonos lleven a cabo acciones que deterioren aún más la ya frágil situación de orden público que vive Cisjordania.

La Autoridad Palestina (AP), el principal interlocutor político de la población palestina, se encuentra sumida en su peor crisis de liderazgo desde su creación. Mahmoud Abbas tiene 87 años, ha dirigido por casi 20 años la organización y sus logros han sido escasos. La aprobación de la gestión de la AP está en mínimos históricos. El clima generalizado de violencia e inseguridad en Cisjordania, la frustración de la población ante la incapacidad de sus líderes y el aumento del apoyo a la lucha armada desde los ataques del 7 de octubre, muestran que el prospecto de un escalamiento del conflicto a la totalidad de los territorios ocupados no puede descartarse enteramente.

Mientras Gaza es asediada por el gobierno de Israel, sus habitantes bombardeados y arrinconados en la frontera con Egipto, Cisjordania es colonizada y despojada de manera sistemática. ¿Acaso hemos llegado a un punto de no retorno? ¿Podemos hablar todavía hoy de la posibilidad real de un Estado para Palestina?

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Por Ricardo Vargas Posada, especial para El Espectador

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Alberto(3788)16 de diciembre de 2023 - 09:30 p. m.
GENOCIDIO. LIMPIEZA ÉTNICA. Coautores y Cómplices Criminales: EE. UU., Gran Bretaña, U.E. Solidaridad con el Heroico Pueblo Palestino. Gracias, Ricardo Vargas Posada.
Juan(82042)16 de diciembre de 2023 - 08:14 p. m.
Q bien, pobres Judíos, siento pena por lo q hacen y mas siento por lo q les hicieron. Q horror. El fundamentalísimo ya está sentado en ese pueblo de maravillosas mentes, q vaina.
Daga(46837)16 de diciembre de 2023 - 08:04 p. m.
Terrible panorama
Norma(12580)16 de diciembre de 2023 - 07:32 p. m.
POR QUE BORRARON MI COMENTARIO? PORQUE PORQUE AFIRMO QUE EL GOBIERNO ISRAELÍ EN TANTO GOBIERNO SIONISTA ES FUNDAMENTALISTA???? PORQUE NO APOYO EL GENOCIDIO DEL PUEBLO PALESTINO?
  • Norma(12580)16 de diciembre de 2023 - 07:47 p. m.
    NO HAY QUE SER HIPOCRITAS: CUANDO EL GOBIERNO ISRAELÍ ASESINA MUJERES Y NIÑOS, DESTRUYE HOSPITALES, REFUGIOS, ESCUELAS, INFRAESTRUCTURA DE AGUA VIVIENDA, ESCUELAS, SE EXPANDE MEDIANTE OCUPACIÓN EN PALESTINA Y DEBEMOS TOCARLOS CON EL PÉTALO DE UNA FLOR? NUESTRA RABIA Y DESPRECIO POR UN GOBIERNO FUNDAMENTALISTA QUE HACE TODOS ESTOS "FAVORES" SEGÚN LA MIRADA LIBERAL DE EE, NO TIENE CABIDA EN LOS COMENTARIOS???
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