Hezbolá, Líbano e Israel: una guía rápida para entender la más reciente escalada
¿Cuál es la relación entre Hezbolá y el gobierno libanés?, ¿por qué Israel ha aumentado la presión contra Hezbolá?, ¿hasta dónde puede llegar esta escalada? Abordamos estas preguntas en nuestro newsletter semanal, No es el fin del mundo.
María Alejandra Medina
Hola. Este lunes hemos registrado los bombardeos israelíes que en Líbano mataron a alrededor de 500 personas, entre las que según las autoridades locales hay decenas de niños. En total, más 5.000 han resultado heridas en ese país durante la última semana de enfrentamientos. Ha sido el periodo más violento desde que el grupo libanés se involucró hace casi un año en los ataques contra Israel por su arremetida contra la Franja de Gaza (en el sur).
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Hola. Este lunes hemos registrado los bombardeos israelíes que en Líbano mataron a alrededor de 500 personas, entre las que según las autoridades locales hay decenas de niños. En total, más 5.000 han resultado heridas en ese país durante la última semana de enfrentamientos. Ha sido el periodo más violento desde que el grupo libanés se involucró hace casi un año en los ataques contra Israel por su arremetida contra la Franja de Gaza (en el sur).
De acuerdo con el gobierno con sede en Jerusalén, la de este lunes fue una operación contra al menos 800 objetivos de Hezbolá, grupo libanés con un ala política y un ala militar, designado por varios países como terrorista. El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, no obstante, denunció un “plan de destrucción” contra su país por parte de Israel.
Entretanto, las alarmas sonaron en la ciudad costera de Haifa, norte de Israel, lo que sigue moviendo hacia el sur la línea de la amenaza de Hezbolá.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se dirigió a la población libanesa para hacerles saber que la guerra no es contra ellos, sino contra Hezbolá, cuyas milicias usan a los civiles como “escudos humanos”. El mismo argumento que ha esgrimido al combatir a Hamás en Gaza.
No en vano voces como la del secretario general de la ONU, António Guterres, han manifestado su temor de que esta nueva escalada derive en una “nueva Gaza”, en donde la arremetida israelí matado a más de 40.000 personas.
Hezbolá en Líbano
Desde Israel, el gobierno libanés ha sido acusado de ser incompetente e incluso complaciente con Hezbolá. En julio pasado, en una entrevista con CNN, el ministro de Asuntos Exteriores de Líbano, Abdallah Bou Habib, reconoció que su administración no está en capacidad de controlar las acciones del ala militar del grupo.
“Hezbolá nace en el año 82 como un grupo terrorista tras los ataques de Israel en el sur del Líbano ese año”, recuerda Teresita Aya, experta en Medio Oriente. “Para el año 92 ya se convierte en un grupo político, pues lo uno no excluye lo otro para ellos, y empiezan a meterse en la política del Líbano”.
Tras su participación en las elecciones ese año, obtuvieron ocho puestos en el Parlamento. Actualmente son 13, pero la influencia puede ser mayor debido a sus alianzas. Han tenido, además, puestos en el gabinete de gobierno desde 2005.
“Su apoyo político, su base política, son los jóvenes y la gente que vive en el sur del país”, agrega la analista, quien señala la importancia del movimiento dentro de la política libanesa. “Si quisieran en algún momento podrían ser un gran obstáculo a las decisiones del gobierno generándoles contrapeso, podrían complicar la toma de decisiones […] Por eso se dice que lo que afecta a Hezbolá afecta a todo el Líbano”.
“Hezbolá opera esencialmente como un gobierno en las áreas bajo su control, y ni los militares ni las autoridades federales pueden contrarrestarlo”, escibrió el Council for Foreign Relations citando a los analistas de Arab Barometer MaryClare Roche y Michael Robbins. “Gestiona una vasta red de servicios sociales que incluye infraestructura, instalaciones de atención médica, escuelas y programas para jóvenes, todos los cuales han sido fundamentales para obtener el apoyo a Hezbolá de los libaneses chiitas y no chiitas por igual. Aun así, una encuesta de Arab Barometer en 2024 concluyó que ‘aunque Hezbolá tiene una influencia significativa en Líbano, relativamente pocos libaneses lo apoyan’”.
La publicación recuerda, además, las multitudinarias protestas pospandemia que se registraron contra el gobierno y cuyos reclamos también iban contra Hezbolá, en un país altamente endeudado y que ocupa el lugar 149 entre 180 en el ranquin de Transparencia Internacional.
En cuanto al ala militar, un informe de 2018 del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, citado por Foreign Affairs, lo llamó “el actor no estatal más fuertemente armado del mundo”. Se calcula que Hezbolá tiene entre 150.000 y 200.000 cohetes y misiles de diversos alcances.
