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Guerra en Ucrania, ¿un campo de batalla religioso para Rusia?

La Iglesia ortodoxa de Rusia pinta la invasión a Ucrania como una guerra santa, en un escenario donde la ortodoxia se ha convertido en uno de los pilares centrales de la identidad rusa. Pero, ¿hasta qué punto la Iglesia puede influir en las decisiones del Kremlin?

María Paula Ardila
17 de abril de 2022 - 02:00 a. m.
El patriarca Kirill, líder de la Iglesia ortodoxa de Rusia. / Getty Images
El patriarca Kirill, líder de la Iglesia ortodoxa de Rusia. / Getty Images
Foto: Getty Images - AlexeyBorodin
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La victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial tiene su propio santuario religioso: a una hora de Moscú, los arcángeles lideran ejércitos celestiales en las paredes de la Catedral Principal de las Fuerzas Armadas Rusas. Su infraestructura es impresionante (y muy controversial): “Las imágenes religiosas están adornadas con (fusiles) kaláshnikovs y la Virgen María adopta una pose que recuerda a un cartel soviético de la guerra”, escribió Shaun Walker, corresponsal de The Guardian. “Las armas y los tanques incautados a la Wehrmacht se fundieron y se utilizaron para construir el piso de la catedral; de esta forma, y como lo explican los guías, cada paso es un golpe más a los nazis derrotados”, agregó.

Walker dice que cuando los futuros historiadores miren hacia atrás a la era de Putin, es probable que decidan que esta catedral es su edificio emblemático. Y no es para menos, pues en sus mosaicos se conmemora el papel de las tropas rusas en la guerra civil de Siria, la invasión de Georgia en 2008 y la anexión de Crimea en 2014. “La catedral encarna la poderosa ideología adoptada por el presidente Vladimir Putin, con un fuerte apoyo de la Iglesia ortodoxa rusa. Veo este nacionalismo religioso militante como uno de los elementos claves en la motivación de Putin para la invasión de Ucrania, mi país natal”, comentó, por su parte, Lena Surzhko, de la Universidad Estatal de Pensilvania, a The Conversation.

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Y ahí está el punto de todo este asunto: el patriarca Kirill, líder de la Iglesia ortodoxa de Rusia, pinta la invasión a Ucrania como una guerra santa, en un escenario donde la ortodoxia se ha convertido en uno de los pilares centrales de la identidad rusa.

“Hemos entrado en una lucha que no tiene un significado físico, sino metafísico. Estamos hablando de la salvación humana, algo mucho más importante que la política”, dijo Kirill en un sermón que marcó el comienzo de la Cuaresma ortodoxa. El objetivo: dar legitimidad ideológica a las acciones de Putin en Ucrania, pero, a la vez, garantizar la pervivencia de la Iglesia ortodoxa de Rusia, luego de décadas de represión bajo el comunismo y después de las fricciones con la Iglesia ortodoxa de Ucrania.

“No sé si existe ese temor por parte de Kirill de que se pueda desatar una represión similar a la que hubo en la Unión Soviética contra la Iglesia, pero definitivamente sí es una apuesta para estar asociado a ese poder seglar”, le explicó a este diario Andrés Serbin, analista internacional y presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES).

De hecho, bajo la supervisión de Putin, Rusia aprobó algunas leyes que restringen los derechos de otros grupos religiosos y además “se han recuperado artefactos y construido monasterios. De tal manera que la Iglesia tiene un patrimonio considerable”, sostuvo el experto. A lo que podríamos agregar el comentario de algunos periodistas de The Economist: “Todo esto, en la era de Putin, ha reforzado el poder que tienen los líderes de la Iglesia para influir en grandes sectores de la población en Rusia”, dice un artículo de ese medio.

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Y es que las cosas no siempre funcionaron para la Iglesia rusa, que fue reprimida durante décadas bajo el comunismo. Entre 1920 y 1930, se cerraron más de 7.000 iglesias ortodoxas en el país, y unos 15.000 clérigos y 200.000 personas fueron arrestados, fusilados o enviados a campos de trabajos forzados por seguir el cristianismo ortodoxo, explicó el historiador Oleg Kuznetsov en una columna publicada el año pasado.

“La transformación comenzó en la década de 1990, cuando todavía existía la Unión Soviética, y se celebran los mil años del bautismo de Rusia. Este es el punto de partida para la Iglesia ortodoxa en el país”, le explicó a El Espectador Vladimir Rouvinski, analista en relaciones internacionales. A lo que Lena Surzhko agregó un aspecto importante sobre la llegada de Kirill como jefe de la Iglesia rusa, en 2009: “Putin y el patriarca Kirill han resucitado estas ideas sobre el imperio para el siglo XXI bajo la forma del llamado mundo ruso, dando un nuevo significado a una frase que data de la época medieval”.

📄📄 Un dato: hay alrededor de 1.340 millones de católicos, cerca de 600 millones de protestantes y 300 millones de cristianos ortodoxos en todo el mundo, según cifras publicadas por The Conversation el 18 de marzo. La mayoría de los cristianos ortodoxos viven en Rusia, Europa del este, el Cáucaso y Oriente Medio. Las cifras más recientes del Pew Research Center arrojan que el 71 % de los adultos rusos se identificaron como cristianos ortodoxos, mientras que la proporción de rusos que se identifican con otras religiones, incluidas el islam, aumentó en la década de 1990 y luego se estabilizó.

