Durante una semana se han prolongado los combates en Jartum, capital de Sudán, y otras ciudades principales.
Foto: EFE - STRINGER
El suelo de las calles de Jartum empezó a transformarse rápidamente. El peso de los tanques parecía que iba a fracturar el pavimento de las avenidas. En cuestión de minutos, empezaron a caer los casquillos de las balas que se disparaban los dos grupos que buscan asegurarse con el control de Sudán. Un estruendo. Luego otro. Los gritos de auxilio no se alcanzan a escuchar en medio de los combates. Se convierten en alaridos sordos. No hay certeza sobre cuáles palabras evocan aquellos que tratan de escapar y qué silabas vociferan los que aprietan...
Por Tomás Tarazona Ramírez
Periodista de investigación con énfasis en conflicto, memoria y paz.ttarazona@elespectador.com
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