¿Hasta dónde irá la actual escalada?
Para Aya, la clave en esta historia es Irán, tradicionalmente señalado de financiar, armar y entrenar a Hezbolá y otros “proxis”. Según la analista “a Irán no le interesa en este momento una guerra con Israel”, pues tiene “mucho que perder”, si se impusieran nuevas sanciones internacionales, por ejemplo. A Líbano, por otro lado, “tampoco le interesa tener un gran desastre humanitario en su frontera sur”.
Israel, cree Aya, puede estar en una posición distinta al estar inmerso ya en una guerra de la que esta reciente escalada es apenas una “nueva etapa”.
Le resulta innegable que los enfrentamientos por ahora continuarán, pues del lado de Hezbolá se ha anunciado una batalla sin límites mientras Israel no se retire de Gaza, e Israel busca a toda costa evitar un “nuevo 7 de octubre”, como el que asegura que Hezbolá venía planeando.
“La pregunta es qué tanto va a ser una guerra regional”, cuestiona la experta.
El momento interno en Israel
La escalada contra Líbano llega en momentos en que el descontento entre la población israelí del norte es evidente. A falta de una respuesta más contundente contra los ataques de Hezbolá durante el último año, que han provocado el desplazamiento interno de decenas de miles de personas, los residentes de la zona han dicho sentirse “ciudadanos de segunda”, como sostuvo Ido Azulay, un habitante afectado, citado por El País.
Como le dijo a este diario Gabriel Ben Tasgal, especialista en Medio Oriente, la apuesta de debilitar a Hezbolá es un objetivo estratégico para Netanyahu y, con operaciones exitosas, el primer ministro puede ganar legitimidad entre los israelíes que quieren una respuesta más severa contra el enemigo.
Según una encuesta del medio Maariv (que, sin embargo, no detalla la ficha técnica del sondeo) el 60 % los consultados cree que Israel debería lanzar un ataque proactivo contra Hezbolá, “a pesar del temor de que esto pueda conducir a una guerra total”. El 20 % cree que no es el camino correcto.
Entretanto, voces de la comunidad internacional hacen un llamado a la moderación. No obstante, llamados similares resultaron infectivos para contener la ofensiva en la Franja de Gaza. Hoy distintos países siguen acusando a Israel de cometer un genocidio en el enclave, mientras que el apoyo de aliados tradicionales, como Alemania y Reino Unido, empiezan a temblar, con la limitación o disminución de ventas de armas al gobierno con sede en Jerusalén, algo que, según expertos, es más simbólico que realmente determinante para el futuro de la guerra.
😬 No es el fin del mundo
En medio de noticias tan desalentadoras, el ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, dijo este lunes que su país está dispuesto a reiniciar las negociaciones para revivir el acuerdo nuclear de 2015 si “las otras partes están dispuestas”.
“Nuestro esfuerzo es iniciar una nueva ronda de negociaciones nucleares. Estamos preparados para ello y, si las otras partes lo están, podemos reiniciar las negociaciones en Nueva York”, dijo el funcionario, que participa esta semana de la Asamblea General de la ONU y que, no obstante, no tiene previstos encuentros con su homólogo estadounidense, Antony Blinken.
En 2015, Irán suscribió un acuerdo nuclear para limitar su actividad nuclear a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales.
Durante el gobierno de Donald Trump, Estados Unidos dejó el acuerdo y, desde entonces, Irán es acusado de aumentar su actividad nuclear, cada vez con menos transparencia.
👀 En qué estamos
Apenas se están conociendo los efectos del ataque sin precedentes ocurrido el martes y miércoles de la semana pasada: Israel es acusado de haber hecho explotar miles de aparatos electrónicos como bíperes y “walkie-talkies” como los que Hezbolá venía usando para sus comunicaciones. La operación mató en total a casi 40 personas, incluidos dos niños, pero también a miembros de Hezbolá, e hirió a más de 3.000.
La principal hipótesis sobre el ataque es que explosivos fueron instalados previamente en los aparatos y fueron detonados simultáneamente a distancia. Aunque no se atribuyó la autoría, todos los ojos apuntan a Israel, que horas antes, precisamente, había advertido con ampliar la guerra contra Hezbolá.
La escalada no tardó en causar preocupación. Voces como la de Volker Türk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, denunciaron que es “inaceptable” el “impacto” de lo sucedido en los civiles. “El ataque simultáneo contra miles de personas, ya sean civiles o miembros de grupos armados, sin conocimiento de quién estaba en posesión de los dispositivos atacados, su ubicación y su entorno en el momento del ataque, viola el derecho internacional de los derechos humanos y, en la medida aplicable, el derecho internacional humanitario”.
Invitamos a ver el video que hicimos al respecto:
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