Hezbolá, el punto de inflexión en el triángulo de confrontación Israel-Líbano-Irán
Los temores de que escalen las tensiones entre Israel e Irán, con el asedio a la Franja de Gaza de fondo y un poderoso Hezbolá en la mitad, están creciendo. Varios países han instado a sus ciudadanos a abandonar Líbano y, a la par, Israel le dio instrucciones a su ejército de que se prepare para “todas las opciones”. Los llamados de venganza y represalia desde Teherán estarían poniendo a prueba su postura de evitar asumir los costos de una guerra de manera directa.
Los enfrentamientos entre Israel y Líbano son casi diarios. Apenas el lunes, un ataque del lado israelí mató a dos personas en la localidad de Mais al Yabal, a dos kilómetros de la frontera, y a una más en Ebba, pocas horas después de que Hezbolá llevara a cabo una agresión contra el norte de Israel, en la que dos soldados resultaron heridos. La violencia transfronteriza viene escalando de un tiempo para acá, desde el ataque de Hamás del 7 de octubre, y eso se ha hecho evidente, por ejemplo, en que el grupo libanés lanzó el fin de semana decenas de cohetes Katiusha, pero también en el aumento de tensiones tras un ataque perpetrado contra los Altos del Golán ocupados, que mató a 12 menores de edad. Además, en los últimos días, Israel aseguró haber eliminado a un líder de Hezbolá, Fuad Shukr, y a Mohammed Deif, jefe militar de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, brazo armado de Hamás. Irán, por su parte, prometió vengar el fallecimiento de Ismail Haniyeh, cabecilla del grupo islamista palestino.
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Los enfrentamientos entre Israel y Líbano son casi diarios. Apenas el lunes, un ataque del lado israelí mató a dos personas en la localidad de Mais al Yabal, a dos kilómetros de la frontera, y a una más en Ebba, pocas horas después de que Hezbolá llevara a cabo una agresión contra el norte de Israel, en la que dos soldados resultaron heridos. La violencia transfronteriza viene escalando de un tiempo para acá, desde el ataque de Hamás del 7 de octubre, y eso se ha hecho evidente, por ejemplo, en que el grupo libanés lanzó el fin de semana decenas de cohetes Katiusha, pero también en el aumento de tensiones tras un ataque perpetrado contra los Altos del Golán ocupados, que mató a 12 menores de edad. Además, en los últimos días, Israel aseguró haber eliminado a un líder de Hezbolá, Fuad Shukr, y a Mohammed Deif, jefe militar de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, brazo armado de Hamás. Irán, por su parte, prometió vengar el fallecimiento de Ismail Haniyeh, cabecilla del grupo islamista palestino.
Los temores de que se desate una guerra regional crecen cada vez más. El escenario de una guerra amplia, según Janiel Melamed, Ph. D. en seguridad internacional, dependerá del nivel de daño que se ocasione en esta etapa. Para él, que también es docente de relaciones internacionales en la Universidad del Norte, Teherán se enfrenta a un dilema: irse o no a una confrontación directa: “Se estima que la respuesta vendría en coordinación de las fuerzas delegadas en Líbano, Siria, Irak y Yemen. Ahora bien, el actor más fuerte en este círculo es Hezbolá”. Hablar de capacidades militares de unos y otros es complejo, al menos así lo confiesa, pues estamos ante enfrentamientos de actores estatales, Israel e Irán, con sus habilidades convencionales para la guerra, y no estatales, con capacidades asimétricas.
Un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, publicado en marzo de este año, indica que el grupo chíi libanés tiene aproximadamente 30.000 combatientes activos y hasta 20.000 reservas, con fuerzas que principalmente son de infantería ligera, entrenadas para el sigilo, la movilidad y la autonomía. Los cálculos apuntan a que este grupo no estatal, que puede ser el más armado en el mundo, tiene entre 120.000 y 130.000 cohetes y misiles. En una eventual guerra amplia es probable que Teherán restablezca rápidamente el arsenal, que se facilitaría por la presencia de Irán en Siria, sobre todo tras la guerra civil, con la cual se creó un puente terrestre que hace que las armas viajen directamente desde Irak hacia las manos de Hezbolá.
La mayor parte de las que le pertenecen al grupo están compuestas de proyectiles no guiados de corto alcance, aunque a la par tiene misiles de largo alcance, utilizados desde la guerra con Israel de 2006. También posee cuadricópteros comerciales, drones suicidas, municiones merodeadoras y plataformas más sofisticadas con capacidades de vigilancia y ataque. La pregunta que queda al aire, al menos para los autores de “El inminente conflicto con Hezbolá”, es cómo el grupo podría usar esas capacidades en apoyo de operaciones terrestres contra las Fuerzas de Defensa de Israel.
En medio de esto, Irán está hablando del deber moral que tiene de castigar a su enemigo por lo que considera su “aventurerismo” y violación de la ley, luego de la muerte de Haniyeh en Teherán, a la par de que busca usar una reunión de emergencia de la Organización de Cooperación Islámica, prevista para el miércoles, para tratar de presionar a favor de un respaldo a sus medidas de represalia. Sin embargo, Jordania, uno de sus miembros, ha pedido descartar una ofensiva. Del otro lado, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, les advirtió a los países del G-7 que se podría producir un ataque de Irán contra Israel en un plazo de 24 horas, según Axios. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, por su parte, le dijo al ejército que se prepare para “todas las opciones” ante la posibilidad de una ofensiva. Estados Unidos y Reino Unido, así como Francia y Arabia Saudita, les pidieron a sus ciudadanos que abandonen inmediatamente Líbano ante el temor de una escalada militar.
Melamed recuerda que la coordinación entre Irán y sus proxies en la región busca, entre otras cosas, que los frentes periféricos, es decir, Siria, Irak y Yemen, además de Líbano, absorban los costos de la guerra, para que así Teherán no lo tenga que hacer directamente: “Estas capacidades fueron desarrolladas durante décadas para ejercer una capacidad de disuasión. Por un tiempo funcionó, pero está en entredicho que tenga sostenibilidad en el tiempo”. Este eje de resistencia formado por Irán se contrapone con lo que está sucediendo ahora en la región: “Que la eliminación de Haniyeh, actor importante en la causa palestina, arrastre a Irán a sufrir y pagar los costos de una guerra directa. Es decir, se estaría invirtiendo la lógica”. Mientras las personas, incluidos civiles, siguen muriendo. De octubre para acá han fallecido 549 libaneses, la mayoría combatientes de Hezbolá, pero también 116 civiles. En Israel y los Altos del Golán ocupados han muerto 22 soldados y 25 civiles. En Gaza, los bombardeos israelíes han matado a más de 39.600 palestinos.
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