Esto es importante, pues aunque gran parte de los rusos no son practicantes, “sí adoptan las tradiciones de la Iglesia ortodoxa rusa porque justamente ahí está su identidad. En cierta medida, esto reemplazó la ideología oficial de la Unión Soviética, y ahora es la Iglesia la que da legitimidad a las acciones del gobierno”, comentó Rouvinski, quien agregó que esta es una tradición que viene de los tiempos de la Rusia imperial, “cuando lo que importaba para ser parte del aparato estatal no era la identidad étnica, sino la fe”, sostuvo el experto.

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Algo que también mencionó Serbin: “Aquí la ecuación clave es que la Iglesia ortodoxa expresa el nacionalismo ruso, y eso nutre el nacionalismo de otros sectores. Todo esto resulta en unos valores conservadores muy arraigados que también promueve Putin”, comentó el analista.

Dos países cristianos ortodoxos en guerra

Como lo explica Eugene Clay, profesor asociado de Estudios Religiosos de la Universidad Estatal de Arizona, la ortodoxia es la más pequeña de las tres ramas principales del cristianismo, que también incluye el catolicismo y el protestantismo. A diferencia de la Iglesia católica romana, que está dirigida por el papa, la Iglesia ortodoxa mundial no tiene una sola cabeza espiritual. “En cambio, la comunión ortodoxa del mundo se divide en iglesias autocéfalas (es decir, autodirigidas). Cada iglesia ortodoxa autocéfala tiene su propio jefe, un obispo que preside el territorio de su iglesia”, comentó el experto. Un asunto que generó tensiones en los últimos años entre Ucrania y Rusia.

Tras la anexión de Crimea, en 2014, el patriarca Filaret de Kiev solicitó a la Iglesia ortodoxa rusa que concediera a Ucrania la autocefalia, una petición que fue denegada. En un acto de desafío, fundó la Iglesia ortodoxa de Ucrania, independiente, sin el consentimiento de Moscú. “Rusia respondió excomulgando a Filaret y nombrando a su propio patriarca de Ucrania, con sede en la ciudad de Járkov (ubicada al este del país, donde la guerra está golpeando a los ucranianos con mayor fuerza)”, se lee en un informe del Instituto de la Paz de los Estados Unidos.

Fue en 2019 cuando el patriarca ecuménico de Constantinopla (cuya sede es la ciudad conocida hoy como Estambul), Bartolomé I, firmó un decreto que otorgaba a la Iglesia ortodoxa de Ucrania la independencia de la Iglesia ortodoxa rusa. “Esto ha creado una situación difícil porque la Iglesia ortodoxa de Rusia no ha aceptado esta autocefalia de parte de la Iglesia ucraniana”, explicó Germano Marani, profesor del Russicum, colegio católico en Roma, a Europa Press.

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Ahora, tras la invasión rusa y luego de los comentarios de Kirill, más de 280 sacerdotes ortodoxos rusos de todo el mundo firmaron una carta condenando la invasión. Tanto así que una parroquia en Ámsterdam mostró su intención de unirse al Patriarcado de Constantinopla con sede en Estambul. “Probablemente, ocurra lo contrario en el caso del patriarcado de Serbia, porque ellos sí se sienten muy identificados con la posición rusa”, comentó Serbin.

¿Hasta dónde puede llegar la influencia de la Iglesia en la política rusa?

“Hoy, la posición del patriarcado de Moscú no es muy diferente de otras corporaciones estatales como Gazprom, Rosneft, Rostec y otras, con una diferencia: el patriarcado no es un proveedor, sino un consumidor de los fondos del Estado”, escribió el año pasado Oleg Kuznetsov, profesor de la Universidad de Lenguas de Azerbaiyán, quien sostiene que, en este punto, no tiene sentido hablar de la ortodoxia como la base ideológica de la política exterior rusa actual, pues solo se utiliza como una herramienta de poder blando.

Por su parte, Vladimir Rouvinski comenta que la Iglesia en Rusia tiene un espacio muy limitado en una actuación autónoma en la política rusa. “Por un lado, tiene que cuidar los beneficios fiscales que le da el gobierno ruso. Además, cumple las funciones de apoyar el discurso central del gobierno, que solo el gobierno ruso decide cómo debe ser”.

Por ahora, en ese mosaico de la Catedral Principal de las Fuerzas Armadas Rusas, dedicado a los ejércitos soviéticos y rusos desde la Segunda Guerra Mundial, hay un espacio para que se agreguen futuros conflictos. “Está por verse si Ucrania se unirá a la lista”, comentan los periodistas de The Economist.

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Mario(16018)17 de abril de 2022 - 07:34 p. m.
Muy interesante columna informativa.
luis(89686)17 de abril de 2022 - 01:30 p. m.
El fuerte Instinto Gregario es el origen de las religiones y éstas forman parte principal del Aparato Ideológico del Estado. La religión es el opio del pueblo.
Carlosé Mejía(19865)17 de abril de 2022 - 11:54 a. m.
Las religiones siempre han constituido parte del aparataje ideológico justificatorio del statu quo. La iglesia ortodoxa rusa no escapa a estas categorías. Queda claro que es una congregación humana y no divina y que sus intereses están aquí y no en la eternidad. Sin embargo, forma parte de la identidad cultural rusa y, como sea, Occidente debe respetarla.
Pathos(78770)17 de abril de 2022 - 07:31 a. m.
Muy diferente a la estructura organizativa de la Catolica q además es de carácter universal y no nacional como la Ortodoxa
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